El ser humano es un animal social que no puede vivir sin una compañía significativa. Sin embargo, muchas personas se sienten solas y este sentimiento (y sufrimiento) se acrecienta cada vez más en el mundo. Tanto es así que, recientemente, los funcionarios del condado de Silicon Valley, declararon a la soledad de sus ciudadanos como una emergencia de salud pública.
Esta medida los une a los gobiernos de Japón y el Reino Unido, que crearon Ministerios de la Soledad y el estado de Nueva York que nombró a su primera embajadora de la soledad para tratar de abordar un problema que se incrementa en forma alarmante y amenaza la salud física y mental, según los expertos.
Prueba de esto son las declaraciones de hace un año del Cirujano General de Estados Unidos, doctor Vivek Murthy, donde alertó sobre la “soledad, el aislamiento y la falta de conexión”, incluso antes de la pandemia de COVID-19, que según los investigadores agravó los sentimientos de aislamiento para muchas personas.
En diálogo con Infobae, la licenciada Cynthia Zaiatz, jefa del servicio de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros, (MN 60.105. MP 96.892), señaló:
Estar solo físicamente no siempre se traduce en sentirse solo, siendo la experiencia subjetiva de la soledad lo que realmente afecta a las personas (Imagen ilustrativa Infobae)
“En el consultorio, ocho de cada diez personas me hablan de soledad. Dicen que la experimentan aún más por la noche, en especial quienes viven solos, y los que viven en familia, también la sufren junto a una sensación de rutina, o sea que la soledad está afectando gravemente a la sociedad”, destacó.
Esta condición es el estado de angustia o incomodidad que resulta cuando una persona percibe una brecha entre los deseos de conexión social y las experiencias reales que tiene. Incluso quienes están rodeados por otras personas durante todo el día, o en pareja desde hace mucho tiempo, pueden experimentar también una soledad profunda.
Fernando García, doctor en Psicología y psicoterapeuta de la Fundación Aiglé expresó a Infobae que hay que hacer una aclaración: “que las personas vivan solas no quiere decir que se sientan solas, habría que distinguir porque la experiencia subjetiva es lo que constituye la experiencia de la soledad, no el estar solo en una casa. Hay personalidades a los que les resulta muy bien estar solas, por ejemplo, las esquizotípicas, que no tienen aspiración a reunirse con nadie”.
El doctor Oscar A. Paulucci, psicoanalista y médico especialista en Psiquiatría, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explicó a Infobae en una nota reciente:
La pandemia exacerbó el aislamiento social y la dependencia de medios digitales para la comunicación, contribuyendo al incremento de la soledad y la depresión postpandemia (Imagen ilustrativa Infobae)
“Es muy importante el lazo social como sostén, como acompañamiento en las vicisitudes de la vida y realmente hay una tendencia en la cultura actual al aislamiento con sobreinformación y con un aparente sobrecontacto con múltiples vínculos pero con superficialidad. En el lazo social actual esto tiene consecuencias absolutamente empobrecedoras, donde el otro se transforma en un objeto de consumo”.
Los efectos de la pandemia
La licenciada Zaiatz explicó que la gente está muy aislada, que este fenómeno recrudeció tras la pandemia y que la soledad es un tema que traen a terapia constantemente: “‘Me siento sola’, ‘Nadie me entiende’, ‘Estoy muy rutinario’, ‘No estoy charlando con nadie’, ‘Hablo todo por el celular’, dicen los pacientes”, explicó.
“Se ve un gran aumento de la soledad en la gente porque dice: ‘¿Para qué voy a salir a juntarme con alguien si lo puedo hacer desde mi casa y en pijama’, así se empiezan a aislar y el aislamiento es la principal causa de que una persona se sienta sola y que entre en depresión. Entonces hay que tener mucho cuidado porque después de la pandemia se acrecentó muchísimo la depresión, por lo que pasó y porque se adquirieron otras formas de vida”, afirmó la psicóloga.
Y agregó: “El problema se agudizó por la pandemia debido a que la gente empezó a trabajar en su casa, se dejó de ver en forma presencial, y surgió el Zoom, el Meet y todo se resolvió de forma virtual”.
El bullying puede conducir a que los chicos se aíslen y se sientan solos (Imagen Ilustrativa Infobae)
La experta señaló que se implementó mucho más el uso de más redes sociales e internet. “Si bien ya antes de la pandemia estábamos todo el día con el celular (lo que se conoce como nomofobia) creo que el uso se acrecentó y provocó que las personas se comuniquen en todas las situaciones por el móvil. Entonces se empezó a dejar de pasar el tiempo con amigos y familia, ‘Total, le mando un audio y ya sé cómo está’”.
De esta manera, al salir de la pandemia, la comunicación pasó a ser con muy poco contacto físico o cara a cara, dijo Zaiatz y completó: “Ya es raro hablar por teléfono, todo es por audio, entonces el ser humano se tornó más frío y la soledad llegó para quedarse. La gente se volvió más casera. Antes, en la semana mucha gente salía a hacer un after y ahora no lo hacen tanto, ‘estiran’ más el encuentro, porque ‘sé de vos por el celular’”, explicó Zaiatz.
Además, acotó el doctor García, el mundo contemporáneo, particularmente en las grandes ciudades, va en la dirección de tener viviendas unipersonales, donde viven personas solas, y no en pareja, ni forman una familia. “Esto se da en general en jóvenes y gente de la mediana edad y es un fenómeno social que tiene que ver con los países que van desarrollándose y rompiendo lazos comunitarios. Antes, las familias vivían todas juntas y esto se ha ido modificando entonces en ese sentido podría decirse que hay más personas que están solas”.
Otras razones del aislamiento y repliegue es que la gente durante la pandemia dejó de ir a los gimnasios, de hacer ejercicio en grupo, de jugar al fútbol con los amigos, dijo Zaiatz. “Hace poco empezaron a retomar las actividades. Además, mucha gente hace un trabajo de forma remota, entonces dejó de salir y de conocer otras personas. A quienes veo en peor condición son a los que hacen homeoffice: están encerrados entre cuatro paredes todo el tiempo, sin interactuar con nadie, y eso hace que se replieguen más sobre sí mismos”.
Expertos sugieren retomar actividades sociales presenciales, reducir el uso excesivo de dispositivos móviles y redes sociales, y fomentar interacciones cara a cara (Getty Images)
Y agregó: “Además, la amistad antes del celular era ‘¿Nos vemos y hablamos?’, ahora cuando una persona tiene un problema, se aísla en sí mismo y con su propia soledad”.
También los chicos sufren este sentimiento. “En la infancia las causas de que los chicos se replieguen y padezcan soledad, es la falta de compañeros, el bullying, acoso o un cambio de domicilio, porque mucha gente emigró, entonces tienen que hacer nuevos amigos en otros lugares”.
Pero a veces resulta difícil hacerse nuevos amigos. Según Psychology Today, hay evidencias de que las personas solitarias tienen una especie desesgo de negatividad al evaluar las interacciones sociales. “La gente solitaria nota las señales de posible rechazo más rápido que los demás, tal vez para poder evitarlo y así protegerse. La gente que se siente sola necesita estar consciente de este sesgo para poder superarlo al momento de buscar compañía”, recomiendan.
Según un estudio de la Universidad de Nicosia, en Chipre, la falta de confianza, el poco tiempo disponible, la introversión y las diferencias culturales son algunos de los motivos que limitan hacerse más amigos.
Es muy importante el lazo social como sostén, como acompañamiento en las vicisitudes de la vida, dicen los expertos (Imagen ilustrativa Infobae)
De hecho, según un artículo de Anita Chaudhuri publicado en The Guardian, “Los estudios han demostrado que los círculos sociales de las personas comienzan a reducirse a los 30 años y aparentemente no hay vuelta atrás. Las prioridades cambian, los horarios se vuelven más estresantes y es más difícil crear las circunstancias que, según los expertos, son cruciales para fomentar nuevas amistades: proximidad, interacciones repetidas y un entorno que aliente a las personas a confiar unas en otras”, describió.
Cómo combatir la soledad
Para Zaiatz, es imprescindible no abandonar las actividades sociales: “Hay que seguir haciendo lo que hacíamos antes de la pandemia: jugar al fútbol; ir a comer; los chicos, reunirse en la casa de un amigo después del colegio; tanto padres como hijos deben interactuar personalmente, no por medio del celular”.
También recomendó hacer cualquier tipo de actividad en conjunto, “no solitaria, para poder generar grupos y hablar con un otro”.
La experta afirmó que para combatir la soledad también hay que combatir la adicción al celular y a las redes: “Yo lo que trato de fomentar es el cara a cara, el dejar el celular cuando estamos con amigos o familia, no estar conectados todo el tiempo a las redes sociales. Veo a los chicos adolescentes muy pendientes del Instagram, el TikTok: ‘¿Viste lo que subió tal?’ ‘¿Viste lo que subió el otro’, todo pasa por la red social. Lo que tendríamos que hacer es estar un poco menos en las redes y más en el aquí y ahora”, indicó.
Es esencial para combatir la soledad mantener las actividades sociales, fomentar los encuentros presenciales y construir nuevos lazos y amistades participando de diversas actividades recreativas (Imagen ilustrativa Infobae)
Por otro lado, García dijo que las redes sociales son una forma de comunicación diferente a la conocida, una comunicación en red. “No es cara a cara, en vivo, sino intercambiando un mensaje. El efecto de todo esto lo estamos empezando a ver ahora, quizás más en el futuro sea un cambio muy drástico en la cultura, pero yo no sé si la gente está más sola por las redes sociales, creo que en todo caso estas atenuarían la soledad”, aseguró y destacó que las redes son muy accesibles para conocer gente nueva”.
Además, destacó la creación del ministerio de la soledad en 2018 por parte del Reino Unido. “Este ministerio se ocupa particularmente de las personas que están solas porque no tienen más remedio, porque han enviudado o se han retirado. Las ayuda a romper con la soledad, porque es muy destructiva, y se ocupa de seguir persona a persona, cuáles son sus intereses, contactarlas con gente que hace actividades deportivas, sociales y cerciorarse de que asistan”.
Y concluyó: “Es un trabajo social muy interesante porque fundamentalmente la soledad se correlaciona con trastornos psicopatológicos con la depresión en primer lugar y trastornos de ansiedad. Entonces ha sido una buena iniciativa del gobierno inglés y es digno de ser imitado en todos los países”.