Hace 20 días que “Dumbo”, Raúl Martín Maylli Rivera, permanece prófugo. Tras un intenso tiroteo, el jefe narco de Villa Lugano fue imputado por los fiscales Alejandra Mangano y Diego Iglesias, titulares de la Fiscalía Federal 12 y de la PROCUNAR, respectivamente. Lo consideran el jefe de una violenta organización criminal que creció durante la pandemia, enquistada en los barrios Padre Mugica y Bermejo. Su búsqueda y el cambio de rumbo de la causa permitió a los investigadores de la Policía Federal profundizar sobre los métodos del incipiente capo.
Es así que, durante la búsqueda, detectives que trabajan en el caso descubrieron que los integrantes de la banda contaban con certificados de esenciales de la aplicación Cuidar, con la que pudieron circular libremente durante las restricciones. En uno de los procedimientos, que terminaron con la detención de Bruno Casanova Chambergo y Renzo Alexis “Puñete” Saval Soria (tercero y cuarto al mando de la banda) encontraron impresiones de los permisos oficiales. El barrio está ubicado en un punto estratégico, muy cerca de la General Paz, la avenida que divide jurisdicciones.
Con la pandemia, el Gobierno implementó la app para el autodiagnóstico de síntomas de coronavirus que permitió recolectar información valiosa. Pero, sobre todo, permitió ejecutar un control sobre las restricciones impuestas por Alberto Fernández en las diferentes etapas del ASPO, del DISPO y los cierres intermitentes. La disminución de la circulación se convirtió en el corazón de la política sanitaria para mitigar la propagación del virus.
Se sabe que solo los denominados esenciales tienen pase verde para poder circular entre jurisdicciones y en el transporte público, sin límites de horario. Solo se justifica el movimiento para asistir al trabajo. Los certificados los autoriza el Ministerio de Salud, tras una serie de requisitos que solicita el sistema de validación de datos.
Durante el último cierre estricto en el AMBA, fuentes de Seguridad de la Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires admitieron a TN que no todas las personas que contaban con el permiso eran realmente esenciales, razón por la cual relativizaron el bajo número de infractores. Al parecer, no son pocos los que notaron que no es difícil burlar el sistema impuesto. Entre ellos, los soldados del narco de Villa Lugano.
En tanto, la causa, en manos de Julián Ercolini, tuvo en las últimas horas un avance significativo en tribunales: finalmente, la Justicia porteña pasó las actuaciones -con las tareas sobre la organización realizada por la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal previa a la fuga y a la masificación del caso- al juzgado que ahora concentra todos los cargos contra “Dumbo”. Antonio Ferreras, fiscal de Morón, ya lo había hecho al inicio por pedido de la PROCUNAR. En ese expediente, Maylli Rivera aparece con el seudónimo de “Peruano Juan”.
La cacería del zorro: más de 15 allanamientos y varios detenidos
La PFA, la Bonaerense y la Policía de la Ciudad trabajan simultáneamente para atrapar a “Dumbo”. Durante algunos procedimientos, lo hacen de manera articulada y se prestan apoyo, pero hay entre ellos una inevitable competencia por colgarse la medalla de la captura, cada uno de ellos motivados por diferentes intereses y aunque no haya dudas de que es la fuerza federal comandada por Juan Carlos Hernández la que mejor conoce los movimientos de la organización, un desprendimiento de la estructura liderada por Marco Antonio Gonzáles y su hermano “Pity” en la 1-11-14, del Bajo Flores.
Ya se realizaron más de 15 allanamientos para dar con el narco. Ninguno exitoso, por el momento. Aunque sí los detectives de la PFA detuvieron a sus principales laderos: Arturo “Sonrisa” Andia Ormeño, Renzo Alexis “Puñete” Saval Soria y Bruno Casanova Chambergo.
Fuentes de la investigación indicaron que estiman que Maylli Rivera no puede estar lejos. Saben que posee varios vehículos y propiedades a través de testaferros. Él teme que le arrebaten el control del territorio en las inmediaciones de la platea 11, en el que imitó el estilo del capo peruano, con barricadas, centros de acopio (de droga y armas), satélites y niños que son utilizados como marcadores.
Por la misma razón, la venta de drogas continúa en el barrio. Este martes la policía porteña detuvo dos hombres de nacionalidad peruana. En su poder tenían 77 dosis de cocaína fraccionada para la venta y 12 cubos de picadura de marihuana compacta.
Así opera “Dumbo”, el narco de Villa Lugano que gana $2.500.000 por día
“Todo bien, pasillo”. Desde las alturas de los edificios del barrio Padre Mugica los satélites de “Dumbo” informaban los movimientos al resto de la banda con la voz atravesada por el rasposo sonido de los handies. Pero, en un segundo, todo cambia: “Viene la Partner blanca”, se escucha la advertencia aún serena de uno de los miembros de la organización que gobierna Villa Lugano. “Me parece que es es la brigada”, se alarma. Después siguen gritos de desesperación y una indicación clave dirigida a los vendedores: “¡Fuera, fuera, fuera!”.
Poco después, casi susurrando, el hombre da una última orden: “Están en el pasillo, no salgan”. El audio, al que tuvo acceso TN, revela el sistema de vigilancia de la organización que genera $2.500.000 por día con la venta de droga al menudeo, en un sitio estratégico (a metros de la General Paz) y que contó, durante dos años, con total impunidad.
Una de las características de la estructura criminal que más alarma a los investigadores es el uso de chicos que colaboran con las actividades narco como “marcadores”. Imágenes capturadas por vecinos muestran al líder dándoles dinero a dos nenas que cumplirían esa función, incluso, la imagen que publica TN es una escena que resultaba habitual, indicaron fuentes del caso.
El narco solía, además, exhibir armas, incluso, frente a menores y se sentía tan cómodo que era habitual verlo salir de su casa envuelto en una toalla, que se sacaba en un gesto lleno de sorna para mostrase desnudo ante los habitantes del barrio que aún domina. Las fases 2 y 3, de la platea 11, son parte de su territorio.