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Mariana Redi: cómo el básquet la ayudó a entender que los sueños están para cumplirlos

Nació sin parte de la pierna derecha y la falange de cinco dedos. Se topó sin querer con este deporte y desde entonces su vida cambió para siempre. Hoy cumple 27 años, juega en la selección de básquet adaptado y no tiene techo.

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Cuántas veces te dijeron (o te dijiste) que no podías y bajaste los brazos. Y cuántas otras te animaste a romper ese techo, para volar muy por encima de las barreras que uno mismo se pone. “Los límites están solo en tu cabeza“, es una de las frases que Mariana escuchó muchas veces a lo largo de su vida, mientras aprendía a aceptarse y superarse, y que puso en práctica a la hora de cumplir sus metas. Como todo recorrido, no todo fue color de rosas, pero no se dio por vencida y hoy vive el presente soñado: es una de las integrantes de Las Lobas, como se conoce a la Selección argentina femenina de básquet adaptado, y quiere hacer historia.

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Son las 13 y el sol da de lleno sobre el Centro Nacional de Rehabilitación, ubicado en el barrio de Belgrano en la Ciudad de Buenos Aires. Mariana Redi espera al lado de una fuente sentada en la silla de ruedas. En su vida cotidiana ella camina, pero durante las horas que le dedica al básquet adaptado este es su medio para moverse. Está en short y deja ver la prótesis que tiene en la pierna derecha, algo totalmente impensado hasta hace tres años, antes de conocer este deporte. “El básquet me ayudó muchísimo a aceptar mi discapacidad al igual que a muchas otras compañeras”, le explica a Toda Pasión.

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Mariana, que hoy está cumpliendo 27 años, nos invita a pasar a la cancha del establecimiento y nos cuenta sobre ella. Hija de padres profesores de educación física, lleva una vida ligada al deporte: lo practica desde que tiene uso de la razón. Hizo natación, equitación, danza, patín, gimnasia artística, vóley, handball, hockey, buceo y hasta ski, siempre de manera convencional pese a que su discapacidad es de nacimiento: durante la gestación, parte de su pierna derecha y la falange de dos dedos de la mano derecha y tres de la izquierda no llegaron a formarse.

Todo cambió hace tres años, cuando se enteró de la existencia del básquet adaptado. “Fue un alivio. Era un deporte en el que mi pierna ya no iba a ser un impedimento o una limitación a la hora de practicar deporte de la mejor manera porque yo puedo correr, pero después de dos cuadras se me dificulta porque la prótesis me lastima. Arriba de la silla, no hay ningún problema”, asegura la jugadora de River y la Selección argentina, que recientemente participó de los Juegos Parapanamericanos de Lima.

¿Cómo es que llegás a practicar básquet adaptado?

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Yo trabajaba en el Centro Nacional de Rehabilitación como auxiliar de un profe en una colonia para personas con discapacidad, que funcionaba los días sábados. En este mismo lugar se entrena la Selección de básquet adaptado. Así fue que conocí a uno de los entrenadores. Él me invitó a probar suerte y acepté. Era todo nuevo para mí porque nunca me había sentado en una silla de ruedas, pero a mí los deportes me encantan y lo tomé como un nuevo desafío. Por suerte, no prejuzgué el hecho de que sea un deporte en silla de ruedas cuando yo no lo necesito para mi vida cotidiana.

Una vez que te decidiste a hacerlo, ¿cómo siguió el camino?

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El DT de la Selección me dijo que iba a haber una pre-selección antes de elegir a las que iban a viajar a los torneos internacionales, pero que para poder estar dentro de este grupo necesitaba estar fichada por algún club. En Buenos Aires no hay tantos equipos y River fue el que me abrió las puertas. Empecé a entrenar con River y la pre-selección, hasta que a los cuatro meses se llevó a cabo un torneo y ahí quedé en la Selección. Fue una gran emoción, no entendía nada. De ahí en más, viajé a todos los torneos internacionales. La Selección es lo más alto a lo que puede aspirar un deportista. Y para mí, que amé siempre el deporte, pensar ahora que estoy representando a mi país es loquísimo, nunca me lo hubiera imaginado. Me da mucha felicidad y mucho orgullo.

[su_quote style=”default” cite=”” url=”” class=””]YO TENÍA MUY EN CLARO LO QUE QUERÍA PARA LLEGAR AHÍ. ES MUY IMPORTANTE TENER OBJETIVOS, PARA SABER CUÁL ES EL CAMINO Y SI UNO ESTÁ DISPUESTO A DEJAR DE LADO TODO LO QUE TIENE QUE DEJAR[/su_quote]

¿Cómo impactó la llegada del básquet a tu vida?

Nunca me había relacionado tanto con personas con discapacidad. De hecho, hasta antes de empezar a practicar básquet me sentía medio un bicho raro. Fue muy positivo haberme relacionado con las chicas, los chicos. Todo los días me enseñan algo: al principio, me pasaba con las chicas que están en sillas de ruedas permanente de querer ayudarlas con todo y después me dí cuenta que no necesitaban de esa ayuda, que podían hacer todo igual. Pero necesitás vivirlo para saber cómo manejar estas situaciones.

Las jugadoras de básquet adaptado posan para la foto. (Foto: MURIEL BRUSCHI)
Las jugadoras de básquet adaptado posan para la foto. (Foto: MURIEL BRUSCHI)

¿Y a nivel personal?

Antes del básquet yo pasé un momento bastante feo, entré en una depresión muy grande. Durante mucho tiempo la tenía medio dibujada, me decía “está todo bien, está todo bien”, hasta que en un momento empezaron a aparecer pensamientos muy feos y decidí hacer algo. Primero empecé con un tratamiento que incluía ver a un psicóloga, que me ayudó muchísimo, e ir al psiquiatra. Pero en un momento me dije “no quiero más estas pastillas, no quiero más nada”. Creo que el click lo hacés vos en tu cabeza. Por más pastillas o más cosas que te den, si no lo hacés vos es lo mismo que nada.

Y ahí apareció el básquet…

Sí. Fue loco porque el tema de la depresión es como un bichito que te dice “vos te quedás acá”, como que te controla. Yo siempre había tenido el control de mi vida y algo que no podía ver, intangible, me estaba controlando. Con el básquet esto cambió. Si yo me comprometía a estar en una Selección, no podía darme el lujo de algún día no levantarme para ir a entrenar. Esto me obligó a hacerlo, levantarme e ir a entrenar. Y de a poco me fue gustando, tenía un sentido levantarme e ir a hacer algo con un conjunto, con mis compañeras, empezar a aceptarme más.

¿Y esto empezó a reflejarse en tu vida cotidiana?

Claro. De a poco me fui soltando, empecé a usar pantalones cortos para venir a entrenar, algo que yo en mi vida nunca había hecho, y a mostrar más tranquila mi pierna. El básquet fue literalmente lo que me salvó la vida, fue un gran salvavidas en mi vida.

[su_quote style=”default” cite=”” url=”” class=””]”LOS LÍMITES ESTÁN SOLO EN TU CABEZA”… ES ALGO QUE SE DICE MUCHO EN EL AMBIENTE DE LOS ‘RENGOS’, COMO LO LLAMAMOS NOSOTROS Y ESTOY CONVENCIDA DE QUE ES ASÍ. CLARO ESTÁ QUE PODÉS LOGRAR LO QUE VOS QUIERAS, TAL VEZ DE OTRA MANERA, PERO LO PODÉS LOGRAR.[/su_quote]

¿Te pones objetivos para el futuro?

Lo más destacable hoy es estar en la Selección argentina, es un objetivo cumplido para mí. Ahora tengo otros, también. Sé que va a llevar tiempo y demandará trabajo y ser perseverante, pero hay que apuntar a ganar una medalla. No me voy a retirar sin que Argentina esté en algún podio. También sueño con jugar profesionalmente afuera, por ejemplo en Europa. Y a nivel personal, me propuse ser feliz y lo logré.

Hoy cumplís 27 años. ¿Algún deseo que se te venga a la cabeza?

Que seamos más empáticos el uno con el otro a nivel mundial. Creo que estamos viviendo momentos de estar mirando todo el tiempo para el otro lado o estar pidiendo boludeces cuando hay gente que se está cagando de hambre, personas que se están muriendo, ecosistemas que se están prendiendo fuego y nosotros estamos en otra, pensando en qué celu nuevo salió. Hay que concentrarse en lo que realmente importa.

¿Cómo definirías a Mariana Redi en tres palabras?

Valiente, empática y sociable.

¿Por qué creés que es tan importante que fomentar el deporte en los jóvenes?

Porque te da muchas cosas que en otros ámbitos no se consiguen, ni en el trabajo ni en el estudio. El deporte en conjunto te da compañerismo, solidaridad, empatía por el otro, te ordena, tenés un compromiso, te obliga a comer y dormir bien, a no tener vicios ni excesos. Creo que el deporte te da una vida copada, a parte conocés gente. Es todo positivo. Obvio que también tenés esos momentos de bajón, cuando perdés o algo te sale mal. Pero también eso te ayuda para tomar de ejemplo para reponerte en situaciones adversas de la vida porque de eso se trata, errar y aprender. Y los chicos que tengan alguna discapacidad, que se animen porque está buenísimo. Cualquier deporte que sea, te hace bien al alma.

Mariana Redi se entrena con la Selección argentina. (Foto: MURIEL BRUSCHI)
Mariana Redi se entrena con la Selección argentina. (Foto: MURIEL BRUSCHI)

La Selección argentina, los Juegos Parapanamericanos y el apoyo del estado

La Selección argentina femenina de básquet adaptado participó recientemente de los Juegos de Lima 2019, competencia en la que alcanzó la cuarta posición. “Estuvimos cerca, pero bueno… todavía estamos un escalón más abajo que otros países“, reconoce Mariana, que explica: “En nuestro país no hay mucho apoyo y hay poco scouting de chicas, estamos varios años retrasados. Más allá de que contamos con menos población que otros países, estoy segura que hay un montón de personas de Argentina con discapacidades que ni sabe que existen estos deportes. Un ejemplo soy yo, que recién me enteré a los 24 años”.

Aún así, siendo poquitas, hemos llegado muy lejos. Creo que nadie se imaginaba todo lo que podíamos lograr, así que seguiremos sorprendiendo más adelante. Hay que seguir trabajando para subir ese escalón y cambiar la racha”, asegura con orgullo Redi, que resalta la ayuda que reciben de la Fundación Tendiendo Puentes: “Nos bancan dos veces al mes para que nos juntemos a entrenar todas las chicas del equipo. Nos dan alojamiento, cancha, comida, el traslado a Santa Fe… todo. Demasiado. Son una parte importante del proceso y del crecimiento. De no ser por ellos, no hubiésemos podido entrenar“.

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