Cuesta llegar hasta Bella Vista. La tierra de Amado Juri y Fernando Pedro Riera está saturada de autos, traffics y muchos colectivos con destino al estadio del Club Sportivo Bella Vista, la cancha donde el Jaldismo decidió jugar en este Día de la Lealtad. Bombos, banderas y clima de final, en una fecha fundacional para el nuevo Partido Justicialista distrito Tucumán que Osvaldo Jaldo ya avisó que quiere conducir, y les mandó mensajes contundentes a quiénes critican el llamado “diálogo institucional” con el gobierno libertario: “Primero Tucumán” y “hoy podemos sostener viva y flameando la bandera de Perón y Eva Perón en Tucumán“.
Hace calor en el este tucumano y se viene la tormenta. Tras avanzar por la banquina y caminos secundarios, todos los caminos conducen al estadio de Sportivo Bella Vista. Autos por acá, bondis por allá, y todos adentro porque nadie sobra. No alcanzan los puestos de bebidas y achilatas para hacer frente al calor, y no ayudan los candentes puestos de milas y choris, ya encendidos para la merienda peronista tucumana. Familias enteras, grandes y chicos, grupos de hombres y mujeres. Convencidos y empujados, todos están acá. Hay más mates que arremangados, más pancartas que bombos y trompetas. Hay drones y muchos zepelines en el aire.
La relación de Jaldo con el Gobierno de Javier Milei incomoda a propios y extraños. El tranqueño prometió afinar las cuentas públicas antes del triunfo libertario, pero desde el 10 de diciembre ha sido el más dialoguista de los dialoguistas. La salida de tres diputados del bloque de Unión por la Patria puso sobre la mesa una palabra que duele, que lastima, que pesa, que se usa a veces con demasiada liviandad dada sus connotaciones históricas en nuestra Argentina: traidor.
Las 4 Cuerdas arranca con una prolija versión de Los Muchachos Peronistas -también conocida como La Marcha Peronista- y salta al Himno Nacional Argentino. Perón y Argentina, imposible disociarlos. Hay banderas de todos los gremios y todos los dirigentes: se imponen aquellos que se identifican con tonos fosforescentes como el verde de UOCRA, los naranjas de Caponio (así, sólo, aunque los Caponio son dos) y Gerónimo Vargas Aignasse, o los ya célebres patos amarillos del Pato Campos.
La mayoría de las banderas oscilan entre el azul, el celeste y el blanco y se pierden en la marea. Se destacan por su tamaño las de la tropa bandeña Darío, Gonzalo, Gladys, y en los alambrados del estadio se luce aquella que da la bienvenida a “La Patria Chica de Alberto Herrera“. Todas están acompañadas por el apellido Jaldo, y otras tantas -pero muchas menos- rezan Jaldo-Acevedo.
Banderas, zepelines y rostros peronistas en el campo de juego de Sportivo Bella Vista.(Fotos: eltucumano)
Por si alguien tenía dudas, llega en la previa la confirmación de que estamos en un acto peronista. Ezequiel, histórico maestro de ceremonias justicialista pide dos cosas desde el escenario: calma y una ambulancia. No lo vemos, pero se cae de maduro que una columna quiso avanzar dialogando a los empujones, desplegar una bandera por sobre la de otro dirigente territorial y quizás hasta hubo que debatir con los nudillos. Se están reproduciendo.
El cielo se pone negro, pero la gente se entusiasma cuando en los parlantes retumba Matador de Los Fabulosos Cadillacs y sale a la cancha Osvaldo Jaldo. “El que unió al peronismo“, afirman, mientras recuerdan aquellos históricos 612.862 con los que aplastó a la oposición y se proclamó como “el más votado de la historia”. Su esposa Ana María Grillo gana cada vez más protagonismo y luce una remera de Evita.
Jaldo es aclamado por el estadio repleto y las cuentas peronistas dicen que hay unas 50.000 personas adentro y otras 10.000 afuera. Si hilamos fino no son tantas, pero mierda que son una verdadera multitud. Hay aplausos para Miguel Acevedo, Sergio Mansilla, Darío Monteros (quienes serán los oradores) y también para Regino Amado, para “el compañero” Federico Masso y todos los ministros y una mención especial para los diputados Agustín Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina que desfilan por la pasarela junto a Jaldo y son presentados como “tres guerreros que se juegan por Tucumán“. Los héroes del tranqueño que rompieron con el bloque de Unión por la Patria bancan la parada jaldista en el Congreso
En el escenario, Jaldo reparte besos y abrazos y ataja cuanta bandera le arrojan. La abre, la muestra, la revolea como a un poncho en la Fiesta del Caballo. La voz del estadio pide bajar las banderas y carteles, pasa que la orden explícita de cada dirigente es que Jaldo los vea, que sepa que movilizaron, que fueron acompañados, que están acá y acá van a estar. O que no se hicieron los boludos ni juegan a dos puntas, porque acá hay lugar para una sola.
Jaldo y los diputados del Bloque Independencia. Los ‘héroes’ jaldistas en el Congreso. (Foto: Facebook Osvaldo Jaldo)
Suena La Marcha y todos cantan con los dedos en V arriba, y después hay que localizar a los padres de un niño extraviado. Resuelto ese asunto, da un paso al frente el primer orador. Darío Monteros, brazo político del Jaldismo en el este y quién más dirigentes ha movilizado, saluda a los que se quedaron en la calle y “querían estar con nosotros“, aclarando que habla “como dirigente, como militante, como cualquiera de ustedes“. “La lealtad es a ustedes militantes, al pueblo tucumano, a aquellos que no tienen trabajo, a aquellos que quizás no puedan poner un plato en la mesa de su casa“, enfatizó.
Ahora, quien pasa al frente es La Burra Sergio Mansilla para celebrar que “acá hay gente de Rumi Punco a Trancas y de los Valles a Leales“, donde está presente “toda la dirigencia justicialista“, como señalando que al que no vino, nadie lo extraña. “El compañero Jaldo, que es uno de nosotros, hoy necesita que el partido sea el pilar de la gestión. Y les decimos a todos aquellos que desde dentro y fuera lo quieran debilitar que van a tener que pasar por arriba de todos nosotros. Ese es el lema que tenemos que tener. No podemos tener un gobierno fuerte sin un gobernador fuerte, y hoy lo estamos demostrando“, bramó, y lamentó que “a muchos les cuesta reconocer que Jaldo está gobernando para todos los tucumanos, siguiendo el mandato de Perón y dejando de lado aspiraciones personales“.
“Ninguno de nosotros votó a ese gobierno nacional. Que no nos echen la culpa a nosotros de lo que está pasando, porque nosotros acompañamos al gobierno justicialista y a nuestros candidatos porque la conducción del partido así lo pidió. Así, también les decimos que no nos vengan a manejar desde 1200 kilómetros: nosotros los tucumanos vamos a definir nuestras internas y nuestros candidatos, adentro del partido y con la conducción del gobernador. Somos respetuosos del partido, pero estamos cansados que nos dedien los candidatos, que pongan candidatos que responden a intereses personales y no partidarios de la provincia“, disparó.
Luego, llega el turno del vicegobernador Miguel Acevedo, el que se metió en la fórmula por la ventana y hoy se sienta en la poltrona del palacio de calle Muñecas, construye poder y -como enseña la historia- es a veces mirado con recelo desde Casa de Gobierno. Algunos dicen que las internas no son tales, que las agitan en vano desde la peatonal Mendoza. “Muchos compañeros se preguntaban qué iba a pasar el 17 de octubre. Si dónde teníamos que estar: creanmé que acá es donde tenemos que estar, porque hoy más que nunca el peronismo tiene que estar unido porque acá entre todos vamos a sacar la provincia (adelante) y defender el partido“, sentenció.
“Este gobernador llevó el barco a buen destino. Estamos en la zona de flotación y con rumbo directo. Tenemos que estar todos juntos, Tucumán nos necesita“, insistió, y recordó que el 17 de Octubre del ’45 tuvo un “preámbulo” en Tucumán, cuando FOTIA llamó al paro dos días antes. “En Tucumán plantamos bandera, como siempre“, afirmó. A sus espaldas ingresaba al escenario el intendente Enrique Orellana, que llegó tarde desde Famaillá y en medio de las críticas de su mellizo José y de su esposa senadora Sandra Mendoza a Jaldo.
La senadora votó a favor del paquete fiscal de Milei a pedido de Jaldo y en contra de la posición del bloque peronista opositor en la Cámara Alta. “Lo llamé un par de veces y no me atendió el teléfono. De hace tiempo que no tengo contacto con él“, sostuvo en El Avispero. “Creo que él incumplió“, añadió, y atribuyó el cortocircuito a la foto que se tomó con su compañero de bancada Juan Manzur. El ex Jefe de Gabinete y su ausencia es el elefante en el estadio. Se sabe pero no se dice, hay que esperar si Jaldo dice algo. El mellizo José fue por más y en La Gaceta arremetió: “Es una afrenta ir a Bella Vista a festejar el Día de la Lealtad, con todo lo que está haciendo el peronismo“. Cuando llegó el melli Enrique, Jaldo abrió los brazos para recibirlo.
Enrique Orellana se hizo presente. (Foto: eltucumano)
El vicegobernador fue el encargado de apuntar contra Milei y el Gobierno nacional: “No hay mejor cosa que el peronismo. Los adversarios no somos nosotros, no están acá. Los adversarios son los que quieren destruir al Estado y nosotros estamos para defenderlo. Queremos un Estado presente, la salud pública, la educación, para eso estamos nosotros en momentos donde lo que prima es el sálvese quien pueda, en el peronismo sabemos y tenemos claro que somos solidarios, que lo importante es el otro. El momento político es difícil. Otros partidos perdieron el rumbo, no sé dónde anda el PRO, dónde anda Juntos por el Cambio. Sí sé dónde anda el peronismo: acá, en Bella Vista, unido y eso no lo vamos a negociar“.
“Tucumán fue, es y será peronista. Los días más felices fueron, son y serán peronistas“, cerró, antes de fundirse en un abrazo con Jaldo. El locutor aseguró que ya había 50.000 personas en el estadio y ahora, sí. Showtime para Jaldo. Brazos arriba al ritmo de Matador y dedos en V para saludar “al mejor gobernador del país, el de mejor imagen“. El que llega tarde ahora es el legislador Hugo Ledesma, y se encarga de que el tranqueño lo vea a él y a los suyos entre la gente.
“Este 17 de Octubre va a quedar grabado en la retina y el corazón de toda la familia peronista. El país nos está mirando, gracias a cada militante político, social, gremial, a cada compañero. Le hagamos un reconocimiento a los compañeros y compañeras que tienen roles institucionales. ¡Vamos los intendentes! ¡Un aplauso a los legisladores! ¡No se escucha! ¡Un aplauso a los 93 comisionados comunales de Tucumán! ¡A los concejales! Gracias a todos. Este es el peronismo, éste es el peronismo, esto es Tucumán“, se entusiasmó el tranqueño que pasó por todos los cargos públicos hasta llegar a ser gobernador.
A Jaldo todavía le queda por delante presidir el Partido Justicialista distrito Tucumán, y para eso están todos acá. A esa misma hora, más o menos, empezaba a circular la foto del actual presidente ausente en el acto, Juan Manzur, con su trunco compañero de fórmula presidencial Eduardo de Pedro y la expresidenta Cristina Kirchner, lanzada a la carrera para presidir el PJ Nacional. Mientras se negocia una lista de unidad con el riojano Ricardo Quintela, Jaldo optó por la prudencia y no adelantar definiciones, máxime cuando el kirchnerismo de acá y allá lo mira con recelo. “Hoy, a diferencia de otros lugares, podemos sostener viva y flameando la bandera de Perón y de Eva Perón en Tucumán. Esto es Tucumán, éste es el peronismo triunfante de la provincia“, arengó. El mayor énfasis estuvo en triunfante.
“Hemos venido a asumir un compromiso con cada uno de ustedes: conducir con firmeza la Provincia de Tucumán, como lo venimos haciendo; conducir con firmeza y lealtad los destinos del Partido Justicialista distrito Tucumán. Y también venimos a decirles que vamos a decidir por los destinos del movimiento nacional justicialista cuando llegue el momento“, subrayó respecto de la interna partidaria, mientras le acercaban un poco de agua después de ese rugido.
Y siguió: “Estamos acá en el Día de la Lealtad honrando a nuestro conductor, honrando las banderas de Perón y Eva Perón. Pero los tiempos cambiaron, la sociedad evolucionó, creció, se actualizó. Por eso necesitamos también tener un partido fuerte, sólido, aggiornado, un partido que sepa estar a la altura de las circunstancias. Tenemos que reconocer y hacer las autocríticas que sean necesarias. Claro que nos hemos equivocado, por eso es el momento de recapacitar juntos. Este compañero, como muchos de ustedes, venimos desde el año ’83 y acá estamos firmes, con muchas ganas de laburar, de seguir sacando a Tucumán adelante“, acentuó.
“A Tucumán lo vamos a cuidar entre todos, para que cada una de las familias pueda vivir mejor. Y si tenemos que dialogar y conversar con quien sea, lo vamos a hacer porque Tucumán está primero. Ya lo decía el General Perón, y escuchenmé bien, hoy más que nunca tiene actualidad: primero la Patria, segundo el movimiento, y al último los hombres. Y Osvaldo Jaldo va a cuidar la patria chica, que se llama Tucumán. No se dan una idea la postal que se ve, la cantidad de compañeros y compañeras que se han desplegado. Muchas gracias. ¡Viva Tucumán! ¡Viva la Argentina! ¡Viva Perón y Evita! ¡Y viva cada uno de los compañeros peronistas! ¡Gracias compañeros!“, remató.
Suena La Marcha. Jaldo mueve los brazos, con los dedos en V, abrazado con Monteros, Mansilla y Acevedo. Le tiran una gorra y se la pone. Le arrojan una bandera y la revolea como un poncho. Le pasan un cartel y lo exhibe orgulloso. Acevedo se pone un pato amarillo en la cabeza. Jaldo saluda desde el escenario y se despide. Los muchachos jaldistas emprenden el camino de regreso, antes de que se desate la tormenta. Se van convencidos de que la lealtad es “primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres”, que repetirán como un mantra. Y que la libertad no es la de Milei: es la libertad de elegir desde la Patria chica. De festejar su 17 de Octubre, con los suyos. De no esperar nada de los porteños. De elegir las formas, los momentos, los candidatos. Porque “primero Tucumán”.
Ána María Grillo y su remera de Evita. (Foto: Facebook Osvaldo Jaldo)
Jaldo revolea una bandera como un poncho. (Foto: eltucumano)
Cancha llena. (Foto: Facebook Osvaldo Jaldo)
Por: Santiago Sibaja – El Tucumano
