La víctima llevó a sus dos hijos al colegio y volvió a su casa, donde fue atada y asfixiada. Investigan a una mujer que había entrado al edificio vestida de mucama y a un hombre. Por el momento, ambos están prófugos.
En el amanecer del viernes, Magalí Jael Levy había llevado a sus dos hijos al colegio. Debía retirarlos al mediodía, pero nunca apareció. Al no ubicarla en su teléfono, las autoridades del centro educativo se comunicaron con su esposo. Él fue quien la encontró asesinada minutos más tarde en el departamento que compartían en Recoleta.
Según las primeras informaciones del caso, la víctima murió por asfixia: estaba atada y tenía una bolsa en la cabeza.
Magalí tenía 28 años y, al igual que toda su familia, era miembro de la comunidad judía. Los investigadores tienen en la mira a una mujer que estaba vestida de empleada doméstica y a un hombre que se retiraron juntos del lugar. Por el momento, ambos están prófugos.
Tras un llamado al 911, policías de la Comisaría Vecinal 2B se acercaron a un edificio ubicado en la calle Sánchez de Bustamante 1215. Al ingresar, notaron instantáneamente que todo estaba revuelto y una caja fuerte había sido violentada.

Segundos después, los agentes se toparon con el horror: el cuerpo de Magalí.
Una vez iniciada la investigación se detectó que, horas antes, una mujer que estaba vestida como empleada doméstica había ingresado al lugar. También lo hizo un hombre que entró por la puerta del edificio y fue hasta el departamento donde vivía Magalí junto a su familia.
Las pruebas surgieron de las cámaras de seguridad del edificio, y un domo ubicado en la cuadra ofreció más detalles: la mujer y el hombre se retiraron juntos más tarde. Ella ya no estaba vestida de empleada doméstica: tenía un pantalón oscuro y una blusa roja.
En la escena trabajaron personal de la Unidad Criminalística Móvil, la División Rastros y Homicidios de la Policía de la Ciudad, quienes realizaron realizar las pericias correspondientes.
El caso fue caratulado como “homicidio” y se encuentra bajo la investigación del fiscal Edgardo Orfila, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°50.
Eliahu Hamra, rabino de AMIA, se pronunció sobre el hecho y exigió que las autoridades se encarguen del “inmediato esclarecimiento y el castigo a los responsables de esta atrocidad”.

Magalí estaba casada con Alberto Arazi, con quien tuvo a sus dos hijos. Su padre es Adrián Levy y su madre, Ileana Chaio. Todos pertenecían a la comunidad judía.
Según consta en su perfil de Facebook, la joven había realizado sus estudios secundarios en el colegio Martín Buber, en Palermo, y luego cursó la carrera de Relaciones del Trabajo en la Universidad de Buenos Aires (UBA).