Con el inicio del último mes del año, los ahorristas siguen prestando atención a la inflación, debido a que una leve baja en este fenómeno económico podría influir de manera beneficiosa en la elección de una mejor inversión.
La cifra que registre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en noviembre puede modificar los planes a la hora de seleccionar cuál es la inversión ganadora entre el plazo fijo “clásico” y su versión “atada” a la inflación que releva el Banco Central.
Según las estimaciones, noviembre concluyó con una inflación que rondaría el seis por ciento. Este número marca la rentabilidad de las colocaciones UVA y es similar a la ganancia que brinda la tasa de interés a los depósitos de este tipo.
Mientras tanto, el plazo fijo tradicional a 30 días ofrece 6,25%. Se trata de un porcentaje que equivale a la tasa nominal anual (TNA) de 75% que fijó el Banco Central en septiembre. Esta situación deriva en que varios ahorristas vean con buenos ojos al plazo fijo tradicional por sobre el UVA.
No obstante, las proyecciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que realiza el Banco Central, apuntan que los depósitos UVA otorgarían en diciembre una rentabilidad similar a las colocaciones clásicas, porque estarían ofreciendo 6,5% y los tradicionales 6,4%.
Estos informes también apuntan que ocurriría lo mismo en enero, cuando ambos plazos fijos podrían equiparar la renta brindada a los pequeños inversores en pesos.
A favor del plazo fijo tradicional se remarca que la colocación de este instrumento es de 30 días. Por lo que significa una ventaja respecto a los 90 días que precisa el plazo fijo UVA.
