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Peronismo VS Peronismo

Las máximas autoridades del partido Justicialista, están haciendo todo para perder en 2023

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Gobernador Juan Manzur - Vicegobernador Osvaldo Jaldo
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Opinión. “Lo que nos dejó la semana

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Con la frase “el peronismo está haciendo todo para perder en 2023”, el legislador oficialista, Armando Cortalezzi puso en palabras las sensaciones hacia el interior del PJ, luego de lo que fue el quiebre del oficialismo que muchos asemejan al cisma que vivió el cristianismo cuando se dividió entre católicos y protestantes. Y es que lo ocurrido durante el transcurso de la semana tiene como común denominador el hecho de que nadie gana, sino que todos pierden.

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Lo que parecía un simple trámite burocrático más consistente en elegir al Defensor del Pueblo, se convirtió en un hecho que desembocó en el quiebre del oficialismo tucumano. Y es que la interna del peronismo llegó cuando menos se lo imaginaba el partido oficialista que gobierna Tucumán de la mano del gobernador Juan Manzur y del titular de la Cámara legislativa y vicegobernador, Osvaldo Jaldo.

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Sin embargo, se dice que nadie puede predecir una crisis, mucho menos cuando, a principios de año, los titulares del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo habían acordado una especie de tregua en el marco de la incertidumbre que existe en torno a quién será el candidato al peronismo en el año 2023, momento en el que tendrá lugar la elección a gobernador de la provincia de Tucumán.

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Pero, a pesar de que tanto el gobernador como el titular de la Legislatura, el vicegobernador Jaldo,  habían cerrado filas a principio de enero, no se puede desconocer que este no será un año más debido a que se trata de un 2021 en el que tendrán lugar las elecciones legislativas nacionales. Pero, a pesar de que se trata de una votación que definirá la nueva conformación del Congreso de la Nación por los siguientes dos años, en Tucumán se define mucho más que eso.

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Es decir, quién será aquél que encabece la fórmula para convertirse en el gobernador de esta provincia. En ese marco, la elección del defensor del Pueblo terminó siendo la razón de una lucha intestina hacia el interior del oficialismo en la que, como en toda guerra, nadie gana, pero en la cual, todos pierden. Es lo que representa el hecho de que Eduardo “Lalo” Cobos haya llegado a ocupar el cargo de ombudsman, una figura largamente decorativa en esta provincia.

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La consecuencia más notable de lo acontecido esta semana es la grieta que se abrió en el peronismo local, la cual, amenaza con generar todavía un problema mayor: y es que el PJ se quedó sin un claro candidato a gobernador. La explicación es muy sencilla: Juan Manzur jamás descartó buscar un tercer mandato, pero necesita para ello de una reforma constitucional que lo habilite y para ello es clave la Legislatura que conduce Osvaldo Jaldo.

En este contexto, nada ayudan los legisladores y funcionarios que se ubican del lado de Jaldo o del lado de Manzur. Y es que mientras algunos quieren tender puentes entre ambos lados de la grieta, otros quieren ir a las PASO. A veces no se distingue si se refieren a las elecciones de este año, o a la votación que tendrá lugar en el 2023, cuando se defina quién gobernará Tucumán hasta el 2027.

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En ese sentido, hay quienes apuestan a una ruptura definitiva entre el jaldismo y el manzurismo, lo que desembocaría en un callejón sin salida para el oficialismo. Es por ello que lo ocurrido durante el transcurso de la semana disparó las alertas en el Gobierno nacional. En ese sentido, el mismísimo Ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, habló al respecto y transmitió el malestar de la administración de Alberto Fernández.

“No es momento de anteponer intereses personales, sino de atender los problemas de la gente”, sentenció. Y es justamente el análisis que deberán hacer en el peronismo tucumano a la hora de encarar el resto de la administración en medio de la pandemia de coronavirus, que amenaza con su segunda ola, al tiempo que debe hacerse cargo de las consecuencias económicas que el coronavirus trajo consigo.

En medio de tanta incertidumbre, lo que sí es seguro, es que el quiebre en el peronismo podría llegar a hacerle perder la posibilidad de seguir en el poder más allá del 2023. De esta forma, le estaría dando la posibilidad a la oposición de que se unan, aunque más no sea por espanto, y amenacen las posibilidades electorales del oficialismo. De todos modos, esa posibilidad parece lejana debido a la interna en el radicalismo y el bussismo por lo sucedido en la Legislatura.

Sin embargo, el oficialismo debería observar con cuidado lo que ocurre en la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, ya que el intendente capitalino, Germán Alfaro, conspira en contra de la posibilidad de que el gobernador Manzur y el vicegobernador Jaldo lleguen a fumar la pipa de la paz. No en vano, mientras la UCR y Fuerza Republicana dividieron sus apoyos entre votar por Eduardo Cobos y abstenerse, los legisladores alfaristas tomaros una misma decisión.

La misma fue no apoyar al candidato de Osvaldo Jaldo, lo cual sumado al hecho de que algunos en el Gobierno provincial interpretaron los dichos del intendente Alfaro acerca que de que estaba cansado de ser oposición en Tucumán, como una especie de guiño hacia Juan Manzur. ¿Acaso especula el intendente capitalino con intentar un pacto con el oficialismo local para integrar una alianza en el 2023? Para ello, claramente, necesita desplazar al jaldismo.

Pero eso no es más que una especulación de parte del intendente capitalino que, al igual que Mariano Campero en Yerba Buena y Roberto Sánchez en Concepción, en lugar de dedicarse a gestionar, sólo atinan a intentar instalar sus intereses egoístas por medio de operaciones de prensa berreta por parte de medios de comunicación que gustosos se prestan a ese tipo de maniobras que nada tienen que ver con el periodismo.

Tanto Manzur como Jaldo tendrán que entender que, si no ceden, se ahondará más la interna y no sólo perderá el peronismo, sino también el resto de la sociedad tucumana, que necesita que sus gobernantes apunten hacia el mismo lado a la hora de enfrentar a la pandemia de coronavirus y a la crisis económica que se cierne sobre nuestra provincia desde hace un año ya.

Tal y como dijo el gobernador, ambos tendrán que recordar que “los trapitos sucios se lavan adentro”. Por lo que es necesario que de los dos lados bajen unos decibeles, al tiempo de que también tendrán que tener presente que, si el peronismo se pelea y se divide, la oposición se junta, por lo que están haciendo todo para dejar de ser gobierno en 2023. En definitiva, todo depende de la decisión que adopten tanto el gobernador Manzur como su vice Jaldo.

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