Luego de que el Gobierno Nacional a través de la petrolera de bandera definiera por primera vez en muchos años, una leve reducción de los valores de las naftas y el gasoil en las Estaciones de Servicio, el exsecretario de Energía Daniel Montamat, interpretó el hecho como una cuestión simbólica muy importante.
Así lo destacó en el marco de la nueva entrega de su informe mensual sobre la canasta energética de la Argentina, en el cual detalló que la baja del 1 por ciento en el precio de las naftas y del 2 por ciento en el gasoil en todo el país, contrastó con la tendencia de los últimos meses de constantes aumentos.
El analista explicó que este descenso se produjo en un contexto en el que los precios de referencia internacionales se ubican cada vez más cercanos a los locales. Además, recalcó que, si bien se aplicaron ajustes mínimos en los impuestos a los combustibles líquidos, estos fueron limitados por el Gobierno con el objetivo de moderar el impacto inflacionario.
Para el extitular de YPF, este escenario llevó a una reducción neta del 4 por ciento en el precio de los combustibles, al sumar el efecto de la devaluación controlada del tipo de cambio, conocida como “crawling peg“.
Según el estudio de la consultora Montamat y Asociados, los precios ponderados de los combustibles alcanzaron igualdad en gran parte del país. Sin embargo, resaltó que en el caso de la nafta súper, el precio local se encuentra un 5 por ciento por debajo de la paridad de importación. Mientras el valor en surtidor es de $1.104 por litro, el costo de importación asciende a $1.163 por litro.
Por otro lado, el sondeo resultó en que el gasoil grado 2 muestra una particularidad que no se veía desde el 2020: por primera vez, el precio local está apenas un 0,4 por ciento por encima de la paridad de importación, con un precio en surtidor de $1.147 por litro frente a los $1.143 de correspondencia internacional.
Por ello, Montamat subrayó un dato llamativo: Argentina pasó a tener el tercer gasoil más caro de la región, solo superado por Uruguay y Paraguay, lo que coloca al país en una situación poco competitiva en comparación con Brasil, Chile y Perú, donde los precios en dólares son significativamente más bajos.
Asimismo, hizo hincapié en que la desaceleración de los aumentos en los precios de los combustibles para octubre marcó un cambio significativo en la política energética. Durante el mes de septiembre, el gasoil había subido un 1,8 por ciento a nivel nacional, mientras que las naftas registraron un alza del 3,5 por ciento. No obstante, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las subas fueron más acentuadas, alcanzando el 6 por ciento para las naftas y el 5 por ciento para el gasoil. Esto se debió a un esfuerzo por homogeneizar los precios entre la capital y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que arrastraba distorsiones significativas.
A pesar de estos incrementos, el exfuncionario resaltó que “el Gobierno decidió postergar aumentos impositivos más significativos, que habrían provocado subas de hasta el 18 por ciento en las naftas y del 12 por ciento en el gasoil“.
“Están pendientes los ajustes pospuestos, lo que podría generar nuevas presiones al alza en los próximos meses”, sentenció Montamat.
