“Da bronca e impotencia, que quiten así una vida por plata; lo que pasó te deja sin palabras”, lamentó Sebastián Juanes, un comerciante de la zona de Alem y Crisóstomo Álvarez, la esquina donde anteanoche asesinaron a sangre fría a la empresaria Ana Elvira Dominé, de 52 años. Los vecinos no salían de su asombro al enterarse de que el ataque quedó registrado por las cámaras de seguridad de un centro médico, el cual, aseguran, había cerrado sus puertas hace un tiempo.
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Ayer a las 21.30, esa esquina limítrofe entre los barrios Sur y Ciudadela se volvió un hervidero de gente. Dominé y su hijo Lucas estacionaron su camioneta Toyota Hilux frente a un quiosco de la avenida, donde el joven bajó para comprar cigarrillos. Cuando regresó al volante, un desconocido que pasaba caminando por el lugar se precipitó de improviso sobre la ventana del asiento de acompañante y comenzó a forcejear con la empresaria, para quitarle un bolso. De repente, un cómplice se sumó a la puja y pudo oírse una detonación.
Los agresores, tras lograr su cometido, corrieron hacia Crisóstomo Álvarez, donde un tercer partícipe los esperaba en moto. Todo quedó registrado por las cámaras.
“A esa hora vi que tres hombres venían rápido por la Crisóstomo en una moto -creo que era una (Honda) CG-, doblaron fuerte y casi se cayeron. Imaginamos que habían robado pero no sabíamos del triste desenlace. En la avenida se veía a un tumulto de gente que intentaba auxiliar a la víctima”, agregó Juanes.
Dominé recibió un tiro en la cabeza. A pesar del esfuerzo de los transeúntes y de los médicos del hospital Padilla, no sobrevivió al disparo efectuado a corto alcance, que terminaría rompiendo la luneta del vehículo. “Justo pasaba una ambulancia por el carril del frente, le hicimos señas y se paró a la altura de Alem y San Lorenzo. El chico no dudó, arrancó la camioneta y dobló en U por Mate de Luna para alcanzar a los médicos. En esa esquina, le explicaron que no podían subir a la mujer en la ambulancia porque llevaban a un paciente con Covid, pero uno de los enfermeros se bajó a asistirla. La recostaron en la caja de la camioneta y la llevaron al Padilla”, reconstruyó Mario López , otro comerciante que presenció el horror. “Los vidrios de la luneta quedaron en el piso”, dijo, señalando a los fragmentos que brillaban sobre la calle. “Había mucha gente, la verdad; de la sanguchería salieron varios hombres a ver lo que ocurría pero no podíamos intervenir porque los delincuentes no habían dudado en disparar; en el video se ve que el hijo de la señora primero intenta seguirlos a pie y luego retrocede porque nunca dejaron de apuntarle con el arma”, completó.
Según los datos de la investigación, los asesinos se habrían llevado cerca de $ 500.000 que eran la recaudación acumulada de varios días de la distribuidora que Dominé y sus hijos administraban. “Da mucha bronca lo que pasó; uno siempre escucha los gritos cuando roban en la parada de colectivos; ahora lo que escuchamos fue el estruendo de una detonación. No puede ser esto; ni por $1 millón, ni por $10 te pueden arrebatar así una vida; esto no tiene nombre”, razonó Juanes. “Por lo que vimos parece que los venían siguiendo, o los tenían estudiados o fue una entregada, si no paraban acá seguro los atacaban más adelante”, analizó Daniel Haro.
Ayer, los investigadores recopilaban datos en la escena del crimen. La jefa de la división Homicidios de la Policía, Juana Estequiño, señaló que se analizaba las cámaras del lugar y que tendrían identificado a un posible implicado. Patricio Char, quien asumió la querella de la causa, indicó: “confiamos en que esto se pueda esclarecer rápidamente y que los asesinos paguen con su libertad lo que hicieron. Rogamos a la población que aporte datos para poder dar con los malvivientes. Cualquier dato puede aportarse en la fiscalía, o en la Policía”.
