Emiliano Jarolin todavía no puede sacarse de la cabeza la pesadilla que vivió hace poco más de 60 horas. Aún no puede creer lo que experimentó en las aguas turquesas del Caribe, frente a la costa de Haití . Él y otros 20 tripulantes de un buque tanque fondeado en la entrada de Puerto Príncipe fueron atacados por un grupo de “piratas” armados con machetes y otras armas blancas que abordaron el petrolero por proa y por popa, y, después de amenazarlos, les robaron teléfonos celulares y los cabos de la embarcación .
“Subieron entre diez y doce piratas con machetes, facas y lanzas. Estaban decididos a cualquier cosa. Me pusieron un machete en el estómago y un tridente en la cabeza”, afirmó Jarolin a LA NACION desde el buque tanque Tosna Star, que sigue en el Caribe. Él era el marinero de guardia cuando comenzó el ataque, que duró 30 minutos.
El ataque ocurrió el domingo a las 20 y los agresores se movían en botes a remo. La embarcación atacada transporta petróleo. Jarolin está recibiendo tratamiento psicológico vía WhatsApp. El buque, operado por la empresa Marítima Maruba, había salido de Buenos Aires el 23 de diciembre pasado y tendría que haber regresado a la Argentina en marzo, pero la pandemia del Covid-19 y la consecuente cuarentena se los impidió.
“El capitán, en estado de pánico, se encerró en su camarote y el que asumió las riendas fue el primer oficial, que tomó la decisión de virar y alejarnos de los agresores”, explicó Jarolin, uno de los tres marineros agredidos (los otros fueron Jonathan Villalba y Roberto Alegre).
En su perfil de Facebook, otro tripulante, Claudio Benítez, dijo: “Subieron agresivos, armados con machetes, tridentes y cuchillos. Tomaron por sorpresa al marinero de guardia, aprovechando la oscuridad del momento, le pusieron un machete en el estómago y le pidieron, nerviosos, en su idioma, que les entregara el teléfono y todo lo que tenía en su poder en ese momento”.
Uno de los tripulantes, que se desempeña como engrasador, vio cómo eran atacados sus compañeros y despertó al resto de los marineros para ir al rescate de los otros, que estaban a merced de los piratas del mar. “Los oficiales se encuentran en el puente, faltando la presencia del capitán, quien se encerró en su camarote asustado y presa de ataques de pánico”, agregó Benítez.
Después, los “piratas” escaparon en sus botes con los objetos que lograron llevarse. La tripulación, para evitar ser atacada nuevamente, decidió levar ancla y retirarse de la zona de peligro.
“Esta noche no la olvidaremos jamás, menos aún los marineros que fueron agredidos. Solo le pido a Dios y a mis compañeros nunca bajar los brazos y seguir unidos para un pronto regreso o para lo que tengamos que enfrentar en el futuro incierto de esta travesía”, sostuvo Benítez.