Todo ocurrió el 5 de febrero cuando las deportistas, que decidieron proteger sus identidades, decidieron ir hasta el Viaducto de El Saladillo, usando el camino de la comuna de Nueva Esperanza, el único disponible desde que los productores de limón de la zona cerraron la senda tradicional. A media tarde, cuando avanzaban por la zona conocida como La Lomada, una de ellas cayó del rodado.
Fue entonces que, de inmediato, fue atacada por un sujeto que ya las había cruzado varias veces circulando en moto por el camino que habían elegido para pedalear. Cuando otra de las bikers se volteó para asistirla, vio al depravado con los pantalones bajos, abalanzarse sobre su amiga, quien, con golpes en el cuerpo, trataba de librarse del cuadro de la bicicleta que la aprisionaba, facilitando el accionar del despreciable sujeto.
La otra joven comenzó a gritar y, como el atacante no cesaba en su intento de abuso, tomó una piedra con la que lo golpeó, logrando que dejara a su amiga, tras lo cual comenzó a correr perdiéndose entre la vegetación. Aturdidas y asustadas, las jóvenes decidieron emprender el regreso. En el camino se toparon con otros bikers quienes increíblemente, trataron de “tranquilizarlas” argumentando que en realidad no había pasado nada.
Pero las mujeres no se quedaron con eso y se dirigieron a la sede policial de Tafí Viejo, donde les tocó vivir la peor parte. Según denunciaron, los uniformados se negaron a salir a buscar al atacante, argumentando que no tenían móviles ni conocían la zona. De ahí, se dirigieron al hospital Avellaneda, donde tras revisar a la joven agredida, hallaron lesiones compatibles con el abuso sexual.
Con lo que se activaron los protocolos vigentes en el sistema de Salud cuando se detectan casos de este tipo. Las víctimas decidieron difundir lo que les había ocurrido. Así se enteraron que no era ni el único ni el primer caso de intento de abuso, ocurrido en ese mismo lugar y protagonizado por el mismo depravado sujeto. Esto profundizó el malestar de las denunciantes con la Policía.
Y también con sus colegas deportistas, quienes se mostraron indiferentes cuando intentaron convocar a una movilización para denunciar el peligro latente y forzar el accionar de la fuerza de seguridad. Desde la Policía, el jefe de la Regional Norte Joaquín Girvaux explicó el accionar de sus subordinados apelando a la falta de denuncias formales y aseguró que, ahora que se sabe de varios casos de intento de abuso en ese lugar, actuarán para buscar y detener al sospechoso.
Mientras tanto, la mujer agredida trata de superar el trance que, según sus amigas, le dejó secuelas que le impiden salir para acudir a su trabajo, por el miedo que se apoderó de ella tras la traumática experiencia.
