KIEV.- Más de un millón de ucranianos quedaron este sábado sin electricidad como consecuencia de nuevos “ataques masivos” de Rusia contra infraestructuras energéticas, según estimó el gobierno de Ucrania tras la andanada de misiles.
El mando de las fuerzas aéreas ucranianas indicó que los rusos dispararon 33 misiles contra infraestructuras ucranianas y 18 de ellos fueron derribados. “El enemigo continúa atacando instalaciones energéticas en varias regiones de nuestro país”, dijo el consejero de la presidencia ucraniana, Kirilo Timoshenko. Y añadió que más de un millón de personas en toda Ucrania estaban sin electricidad, 672.000 de ellas solo en la región occidental de Khmelnitsky.
El operador de la red estatal Ukrenergo dijo que los ataques tenían como objetivo la infraestructura de transmisión en el oeste de Ucrania, pero que se estaban aplicando restricciones al suministro de energía en diez regiones de todo el país, incluida la capital, Kiev.
“La escala de los daños es comparable o puede superar las consecuencias de los ataques (entre) el 10 y el 12 de octubre”, escribió Ukrenergo en la aplicación Telegram, en referencia a la primera ola de ataques al sistema eléctrico de Ucrania la semana pasada. El número dos de la ciudad de Kiev, Petro Panteleev, advirtió que los ataques rusos podrían dejar a la capital ucraniana sin electricidad y calefacción durante “varios días o semanas”.
Por otro lado, las autoridades instaladas por Rusia ordenaron este sábado a todos los residentes de Kherson, en el sur de Ucrania, que abandonen “inmediatamente” la ciudad ante el esperado avance de las tropas ucranianas, que libran una contraofensiva para liberar una de las primeras zonas urbanas que Rusia ocupó tras invadir el país.
La administración instalada por el Kremlin pidió a los civiles que utilicen botes para cruzar un río importante y se adentren en el territorio controlado por Rusia, citando una situación tensa en el frente y la amenaza de supuestos bombardeos y “ataques terroristas” por parte de Kiev.
Kherson ha estado en manos rusas desde los primeros días de la invasión en febrero. La ciudad es la capital de una región del mismo nombre, una de las cuatro que el presidente Vladimir Putin anexionó ilegalmente a Rusia el mes pasado y luego colocó bajo la ley marcial rusa.
El viernes, las fuerzas ucranianas bombardearon las posiciones rusas en toda la provincia, acercándose cada vez más a un asalto total a su capital mientras atacaban las rutas de reabastecimiento de las fuerzas del Kremlin a través del río Dniéper.
Los funcionarios prorrusos intentan desde hace unos días convertir a Kherson, un objetivo central para los dos bandos por sus importantes industrias y su puerto fluvial y marítimo, en una fortaleza, mientras tratan de reubicar a decenas de miles de residentes.
El Kremlin envió hasta 2000 reclutas a la región circundante para reponer pérdidas de sus tropas y fortalecer las unidades en el frente, según el Estado Mayor del Ejército ucraniano.
El estratégico Dniéper
El río Dniéper ocupa un lugar destacado en la lucha porque cumple funciones críticas, al permitir el cruce de suministros, tropas y civiles, así como de agua potable para el sur de Ucrania y la anexionada península de Crimea, además de alimentar una central hidroeléctrica. Gran parte de la zona, incluida la central eléctrica y un canal que alimenta de agua a Crimea, está bajo control ruso.
Las autoridades prorrusas de Kherson anunciaron previamente planes para evacuar a todos los funcionarios designados por Rusia y hasta 60.000 civiles al otro lado del río, en lo que el líder local Volodimir Saldo dijo que sería un “desplazamiento gradual y organizado”.
Otro funcionario prorruso calculó que alrededor de 25.000 personas de toda la región habían cruzado el Dniéper. En Telegram, Kirill Stremousov afirmó que los civiles se estaban reubicando voluntariamente.
“La gente se está moviendo activamente porque, hoy, la prioridad es la vida. No llevamos a rastras a nadie a ninguna parte”, aseguró, en respuesta a las denuncias de Ucrania y Occidente sobre posibles traslados forzados por parte de Moscú.
Según el gobierno de Volodimir Zelensky, se trata de una “deportación masiva”. Las autoridades ucranianas han instado a los residentes locales a resistir los intentos de reubicarlos, y un funcionario local alegó que Moscú quería tomar a los civiles como rehenes y usarlos como escudos humanos.
En otros lugares, cientos de miles de personas en el centro y oeste de Ucrania se despertaron este sábado con cortes de electricidad y ráfagas de disparos periódicas mientras las defensas antiaéreas ucranianas trataban de derribar los drones y misiles que se aproximaban.
Rusia ha intensificado sus ataques contra centrales eléctricas, sistemas de suministro de agua y otra infraestructura clave en todo el país en la última fase de una guerra que dura casi ocho meses.
Agencias AP y AFP