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“No la aceptan en ningún lado, nos quedamos sin techo: ya no es vida la que vivimos”

Guadalupe es la niña de 5 años que conmovió a los tucumanos mientras realizaba su tarea escolar en la esquina de Alem y Piedras mientras su padre Mauro limpiaba vidrios. Cuando todo parecía encaminarse, el mensaje de su familia. VIDEO

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Guadalupe estudia, Mauro limpia vidrios.
Descacharreo

Un nudo en la garganta se hace cuando a la medianoche del jueves llega un mensaje a la redacción de el tucumano: “¿Buenas? Disculpe la molestia. Acá estamos, medio mal”. Es Mauro, el papá de Guadalupe, (la niña de 5 años que conmovió a los tucumanos mientras realizaba su tarea en la esquina de Alem y Piedras).
Este viernes, Mauro atiende el teléfono junto a Ruth, su señora: “Perdone nuevamente. Anoche estábamos desesperados: dormimos en una pieza atrás de la casa del abuelo de mi señora, en Las Talitas. Pero nos corren a cada rato”.

El video que envía Mauro habla por sí solo, pero agrega: “Cuando nos echan, a veces dormimos en los bancos de la plaza Alberdi, o en la cancha detrás del barrio Apem. También aquí, cerca del semáforo”.

Fumigación y Limpieza

“Nosotros en la pieza, en realidad, no tenemos nada. La cama le han dado a la Guada un vecino y el techo es de plástico. Encima fuimos a averiguar una pieza, pero nos dicen que no aceptan chicos. En la Roca e Independencia preguntamos: no aceptan chicos. A la Guada no la aceptan en ningún lado, nos quedamos sin techo: ya no es vida lo que vivimos”, relata Mauro.

Movilidad Urbana

Con los útiles escolares y la ropa en bolsas de consorcio, la familia pasó varias noches en los alrededores de la plaza Alberdi: “Hay varios hoteles por la zona, pero un hotel está 2 mil y algo. Y no tengo, si a veces no me alcanza para comer. Nos gustaría tener un techo, aunque sea a la par de un canal, yo con trabajo lo pago, de lo que sea”.

Mientras la familia de Guadalupe se mueve de aquí para allá en el silencio de las noches frías de mayo, Mauro y Ruth tratan de disimular la situación crítica: “Trato de tranquilizarlo a ellos, a Guada y al bebé, que no vean lo que estamos pasando. Son criaturas. No quiero que vivan la infancia que yo viví. Quiero que el Gobierno nos dé una mano”.

“No pido una donación, solo la oportunidad de tener un trabajo digno. Como sea me voy a dar maña. Sé de herrería, albañilería, trabajé en un lavadero, pero pagan poco. Quiero tener un lugar para estar tranquilos. Encima nos piden depósitos o garantías y esas cosas no tenemos. Si me dan formas de pagar una casilla, no tengo problema. Solo necesitamos que alguien nos ayude, por nosotros, pero sobre todo por Guada y el gordito”.

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