Nieva relata la historia que terminó con la muerte de su hijita, en medio la persecución del titular de la Mutualidad, el médico Daniel Deiana.
“Lo que voy a contar ahora pocas veces lo he contado, porque no me hace bien contarlo. Es muy doloroso”, señala Nieva.
“Todo comienza cuando Deiana va a Concepción y me dice que me va a despedir de la Mutualidad, salvo que yo acepte su propuesta de renunciar a mi cargo, y que él me iba a tomar como monotributista. Entonces le dije que no, que no aceptaba, él me dijo ’bueno te voy a despedir’. Yo le dije ’vos tenés en cuenta que yo tengo una hija con parálisis cerebral, y mi hija va a quedar sin obra social’. Y me dice ’a mi no me importa de tu hija, yo te voy a despedir’.”
“Pasó una semana y me mandó el telegrama de despido, pero mi hija siguió con la obra social porque mi señora continuaba trabajando en la Mutualidad. Pero enseguida, al mes siguiente, la despide a mi señora, y ahí mi hija se queda sin obra social”, explica Nieva.
“Nos quedamos mi mujer y yo, los dos, sin trabajo, y mi hijita sin rehabilitación ni asistencia social. Necesitábamos urgente el traspaso para la obra social y demoró más de un año el traspaso. Mientras solo tuvimos padecimientos. Mi hija tenía una sonda para alimentarse, necesitaba un montón de medicamentos, una leche especial…”, relata.
“Mi hija ha durado un año más, y ha fallecido mi hija, por falta de cobertura social”, señala.
“No sé dónde Dios va a poner al personaje este de Deiana, porque realmente para mí es un monstruo, que no tiene piedad de nada… No me importa que no haya tenido piedad de mí, pero él como médico sabía lo que podía pasarle a mi hija, y no ha tenido piedad, no le importó nada…”, afirma Nieva.
“Yo le pido al señor gobernador que tome cartas en el asunto y se haga justicia, no solo por mí sino por todos los empleados de la Mutualidad.”
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