A partir de mañana YPF aplicará un aumento en los precios de la nafta y el gasoil de entre el 6 y 7%. El incremento será para mejorar la rentabilidad de la compañía, que estuvo afectada por la devaluación, la inflación y la suba del valor del barril de petróleo, su principal insumo. Se espera que luego, el resto de las marcas de estaciones de servicio (Shell, Axion y Puma Energy) acompañen la iniciativa.
Se trata del quinto aumento de precios en lo que va del año: en 2021, acumulan subas del 11%. Pero, como ya anticipó YPF la semana pasada, no será el último, ya que se espera que los valores en surtidor suban en total 18% en los próximos tres meses.
El viernes pasado, el CEO de YPF, Sergio Affronti, aclaró también que del aumento de 35% que hubo en los precios de los combustibles desde agosto pasado (40% en la Ciudad de Buenos Aires), solo un alza de 14% estuvo explicado por la recomposición de margen de ganancias de las empresas. El 21% restante se debió al aumento del impuesto a los combustibles y a la suba del precio de biocombustibles, que se utiliza para cortar el petróleo en la refinación.
En cuanto a las ventas de naftas y gasoil, en enero (último dato disponible), los despachos continuaban 16,2% abajo de los niveles de febrero 2020, último mes completo previo al comienzo de las medidas de aislamiento y las restricciones que afectaron la circulación y la actividad económica.
Según indicaron los estacioneros, en el sector esperaban que la recuperación de la movilidad vinculada al esparcimiento, las reuniones sociales y fundamentalmente al turismo impacten de manera positiva en el repunte de las ventas, que hoy siguen arrojando pérdidas para un segmento significativo de las estaciones.