Ya no son sólo las sendas que se abren paso entre las yungas. Ahora los bikers tucumanos también son víctimas de ladrones violentos sobre la ruta misma que sube a San Javier, a la vista de todos y a pocos metros de la comisaría de El Corte.
Le pasó a Sergio Jaime, quien además de la terrible experiencia de ser atacado mientras practicaba su deporte preferido, ahora vive con el temor de saber que quines lo atacaron conocen su casa y saben todos sus movimientos.
El productor de seguros sufrió el primer ataque el jueves por la tarde. Dos sujetos en moto lo empujaron cuando transitaba en su bici por la ruta provincial 338, a la altura del renovado puente sobre el río Muerto.
Golpeado y aturdido, nada pudo hacer para evitar que los ladrones se llevaran su celular.
Cuando intentaba recuperarse del asalto, se acercaron otros dos jóvenes, también a bordo de una moto, quienes le ofrecieron ayuda. Uno permaneció en el lugar y el otro lo llevó hasta su casa.
Lo primero que hizo una vez recuperado fue salir a comprar un celular, ya que como agente de seguros le resulta clave para su trabajo. La sorpresa la tuvo cuando regresó. Uno de los chicos que lo había ayudado lo esperaba en la acera de su casa.
El sujeto le dijo que su madre había comprado un celular en la plaza vieja de Yerba Buena y que, ante la posibilidad de que fuera el suyo, lo llevaba para devolvérselo, a cambio claro, de los dos mil pesos que había pagado la mujer.
Jaime rechazó la oferta mientras caía en la cuenta de que seguramente estaba ante una de las personas que lo había atacado, o bien ante un cómplice, quien ahora además de pretender cobrarle por lo que era suyo, sabía donde quedaba su casa.
El miedo a represalias lo llevó a desestimar la posibilidad de acudir a la Policía.