La amenaza de Irán sobre el estrecho de Ormuz hizo trepar el precio del crudo; el viernes, las estaciones de servicio aplicaron un nuevo aumento del 2,5%
El conflicto en Medio Oriente encuentra a la Argentina mejor posicionada para enfrentar un nuevo ciclo de suba en los precios internacionales de la energía. A diferencia de lo que ocurrió en 2022, cuando la invasión de Rusia a Ucrania disparó el valor del gas e impactó de lleno en las reservas del Banco Central (BCRA) por la fuerte demanda de dólares para pagar importaciones, hoy el escenario es muy distinto. Esta vez, los precios altos del petróleo podrían convertirse en una oportunidad: ayudarán a mejorar el ingreso de divisas al país.
Actualmente, la Argentina produce 760.000 barriles de crudo por día. De ese total, 530.000 barriles se destinan al mercado interno, mientras que los 230.000 restantes se exportan. A medida que crece la producción local, también aumentan los volúmenes enviados al exterior, lo que amplifica el impacto positivo de un barril más caro.
A comienzos del año, sin embargo, lo que preocupaba era la caída en el precio del petróleo, que llegó a perforar transitoriamente los US$60. Ese retroceso se sintió en las exportaciones: en los primeros cinco meses del año, las ventas externas de combustibles y energía apenas crecieron 1,4% en comparación con el mismo período de 2024, a pesar de que los volúmenes exportados subieron 12,7%. ¿La razón? Los precios cayeron un 10%, según el último informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA), elaborado por el Indec.
En 2024, la balanza comercial energética cerró con un superávit de US$5700 millones. Para este año, las proyecciones oscilan entre US$6000 millones y US$7500 millones, según cuál sea el nivel en el que se estabilice la cotización del barril.
El Brent, que es la referencia clave en el mercado local, ronda actualmente los US$77. Subió un 10% desde que comenzó el conflicto en Medio Oriente —cuando valía US$69— y un 20% desde principios de mes, cuando había tocado mínimos de US$63.
“En un mundo con guerras y mayores tensiones, la geopolítica desplaza a la economía en la cotización de los precios del petróleo. A mayor incertidumbre sobre la evolución, alcance y desenlace, mayor impacto en el alza de las cotizaciones. Si el conflicto desescala, vuelven a predominar los fundamentales del mercado: oferta, demanda e inventarios. Allí los futuros vienen a la baja, con un ICE Brent que cotiza por debajo del los US$60 el barril para fines de 2026″, explicó el consultor Daniel Montamat.
“Sucede que ya no se discute cuándo se dará el pico de oferta petrolera, sino cuándo la demanda mundial de petróleo va a alcanzar su pico y empezará a descender. A su vez, hay signos de ralentización en la economía mundial y se están sumando nuevas ofertas por fuera de la producción OPEP+ [la organización de países petroleros ampliada]”, agregó el exsecretario de Energía.
El reciente repunte en los precios tiene, en buena parte, una causa geopolítica concreta: la amenaza de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz, un paso por el que circula el 21% del petróleo que se consume en el mundo (21 millones de barriles diarios).
Este estrecho, ubicado entre las costas de Irán y Omán, es angosto, pero estratégico: conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán y el mar Arábigo. Tiene 161 kilómetros de largo y apenas 34 kilómetros de ancho en su punto más angosto. Sus dos canales de navegación, de solo tres kilómetros cada uno, son usados de forma intensiva por los buques petroleros.
Impacto en la inflación
Este aumento de precios internacionales, sin embargo, tiene efectos locales en los valores de la nafta y el gasoil, que ya empezaron a verse reflejados el viernes pasado, cuando las estaciones de servicio aplicaron una suba de 2,5% en los surtidores.
Este aumento tuvo dos particularidades. En primer lugar, fue impulsada por las empresas con control privado, en vez de por YPF, que rápidamente se alineó al resto del mercado. Luego, por primera vez, no se esperó a que se inicie un nuevo mes para aplicar los aumentos, sino que ocurrieron apenas una semana después de los primeros ataques de Israel a Irán.
Santiago Filipuzzi
De esta forma, las estaciones de YPF ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) ya venden el litro de nafta súper a $1215 y la premium, a $1435. A su vez, en las estaciones de servicio de Axion, la nafta súper y premiun ya se ofrece a $1239 y $1497 por litro, respectivamente, y en las que llevan a Shell como marca esos valores quedaron, por ahora, en $1299 y $1548.
Aun así, en lo que va del año, los precios de los combustibles subieron solo 7% en la Ciudad de Buenos Aires, dado que hubo meses donde no hubo variación o se aplicaron rebajas, como en mayo, cuando cayeron 4%. En el mismo período, la inflación acumulada fue 13,3%
