Con los candidatos ya puestos y la oposición con los motores calientes por la competencia interna, el gobierno busca salir por encima de los problemas que le generan un día tras otro los tropiezos en el manejo de la pandemia y ponerse a tono con la campaña electoral. Este viernes, Alberto Fernández habló para decir que flexibilizará algunas de las restricciones que siguen en pie para mostrar una cara distinta a la que mantuvo durante buena parte de este año.
Y es que el Gobierno tiene bien claro que es imposible llevar adelante una campaña electoral anunciando restricciones a cada rato, y que el principal rival del oficialismo, Horacio Rodríguez Larreta, ya consiguió colocarse ante la opinión pública como el político que quiere abrir actividades y no, como sucedió el año pasado, como el sostén de los cierres que impuso la Casa Rosada.
En ese marco, el Gobierno nacional decidió iniciar un proceso de flexibilización de actividades ante el descenso de casos de coronavirus en las últimas 10 semanas, que será ratificado con un DNU que será publicado hoy. Pero lo que llamó la atención fue el hecho de que lo que se oficializó fue que, por decreto presidencial, no se podrán llevar a cabo actos políticos de ningún tipo.
Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Qué pasará en Tucumán? Desde el gobierno provincial se explicó que todavía no habían recibido el texto del DNU pero que “como siempre la provincia acatará lo que diga la Nación”. Y es que el decreto establece que quedan suspendidas en todo el país eventos masivos, entendidos como todo acto, reunión o acontecimiento de carácter eventual, cuyo objeto sea artístico, musical, festivo o deportivo.
Y es que estos actos pueden producir una concentración mayor a 1.000 asistentes. De igual forma, quedan suspendidas las actividades y reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 100 personas. Y es que, como adelantamos desde Tucumán Despierta, se liberaba prácticamente toda actividad regulada por las restricciones sanitarias con el único y mezquino fin de que la clase política pudiera realizar actos electorales sin el más mínimo cuidado.
En ese sentido, se acentuó el desprecio por la vida de los ciudadanos mediante el accionar típico de la clase política previo a las votaciones, es decir, el acarreo de gente como si se trataran de animales de granja, sumado al amontonamiento de quienes no son ni simpatizantes ni militantes, sino más bien beneficiarios de planes sociales llevados de las narices a canchas para llenar tribunas.
Y es que la clase dirigencial de la provincia no considera ciudadanos a los habitantes, sino meros clientes que deben asistir a los actos en los que los reales protagonistas son los propios políticos que nuevamente se presentan en las elecciones de este año. Pero ahora esta situación debería cambiar a partir del decreto presidencial que prohíbe actividades como los actos de campaña masivos de las distintas fuerzas políticas.
Y es que, durante las últimas semanas, hubo precandidatos del oficialismo y de la oposición, intendentes, funcionarios y parlamentarios en ejercicio incluso el gobernador y el vicegobernador, realizando actos políticos masivos sin el respeto mínimo por los protocolos, como el distanciamiento, la utilización de barbijos, o la sanitización, poniendo en riesgo la salud y la vida de todos los tucumanos y tucumanas.
¿La provincia acatará el DNU presidencial? ¿O las prohibiciones serán únicamente para los ciudadanos?