El diputado explicó su postura de apoyar el emplazamiento a comisiones para debatir el aumento del presupuesto universitario y la situación del Hospital Garrahan, en la escandalosa sesión de ayer miércoles en Diputados.
El diputado nacional, Mariano Campero, denominado como uno de los radicales con peluca del Congreso de la Nación, causó ruido en el oficialismo nacional, luego de que votara a favor del emplazamiento a comisiones para debatir el aumento del presupuesto universitario y la situación del Hospital Garrahan, durante la escandalosa sesión de ayer miércoles.
Al ser consultado por su decisión, el exintendente de Yerba Buena dijo en una entrevista: “Para dejar muy en claro, nosotros como bloque venimos ayudando y haciendo todo lo que está a nuestro alcance para mantener el equilibrio fiscal, acompañar al gobierno y lo seguimos haciendo”.
En ese sentido, recordó que: “de hecho, que los dos tratamientos se voten en el mismo recinto, se voten esos proyectos, que de alguna manera entendemos son nocivos en término de equilibrio fiscal, votamos en contra”. “El emplazamiento, es decirle a las comisiones que se reúnan y desde ahí si, coincidimos en que es un tema noble, los dos son temas importantes que deben tratarse en comisión”.
Por último, el periodista Nacho Girón le preguntó a Campero, “¿Te sacaste la peluca?”. A lo que Campero respondió: “Para nada, me van a ver acompañando al gobierno. Quiero que le vaya bien a Milei para que le vaya bien a los argentinos”.
En otra entrevista el diputado cuestionó los proyectos que incluyen retroactivos desde 2023 y fondos multimillonarios “difíciles de justificar”, pero insistió en que “la discusión debe abrirse”. Para él, la negativa del Gobierno a dialogar también es un extremo peligroso. “No podemos pasar de un Estado derrochador a un Estado ausente. Hay que dar una luz de esperanza: una paritaria, una hoja de ruta, algo”.
Por último, en relación con el Hospital Garrahan, Campero apoyó el pedido de emplazamiento a comisión pero pidió ampliar la mirada: “El problema no es sólo del Garrahan, es de todo el sistema de salud pediátrica del país. No hay pediatras suficientes, y en el interior la situación es aún más dramática”.
