Un proyecto de ley presentado por la legisladora Nadima Pecci, e impulsado por la Fundación Más Vida, propone que debe sea requisito previo a cualquier intervención obtétrica-ginecológica que pueda poner en riesgo la vida de la madre y/o del embrión, la realización de un ultrasonido para determinar la detección de latidos en la persona por nacer.
“Lo que busca esta ley es proteger la salud y asegurar el consentimiento informado en las intervenciones gineco-obstétricas. No realizar el ultrasonido implica no informar adecuadamente a la mujer que se realizará una intervención. Es un derecho de la mujer tener el conocimiento pleno antes de realizarse cualquier procedimiento de esta índole”, sostuvo la parlamentaria.
“Con el avance de la tecnología aplicada a las ciencias médicas, ahora se sabe que los niños en gestación tienen ADN propio desde el momento en que se produce la fertilización, y que ya cuentan con sus propias huellas dactilares a partir de las ocho semanas de gestación. Se ha probado que el desarrollo del cerebro fetal comienza a los 18 días, y se ha detectado actividad cerebral a partir de las siete semanas de gestación, concluyendo que unas semanas después es capaz de sentir dolor”, fundamentó Pecci.
La ley de latidos cardíacos fetales obtuvo impulso legislativo en 22 estados de Estados Unidos, y ya es ley en los estados de Texas y Oklahoma desde en septiembre y noviembre pasado respectivamente.