De los 848.303 alumnos argentinos que en el año 2014 comenzaron el primer año del colegio secundario, solo el 43% lo terminó en el año 2019. El problema se agrava al tomar en cuenta que en los establecimientos de gestión privada se graduaron el 64% de sus estudiantes, mientras que en el sector estatal –que reúne nada menos que al 75% del total del alumnado– egresó el 36%.
Los datos, relevados en un informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, se basan en la última información disponible del Ministerio de Educación de la Nación. En todas las jurisdicciones, las escuelas de gestión privada muestran una mayor relación entre ingresantes y graduados, respecto de los establecimientos estatales. Así en un extremo figura San Luis con el 89% de los egresados en escuelas privadas.
Y en el otro, Santa Fe con solo el 24% de los graduados en establecimientos públicos. “Si hubiera que sintetizar los motivos de la desigualdad educativa diría que es el origen social de los estudiantes. Su graduación depende del nivel socioeconómico de los padres, porque la mayoría de los alumnos que no termina la secundaria provienen de los hogares más humildes. El sistema educativo argentino actual reproduce la desigualdad, no la corrige”, explicó Alieto Guadagni, director del CEA.
El especialista también sostuvo que en la Argentina tenemos una tasa de graduación escasa y desigual. “Cuando uno se compara con otros países, son pocos los estudiantes argentinos que se gradúan del secundario, pero en la gestión estatal es la mitad que en la privada. Y esto se refleja luego en el nivel universitario. La presencia de alumnos de origen social bajo en la universidad es muy poca”, agregó.
En el relevamiento, se afirmó que, a pesar de que la matrícula del nivel secundario creció, como también lo hizo la cantidad de egresados, es necesario que ese aumento sea equitativo y no distinga por el nivel socioeconómico de los estudiantes. Además de la desigualdad en torno al tipo de gestión de las escuelas, el informe también expone grandes inequidades a nivel jurisdiccional.
Por ejemplo, en los establecimientos secundarios de La Rioja se graduó al 59% de los alumnos; en la ciudad de Buenos Aires, el 55%; y en San Luis, el 53%. Mientras tanto, en Santa Fe esa cifra fue de apenas 32%, y en Santa Cruz y en Salta, del 36%. “La desigualdad jurisdiccional no es fácil de explicar, pero probablemente tenga que ver con la eficacia de cada gobierno provincial. Hay algunos que son más eficaces en educación que otros”, explicó Guadagni.
“Por ejemplo, si se compara Córdoba con Santa Fe, que son dos provincias de nivel socioeconómico parejo, la desigualdad es muy grande a favor de Córdoba, donde la mitad de los chicos asisten al colegio con jornada extendida. Otro ejemplo es Neuquén. Es la provincia más rica del país y tiene la menor cantidad de alumnos con jornada extendida y la menor asistencia. Depende mucho de la importancia que cada gobierno provincial le da a la educación”, sostuvo Guadagni.
El director del CEA recordó la necesidad de eliminar las diferencias respecto de la cantidad de estudiantes que comienzan y culminan el nivel secundario en el tiempo esperado, además de garantizar la calidad de su nivel de conocimiento: “De esta manera, se producirá un importante avance hacia la justicia social y la igualdad de oportunidades, favoreciendo así la disminución de nuestra pobreza”.
