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Miente, miente, que algo quedará…

El presidente Alberto Fernández continúa el relato K, sin importarle que su imagen se ridiculiza cada día más

alberto fernandez
Presidente Alberto Fernández
Descacharreo

De cara a lo que será un virtual referéndum sobre su pésima gestión encabezando el Gobierno nacional en materia de economía y pandemia, Alberto Fernández hace todos los méritos para que la gente crea que compite cabeza a cabeza con el ex presidente Fernando de la Rúa en cuanto a la sospecha de que el actual mandatario no se encontraría en sus cabales, luego de lo que fue la jornada de ayer.

Y es que el presidente apeló a un informe de una consultora militante para auto elogiar su medida de cierre de exportaciones a la carne en lo que no fue más que una provocación al campo. Pero, lo que es peor, es que Alberto Fernández tal parece que ha comenzado a creer sus propias mentiras, con la gravedad institucional que representa el hecho de que el Jefe de Estado delire de tal manera.

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Para colmo, la auto felicitación de Alberto Fernández ocurre a menos de una semana de que los Ministerios de Desarrollo Productivo y de Agricultura prorrogaran hasta el 31 de octubre próximo las restricciones a las exportaciones de carne a través de la Resolución Conjunta 7/2021, que amplió lo establecido por el artículo 2 del decreto 408/2021, por el cual se limitaron los embarques de carne vacuna hasta un 50% del promedio despachado el año pasado.

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Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), la carne bajó 1,4% en agosto pasado luego de retroceder 0,9% en julio último. Pero, por un lado, cabe señalar que este nivel de reducción de precios es ínfimo. Y como si eso fuera poco, cabe recordar que, además, en junio, aún con el cepo a la exportación había aumentado 7,7%, razón por la cual la merma del precio es todavía más exigua.

Esta baja en el precio del mostrador se debe a la pérdida en el valor adquisitivo de los sueldos y de la moneda, que hace que el consumidor haya modificado su consumo entre los distintos tipos de carne. Por eso no se debe a las medidas implementadas por el Gobierno, porque están cerradas las exportaciones a un producto que hoy no se consume en Argentina, que es la llamada vaca de conserva, que va a China y que no llega al mostrador de las carnicerías locales.

La única realidad es que estamos en los niveles de consumo más bajos de la historia prácticamente, porque lo que está afectando a la carne es la pérdida del poder adquisitivo del salario. La plata, como consecuencia de la inflación pierde el valor día a día y eso es lo que le está pegando de lleno al consumo y, por ende, al precio, pero no se puede relacionar el cierre de exportaciones de vaca vieja a China como quiere hacer creer Alberto Fernández.

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Otra muestra de que el presidente se cree su propia mentira es el hecho de que, si de verdad se diera esa caída de precios que Alberto Fernández está remarcando, el compromiso era levantar el cese a las exportaciones, porque ya se habrían cumplido los objetivos que tenía, cosa que no pasó. En definitiva, es otra mentira más dentro del relato. No solo no cumple la palabra, sino que trasforma la pelea en una puja política.

Y es que ahí confirma que el tema no es económico, no es el precio, sino que es una cuestión de un mensaje político, electoralista para el núcleo duro de los votantes. Por lo que Alberto Fernández no solo falta al cumplimiento de la palabra de lo que les confió a los productores, sino que transforma la pelea en una puja política. La carne no estabilizó su precio en mostrador por el desacierto de una medida demagógica, anacrónica, y de sesgo anti productivo.

Lo que el Gobierno busca es justificar un desacierto con una mentira ya que, en realidad, al mercado interno no le entra un kilo más de carne, lo mismo pasa con otros bienes básicos de consumo como la verdura, el pan y la leche; la caída abrupta del poder adquisitivo de la gente, fruto de una desvalorización constante de nuestra moneda hace que aún con las ofertas obligadas por la falta de venta, el consumo no crezca, no traccione.

En definitiva, la demagogia y la creencia en su propia mentira, ha provocado que Alberto Fernández se convirtiera en el hazme reír de la política nacional. Y es que, más que un títere al que se le ven los hilos, el presidente se ha convertido en una caricatura de sí mismo, con el agravante de que es la investidura presidencial la que se mancha de una forma que quedará en los registros de la historia para siempre.

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