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Oscuro y desolado: el Mercado del Norte fue desalojado y la incertidumbre se apoderó de los trabajadores

Si bien aún no se retiraron los muebles de gran porte, el tradicional mercado tucumano ya no tiene vida. Resignados, los puesteros decidieron acatar la orden judicial y desalojar el histórico predio. Un funcionario municipal aseguró que, por el momento, no tienen una solución a corto plazo para los trabajadores.

mercado del norte
Descacharreo

Anoche, pasadas las 21, ya no quedaba casi ningún puestero en las inmediaciones del Mercado del Norte. A esa hora los trabajadores, entre bronca y lágrimas, retiraban lo que les quedaba de mercadería de sus locales. Sólo restan los muebles, las heladeras exhibidoras y aparatos de aire acondicionado. De a poco, el paisaje del tradicional mercado se convierte en un hueco oscuro y desolado. Todo indica que es el final de un pedazo de historia tucumana, el cierre del centro de compras más importante de la provincia.

El principio del fin

Fumigación y Limpieza

Todo comenzó el viernes último. Durante la noche, efectivos policiales advirtieron que dos columnas del edificio sobre calle Mendoza habían cedido. Dieron aviso a la Municipalidad y rápidamente llegaron al lugar Defensa Civil Municipal, personal de la Dirección de Catastro y de Tránsito. El sábado por la mañana las autoridades municipales les informaron a los puesteros que no podían ocupar el edificio hasta tanto se realice un informe técnico de la estructura que determine si el mercado estaba en condiciones de seguir funcionando. Los trabajadores tuvieron que esperar cuatro días para tener una respuesta del municipio.

Movilidad Urbana

Peligro de derrumbe

El miércoles, el ingeniero Rafael Blanca, del Departamento de Construcciones y Obras Civiles de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), aseguró que “Al retirar cielorrasos y los revestimientos de aluminio, se han verificado importantes grietas en vigas y pilares, esto obliga a revisar toda la construcción comprometida y proyectar importantes refuerzos”.

Minutos después de escuchar el diagnóstico, el intendente Germán Alfaro organizó una conferencia de prensa para anunciar la decisión de clausurar el mercado, por considerar que el edificio se encontraba en peligro de derrumbe. Los puesteros, que en esos momentos se habían apostado en uno de los accesos del mercado, sobre calle Junín, se enteraron por los medios de la decisión del Alfaro y decidieron ingresar al predio.

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La decisión de la justicia

Durante la noche del miércoles, horas después del anuncio del jefe municipal, la jueza Cynthia Lorena Rocha dictó una orden de desalojo de los puesteros, que por esas horas se negaban a abandonar el edificio. La orden judicial estipulaba un plan de evacuación pacífica, por lo que había que negociar la salida con los puesteros. Además, la jueza aclaró en su fallo que no se imputará ningún delito a los trabajadores que ocupaban el predio. Esto fue clave para convencerlos de desalojar el mercado.

Pasó la noche y el jueves, bien temprano, los puesteros decidieron acatar la orden judicial. El plan de evacuación se hizo de forma ordenada y por turnos. Los puesteros se organizaban en grupos reducidos para ingresar por calle Junín y retirar, con un tiempo estipulado, su mercadería y todas aquellas herramientas que se pudieron retirar sin mayores esfuerzos. Se estima que hasta el próximo martes se realizarán las tareas para retirar los elementos pesados, como heladeras exhibidoras, cámaras frigoríficas y muebles de gran porte.

La respuesta de las autoridades

Franco Pinello es el titular de la Dirección de Control Ambiental y Bromatología, el área encargada de la administración del Mercado del Norte. En diálogo con eltucumano, el funcionario municipal habló sobre la situación de los puesteros frente al desalojo del histórico edificio. “Por suerte se está llevando adelante el desalojo de manera ordenada, los trabajadores ya retiraron su mercadería, ahora hay que seguir con la maquinaria, que llevará unos días más”.

Además, se refirió a las obras de remodelación del predio, un trámite que por estos días tiene curso en Nación. “Es una obra que demanda una inversión cercana a los mil millones de pesos. Los fondos los solicita Nación al Banco de Desarrollo Interamericano. Nosotros teníamos planificados comenzar las obras a finales de este año o principios del año que viene”, explicó.

Sin embargo, Pinello aclaró que los planes de la municipalidad se vieron truncos con el incidente del pasado viernes que obligó a la clausura del predio. Sin embargo, aclaró que, si no hubiese ocurrido lo que finalmente ocurrió, el edificio tendría que haberse desalojado al momento del inicio de las obras. “Esto fue tan intempestivo que no nos dio lugar a planificar. Si no hubiese pasado esto por lo menos podríamos haber armado una mesa de diálogo y pensar en conjunto una solución a corto plazo para que los puesteros puedan seguir trabajando mientras se realizaban los trabajos. Pero pasó esto de forma imprevista y desde la Municipalidad sólo podemos abocarnos al desalojo”, detalló.

Por el momento, Pinello no pudo brindar certezas respecto al futuro inmediato de los puesteros. “El intendente Alfaro puso como prioridad preservar la vida de los trabajadores, por eso ordenó el desalojo. Nosotros no perdemos de vista la necesidad que tienen ellos de trabajar, pero la prioridad fue preservar la vida, y ese es el costo político del intendente”. Consultado por este diario sobre si se les brindó a los puesteros una solución alternativa a corto plazo, Pinello fue contundente: “lamentablemente, no podemos dar una solución ahora a los trabajadores. Son 100 puestos, se necesita un lugar muy grande para albergarlos, y aún no tenemos respuestas para ellos”. 

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