Por un lado, se analizará el proceder de dos efectivos tanto en lo penal como dentro de la Fuerza por si les correspondiera una sanción. Por otro, se verá si por el hecho tienen alguna responsabilidad los padres de los menores.
Todo comenzó el lunes por la tarde en el barrio Constitución, alrededor de las 15. Hasta Edison y Rodríguez Peña llegaron dos auxiliares de Cuerpos Especiales-Motorizada, tras un llamado al 911 sobre un chico que estaría amedrentando a vecinos y mostrando lo que parecía un arma de fuego. Los uniformados corroboraron la situación y fueron tras el menor, que habría empezado a correr.
Esta secuencia habría alterado a la gente de la zona y, según versiones de la Policía, unas 30 personas arrojaron piedras contra los efectivos. Estos, de forma disuasiva, accionaron sus escopetas y lanzaron perdigones. Dos de estos proyectiles dieron en un pequeño de 4 años, hermano del nene de 11 que tenía la réplica.
Uno de los trascendidos es que el chiquito fue herido en el interior de su casa, cuando su hermano buscaba refugiarse.
Lo concreto es que estos policías en el procedimiento pudieron hacerse de la supuesta pistola y comprobaron que era de juguete. La situación se calmó; no obstante un efectivo recibió una agresión y una patrulla que llegó en apoyo sufrió daños. Al finalizar el operativo no tuvieron conocimiento de que había un menor baleado.
Sin embargo, el martes se presentó un abogado en la comisaría Octava para denunciar las lesiones contra el nene e informó que estaba internado en el hospital Schestakow, con dos orificios provocados por perdigones en la zona lumbar; afortunadamente se encuentra fuera de peligro.
Con la denuncia en la dependencia policial, se le dio intervención al fiscal Fabricio Sidoti, quien espera pruebas y pericias para definir si hay imputación de algún delito contra los auxiliares por exceso en sus funciones. Hasta el martes no habían sido aprehendidos.
En paralelo, la Inspección General de Seguridad abrió una instrucción sumaria luego de recibir las actuaciones de la Justicia. Aquí se analizará la posibilidad de una sanción interna en la Fuerza para los involucrados.
Por último, fuentes oficiales confirmaron la intervención de la Justicia Penal de Menores, como consecuencia a la tenencia del arma de juguete por parte del chico de 11 años. Es que habría violado el artículo 53 del Código Contravencional por “portación de elemento idóneo para delinquir”, aunque se tratara de un “arma no apta para el disparo, réplica o cualquier elemento que tuviera aspecto externo a un arma de fuego sin serlo”.
Al ser menor de edad, sus padres responderían por él con multa económica o trabajos comunitarios. Tanto en la fiscalía como en la comisaría sorprende que los progenitores no se hayan presentado para acompañar la denuncia del abogado.