No fue una rueda nada fácil la de este jueves. Mientras que los indicadores de las bolsas de Nueva York fueron ampliando las pérdidas con el correr de los negocios -el Nasdaq cayó un 2,5%-, una hora antes del cierre local se conoció un decepcionante dato de inflación minorista de 3,8% en diciembre, que elevó la inflación anual por encima del 50 por ciento.
El impacto fue evidente en los precios. Los bonos en dólares profundizaron las bajas, desde el 0,5% inicial al 1,5%, mientras que la Bolsa recortó la mayor parte de las ganancias del día.
Los bonos en dólares retrocedieron por novena sesión consecutiva y sus pérdidas promedian el 9,4% en 2022, lastrados por la desconfianza de los inversores, quienes temen que se dilate, o no se logre, un acuerdo entre el Gobierno y el FMI para estirar los pagos de la deuda por unos 45.000 millones de dólares. El calendario vigente impone fuertes desembolsos a partir del 22 de marzo de este año, imposibles de afrontar dada las casi nulas reservas líquidas en poder del Banco Central.
Los bonos del canje tocaron los precios mínimos desde su salida al mercado hace 16 meses, en septiembre de 2020. Desde aquel debut promedian un descenso de precios del 40 por ciento.
Entre los títulos más representativos, el Global 30 (GD30), en dólares con ley extranjera, cayó 2,3%, a USD 32,73, por debajo del piso de USD 33,36 del 30 de noviembre pasado. El GD35 perdió 3,3%, a USD 29,60, para quebrar el piso de USD 31 del pasado 30 de noviembre. Y el Bonar 2030 (AL30) en dólares con ley argentina resignó un 1,1%, a USD 29,80, cerca del piso de USD 29,25 del 26 de noviembre.
En el mercado repercutió un informe del banco de inversión Morgan Stanley, que señaló que el arreglo podría postergarse hasta el segundo trimestre del año, con un escenario catastrófico si se extiende más allá: sin acuerdo con el FMI, la Bolsa se derrumbaría un 70%, más que en las primarias del 2019.
“El escenario es complejo, porque el Gobierno quiere acordar para evitar el default, pero desde el Fondo hay exigencias que políticamente acá no se quieren ni escuchar porque la palabra ‘ajuste’ puede embarrar la carrera presidencial para las elecciones del año que viene”, sostuvo a Reuters un analista de la banca extranjera.
Mientras, el riesgo país de JP Morgan, que mide el diferencial de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, ascendía a las 17 horas una 28 unidades para la Argentina, a 1.863 puntos básicos, en sus máximos desde finales de noviembre pasado.
Según el economista Gustavo Ber, “los inversores no detectan señales de avances en los equipos técnicos hacia un acuerdo contrarreloj, y por ende será la política la que deberá adoptar las definiciones finales. En vista a ello, y con cada vez menos chances de consensuar un plan económico integral, sólo podría quedar espacio para alcanzar un acuerdo light. Esto sería postergar los abultados vencimientos ya que al final resultaría lo más conveniente para ambas partes ante las limitaciones vigentes para alcanzar un amplio respaldo interno y externo”.
La mayor diferencia entre Argentina y el FMI está en cómo achicar el déficit fiscal, ya que el organismo multilateral pretende que sea mediante un ajuste y el Gobierno -que se opone a esa alternativa- busca que sea en base al crecimiento con mayor recaudación.
“La meta de déficit primario que pide el FMI (-2,5% del PBI) es alcanzable, pero es imperioso que de manera clara se visualice que en 2025 habrá superávit o equilibrio primario, de lo contrario la posibilidad de entrar en default a partir de ese año será más palpable por la falta de financiamiento de los vencimientos de deuda, en un contexto en el cual no hay acumulación de reservas”, aportó Walter Morales, presidente de Wise Capital.
La actividad financiera se movió en medio de otros dos grandes condicionantes para la economía: una histórica ola de calor con cortes de energía en gran parte del país y una galopante tercera ola de coronavirus.
Los bonos negociados en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) perdieron un 0,5% en su promedio en pesos, con algunos títulos que arrastran baja de hasta 10% en los primeros días del año.
“El acuerdo con el Fondo Monetario no es solamente un tema económico y está viajando ahora a Estados Unidos el canciller (Santiago) Cafiero para llevar adelante otro tipo de reuniones que tienen que ver con la discusión geopolítica y entre Estados sobre el próximo acuerdo”, dijo en rueda de prensa la vocera presidencial Gabriela Cerruti.
“Se llevan adelante reuniones permanentemente (con el FMI). Ahora las reuniones se llevan adelante por Zoom y por otros dispositivos, así que el ministro (Martín) Guzmán está permanentemente en reuniones (…) Argentina ya presentó su propuesta y espera, y está en manos del Fondo Monetario ahora tratar de dar la respuesta lo más rápido posible”, enfatizó.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires, que llegó a subir más de 1%, terminó con un modesto ascenso de 0,3%, a 85.370 unidades al cierre, liderado por acciones energéticas dada la alta demanda de los consumidores ante temperaturas récord producto del verano.
El dólar libre, en zona de máximos
El dólar libre ganó un peso este jueves, para ser ofrecido a $209,50 para la venta, próximo a su máximo histórico intradiario de $210 del pasado 30 de diciembre.
En el mercado mayorista el dólar avanzó nueve centavos, a $103,77, con una brecha cambiaria de 101,9% respecto del “blue”.
El monto negociado en el segmento de contado (spot) alcanzó los USD 177,8 millones, en una rueda con saldo neutro para el Banco Central por su participación cambiaria.
Las cotizaciones bursátiles, implícitas en acciones y bonos que son operados en simultáneo en pesos en la plaza local y en dólares en el exterior, bajaron fuerte, a $207,71 para el “contado con liquidación”, y a $200,67 para el dólar MEP, sus valores más bajos desde el 4 de enero.