La Comisión para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural de Tucumán necesita más de $ 6 millones sólo para empezar a trabajar en la restauración del templo de San Francisco. Detrás de esta conclusión, que presentó ayer el ingeniero a cargo del diagnóstico, Daniel Mafud, asciende el humo de la catedral de París. “Mientras se quemaba Notre Dame -expresó Mercedes Aguirre– no pude evitar pensar en San Francisco”. Aguirre es la directora de Patrimonio Cultural de la Provincia.
Los integrantes de la Comisión se reunieron ayer por la mañana en la Federación Económica de Tucumán (FET). Olga Paterlini, presidenta del Comité Ejecutivo de la Comisión, negó que la iglesia esté en peligro de derrumbe, pero advirtió de que es necesario restaurarla para evitar cualquier colapso. “Si bien la Constitución le otorga al sector público la responsabilidad de proteger el patrimonio, el deterioro de este templo es un problema complejo y por eso requiere el auxilio de todos”, transmitió Paterlini.
En busca de fondos
Esta comisión se formó el 22 de febrero por iniciativa de la senadora Silvia Elías de Pérez, que el año pasado había gestionado la inclusión, en la Ley de Presupuesto nacional, de una partida de $ 5 millones para la restauración de la basílica. Aparte de recibir este dinero -que, según Mafud, ya está disponible-, la Comisión logró despertar el interés de la Provincia y de la Municipalidad, que se comprometieron a colaborar con la intervención.
Hasta el momento, la Comisión ha trabajado en la planificación del diagnóstico. De acuerdo con Mafud, la evaluación del estado del conjunto franciscano debe hacerse en 10 etapas, que en total requerirán $ 6 millones. “Antes de gestionar recursos era necesario tener claro cuáles son las etapas. No se puede trabajar sobre la estructura, la cúpula o la fachada si no sabemos qué es lo que está pasando en el subsuelo. Por eso la primera etapa va a consistir en la evaluación de la situación de los desagües pluviales y cloacales”, adelantó Mafud.
Mientras tanto
Esos $ 6 millones serán la base para la restauración, que después requerirá montos más altos. La Comisión debatía al final de la reunión de ayer cómo conseguir dinero del sector privado. En ese momento Aguirre propuso: “sería bueno desprenderse de los aspectos religiosos y políticos para que todos los tucumanos nos reciban y escuchen”.
Sin embargo, el representante de la comunidad franciscana, fray Fernando Lapièrre, subrayó que el edificio, además de ser un patrimonio cultural, es un templo: “la feligresía quiere entrar a la iglesia; si vuelve a abrir sus puertas rápidamente, la gente va a colaborar”. Lapièrre además denunció que la puerta del lugar es un basurero: “hay gente que hace sus necesidades ahí”.
Mafud le explicó que para habilitar el templo se necesita un nivel de seguridad que hoy no hay, aunque se comprometió a priorizar la reapertura. Mientras tanto, la estructura de la iglesia requiere soluciones urgentes. Las columnas, sobre todo, exhiben fisuras preocupantes.
> Una comisión público-privada
La Comisión para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural de Tucumán pretende estar por encima de cualquier diferencia política o social. La integran, por el sector privado, la Federación Económica, la Sociedad Rural y la Cámara de Turismo provinciales. Desde la academia participan las universidades Nacional de Tucumán, Tecnológica Nacional, Santo Tomás de Aquino y San Pablo-T. El Estado, en tanto, actúa en sus instancias nacional, provincial y municipal. La presidenta es Olga Paterlini, de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos.
> Las 10 etapas de intervención
El ingeniero Daniel Mafud estuvo a cargo de la planificación de la restauración, que está estructurada en 10 etapas. Las primeras consisten en estudios técnicos de la estructura de la iglesia. Después trabajarán en la recuperación de los muros, bóvedas y cúpulas afectadas por las grietas y en la reparación de la fachada. En cualquier caso, Mafud resaltó que el mantenimiento va más allá del proyecto y requiere un trabajo permanente: “un monumento es una obra que tiene vida y mantenerlo es un trabajo de toda la vida”.
> ¿Por qué está tan deteriorado?
Consultada por este periódico acerca de las causas del deplorable estado de la basílica, Olga Paterlini explicó que este problema se debe a que el monumento no recibió el constante mantenimiento que necesita. “Este templo, que tiene siglos, ha ido sufriendo una serie de daños que son producto del tiempo. Si un monumento no recibe un trabajo permanente de conservación, se deteriora. Es un hecho natural. En San Francisco sí se ha trabajado, aunque de manera intermitente, por eso hoy al menos lo tenemos en pie”, rescató la presidenta de la Comisión.