La opinión pública debiera anoticiarse acerca de que la suspensión del paro de UTA previsto para hoy y mañana no fue lograda por los empresarios del transporte, es decir, no fueron ellos los que consiguieron destrabar el conflicto como lo hicieron ver la mayoría de los medios de comunicación. Lo que en realidad les frenó el ímpetu a los sindicalistas fue la decisión del Consejo Deliberante.
Ahora bien, ¿De qué decisión hablamos? Pues la de darles con el gusto a los empresarios en lo que respecta a la suba de boleto que reclaman. Y es que todo indica que se saldrán con la suya a pesar de que cuentan sus empresas con unidades desastrosas, un precio del boleto exorbitante, años en los que no invirtieron nada de lo que recaudaron, décadas de subsidios tirados a la basura, etc.
No obstante, cabría señalar que, en realidad, los subsidios millonarios fueron a parar a sus bolsillos debido a que, es un secreto a voces entre los empresarios del transporte, que los más reconocidos de ellos lograron hacerse en los últimos tiempos de departamentos y terrenos como por arte de magia en lo que no es más que la reedición de la perversa lógica de empresarios millonarios y servicios deficientes.
Lo cierto es que ya es oficial el pedido de empresarios para aumentar el costo del boleto de colectivos. Representantes de AETAT (Asociación de Empresarios de Transporte Automotor de Tucumán) presentaron ante el Concejo Deliberante de la capital tucumana un estudio de costos para justificar el nuevo valor pretendido, que significará un impacto de más de 100% en el bolsillo de los tucumanos, a seis meses del anterior incremento, que fue de 200%.
Si es aprobado sin modificaciones por el parlamento municipal, el boleto mínimo pasaría de costar $690 a $1490. Un monto que modificaría radicalmente el ranking de precios a nivel nacional, conviniendo a Tucumán una de las provincias más caras para viajar en ómnibus. Desde el puesto 45, San Miguel de Tucumán pasaría a ser la segunda ciudad con el boleto de colectivo más caro, según el relevamiento actualizado hasta el pasado 12 de agosto.
Un valor que superaría al de otras ciudades como Pergamino, Bariloche y San Martín de los Andes. En marzo, luego de la promulgación del anterior aumento, Tucumán se ubicaba en el noveno lugar, e igualaba en valor a otras ciudades como Bahía Blanca, Corrientes y Formosa. “Estamos tratando de que sea un aumento similar al que tienen las principales ciudades del interior del país, hoy Tucumán está en el puesto 48 del ranking de tarifas”.
Así lo dicho por parte de Daniel Orell, presidente de AETAT, un día antes de ingresar el pedido de aumento por Mesa de Entrada del Concejo Deliberante capitalino. Como si fuera comparables el trayecto que recorren en provincias como Córdoba o Santa Fe siendo que Tucumán es la más pequeña al tiempo que también es la más densamente poblada. Pero nada le gana al embuste de los empresarios.
¿Cuánto costará finalmente el colectivo en Tucumán? Por los pasillos del Concejo se comenta que el precio final quedará establecido en 1100 pesos. De ser así, terminarían cediendo ante la inescrupulosa posición de los empresarios parásitos que hasta tuvieron la desfachatez de, por medio de Jorge Berreta, de intentar coaccionar a la intendenta Rossana Chahla alegando que dejarían de prestar servicio en la Capital en caso de que se vete el aumento.
¿Se entiende la gravedad del asunto? Va de vuelta, y es que desde AETAT amenazaron con paralizar el servicio en toda la provincia y con eliminar los recorridos dentro de los límites de la ciudad capital en caso de ser vetada una eventual ordenanza de la aprobación del pedido de aumento por parte de la jefa municipal. “Cualquier aumento que se nos dé en este momento, si es vetado se terminó el transporte en San Miguel de Tucumán”.
Así amenazó el impresentable vicepresidente y vocero de los empresarios de transporte. Así las cosas, empresarios pidieron que el viaje mínimo en ómnibus pase de $690 a $1490 (sin subsidio), un 115% de aumento, superando por mucho el monto límite fijado en aproximadamente $1200, que los propios dueños de las líneas venían difundiendo en los últimos días. ¿Lo permitirán los ediles capitalinos?
¿Cuándo llegará el día en el que se decida quitarles la concesión a las empresas de transporte y proceder a realizar un llamado a licitaciones, lo cual, pondría en aprietos a los gremialistas que guardarían complicidad con los empresarios? Y es que los gremios pueden tener cautivos los ciudadanos siempre y cuando existan funcionarios obsecuentes. ¿Cuándo decidirán hacerse cargo del problema del transporte público?
No hay que temer a un sindicato en connivencia con los empresarios y que decida dejar sin transporte a toda una provincia. Tanto los empresarios que sólo por ahora conservan las licencias para continuar trabajando en Tucumán, como los gremialistas de UTA, saben que se les vendría la noche en caso de que nuevas compañías se hicieran cargo del hoy por hoy pésimo transporte de pasajeros.
Los aumentos, ya sean del boleto o de subsidios, son parches que no solucionan la cuestión de fondo, que es el pésimo servicio. Y es que cobran subsidios por 400 unidades, de las cuales circulan 284 en su pico máximo; 266 en su pico mínimo. La sociedad no puede ni debe tolerar que circulen vehículos sucios ni con las fallas mecánicas groseras que vimos este último tiempo, o sin las medidas adecuadas para transportar a personas con discapacidad.
Debemos dar una vuelta de página y comenzar de nuevo para terminar con la tenencia precaria de las concesiones y avanzar hacia licitaciones públicas nacionales e internacionales con pliegos de por medio, para que se adjudique cuanto antes las concesiones del servicio a empresarios comprometidos, responsables y solventes.
¿Será justicia alguna vez en lo que hace al (no) servicio público de transporte?
