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Por qué la guerra de las empanadas puede complicar el plan para sacar los dólares del colchón

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Un sondeo entre expertos en comunicación llegó a la conclusión de que el único que se perjudica con las permanentes patoteadas mediáticas es el propio gobierno. (Foto: Adobe Stock).

Un sondeo a expertos en comunicación evaluó que la pelea del ministro Caputo con el actor Ricardo Darín afectó al gobierno. Advierten que la constante búsqueda de confrontación con potenciales aliados juega contra las chances del nuevo plan de blanqueo de Javier Milei.

“Una docena de empanadas vale 48 mil pesos”, le decía Ricardo Darín a Mirtha Legrand el fin de semana pasado repitiendo la frase para enfatizar que hay argentinos que no la están pasando bien: un comentario al pasar de uno de los artistas más populares de la Argentina.

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Le contestó el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, asumiendo cada vez con más convicción un incomprensible rol de “barrabrava” del gobierno de Javier Milei: “Me dio vergüencita ajena” dijo y lo trató despectivamente de “Ricardito”. Los argumentos del ministro: “la docena de empanadas no vale eso; la gente come empanadas ricas por 16 mil pesos”.

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Caputo y Darín tienen razón

El promedio del precio de la docena de empanadas está mucho más abajo que las que consume Darín, y es cierto que -buscando mucho- también se consigue alguna casa de empanadas que venda la docena en 16 mil pesos, como asegura Caputo.

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Por qué la guerra de las empanadas puede complicar el plan para sacar los dólares del colchón
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Los medios salieron a investigar qué empanadas compraba Darín a 48.000 pesos y encontraron que se trataba de una cadena que fue la única ganadora de ese absurdo duelo mediático que sólo le sirvió al gobierno para instalar una vez más que la Argentina se convirtió en uno de los países más caros en dólares del mundo y que su gobierno tiene una incomprensible compulsión para pelearse con cualquier disidente.

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La franquicia de empanadas consiguió gracias al ministro su “cuarto de hora” de fama totalmente gratis. Aunque algunos consumidores pueden haberse espantado por los altos valores de sus empanadas.

El claro perdedor: el gobierno de Javier Milei

Un sondeo entre expertos en comunicación llegó a la conclusión de que el único que se perjudica con las permanentes patoteadas mediáticas es el propio gobierno.

Apenas el 20 por ciento de un panel de 91 profesionales de comunicación, encuestadores y consultores políticos convocados por la revista Imagen para analizar la “guerra de las empanadas” evaluó que la respuesta del ministro lo “humanizó” o directamente “puso en su lugar a Darín y lo mostró populista y elitista por el precio que paga por las empanadas”.

Por qué la guerra de las empanadas puede complicar el plan para sacar los dólares del colchón
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Para el 70 por ciento de los expertos, la diatriba socarrona del ministro contra el actor “afectó la imagen del gobierno y levantó el tema en la opinión pública de que la comida está cara en la Argentina”.

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Una parte de los expertos se inclinó simplemente por que es poco estratégico que “un ministro se rebaje a discutir con un actor popular”.

Durante toda la semana, los medios refrescaron un tema que incomoda al gobierno: la Argentina está cara en dólares. En realidad, no lo incomoda: lo saca de quicio.

Más allá de que, con 48.000 pesos la docena, las empanadas a las que hacía referencia Darín están en el “tope de gama”, lo único que consiguió “El Toto” Caputo es que los medios recuerden muy gráficamente que la Argentina está carísima en dólares.

Otro índice de referencia

La Fundación Mediterránea, basándose en el clásico Indice Big Mac de la revista The Economist, hizo un cuadro comparativo que la semana pasada “se cansó” de circular por los medios: en la comparación internacional, solo en Suiza es más cara esa hamburguesa “en combo con papas y gaseosa” que en la Argentina, que supera a Noruega, Suecia, Estados Unidos, Australia, Chile y Corea del Sur, entre otros países desarrollados.

Por qué la guerra de las empanadas puede complicar el plan para sacar los dólares del colchón
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Esa hamburguesa es un producto comestible a base de carne, verduras y harina y mano de obra que -en definitiva- son los mismos insumos de una empanada de carne. El gráfico se vuelve particularmente incómodo para “El Toto” Caputo porque combina la comparación con los diversos países y con el precio de esa hamburguesa en la Argentina en distintos momentos de los últimos cinco años en los que el Big Mac local no paró de subir hasta los actuales siete dólares en valores ajustados, solo superados por los prósperos suizos, con ocho.

Pero el inútil conflicto por el precio de las empanadas no solo trae a la memoria de consumidores e inversores que la Argentina está excesivamente cara en dólares y que la historia recuerda que esa circunstancia hizo que -a la larga- eso siempre resultara insostenible en el tiempo.

El éxito es un impostor

El conflicto recuerda también que el gobierno busca pegarse recurrentemente “tiros en el pie” peleándose con quien no le conviene pelear.

El mismo día del “empanada-gate” que protagonizó Caputo, su jefe, el presidente Milei, dio una imagen que a muchos televidentes les dio vergüencita ajena -parafraseando al ministro- cuando en la Catedral, durante el solemne Tedeum en memoria del 25 de Mayo miró y le rechazó la mano al jefe de gobierno porteño Jorge Macri a quien acababa de vencer en las urnas en unas elecciones locales en las que el PRO de la ciudad no supo motivar a sus votantes.

La Libertad Avanza duplicó en votos al partido fundado por Mauricio Macri en su propio distrito.

Pero el éxito es un impostor: la última encuesta nacional de FGA, la encuestadora de Federico González, está mostrando que a nivel nacional la alternativa de “votar a una opción para apoyar a Milei, pero que también le ponga límites” llega al 21 por ciento: bastante más que el 15 por ciento “bochornoso” con el que perdió el PRO en su propia cancha.

¿Qué pasaría con el voto a Milei, si el partido amarillo súbitamente decidiera satisfacer esa demanda del electorado de “apoyo crítico” al gobierno nacional? La “opción de apoyo irrestricto” es del 25 por ciento: menos de lo que obtuvo Milei en octubre de 2023 y que lo que sacó en las últimas elecciones porteñas.

Por ahora, el PRO está paralizado ante la derrota. Pero más allá del gesto poco cristiano y confrontativo del Presidente de rechazar el saludo de un gobernador en la Casa de Dios en un día patrio, Milei pareció olvidarse de que estos días está intentando lanzar un ambicioso plan de exteriorización de “los dólares del colchón” que no consiguió que se desperezaran el año pasado durante el blanqueo.

Dólares

El gobierno nacional está desesperado por más dólares para llegar a las elecciones de octubre con una baja contundente de la inflación. Milei entendió que no solo el déficit fiscal puede alimentar el alza de precios: en la Argentina bimonetaria, cualquier movimiento del billete verde o la expectativa de que suba, genera inflación: la estrategia electoral de Milei es cortar la inflación aun a costa de que en el próximo cuadro de la Fundación Mediterránea y The Economist, la Argentina se corone definitivamente como el país de la hamburguesa más cara del mundo.

Al inversor internacional conocedor de la Argentina, el recuerdo de que invertir en la Argentina “cara en dólares” viene “en combo” con el riesgo de inestabilidad. Pero al inversor local al que ahora el gobierno quiere tentar a que saque sus dólares del colchón para comprar sin penalidades algún bien registrable que no podría comprar sin justificar, el conflicto permanente y el rechazo a cualquier consenso le recuerda la amarga historia de los blanqueos.

Sin ir muy lejos, el expresidente Mauricio Macri disfrutó de un blanqueo histórico de casi 150 mil millones de dólares, fundamentalmente en cuentas bancarias de argentinos en el exterior. Esos ahorristas no olvidan cómo a Macri se le escapó la reelección de las manos para dar lugar al regreso del kirchnerismo, que lo primero que hizo fue reírse del blanqueo aplicándole una tasa casi confiscatoria del Impuesto a los Bienes Personales.

¿Después de semejante antecedente, quién se va a animar a sacar los dólares del colchón si no se convence de que realmente el kirchnerismo no vuelve más?

El Plan Colchón necesita además el acompañamiento de las provincias para que no amenacen con gravarlos o incluso ponerles penalidades a los “blanqueadores”. Distritos clave como la provincia de Buenos Aires y Santa Fe ya dijeron que no acompañan. El caso de la negativa del gobernador Axel Kicillof era previsible. ¿Pero Santa Fe, gobernada por el radical Maxi Pullaro, tampoco? ¿Y la ciudad de Buenos Aires? Distrito clave, si los hay: el alcalde Jorge Macri -el mismo al que groseramente le quitó el saludo Milei en la Catedral- ya anunció que se va a tomar su tiempo para estudiar la letra chica.

¿El tiempo podrá superar la fecha de las elecciones nacionales de octubre? Milei precisa urgente más dólares en la economía: esta semana el precio oficial del billete verde superaba al “blue”, y el riesgo país se resistía a seguir bajando. Ya se da por incumplido el primer tramo del acuerdo de la Argentina con el FMI: el Banco Central no consigue sumar reservas genuinas que no sean prestadas y aumenten la deuda.

Javier Lanari, el número dos de la vocería del gobierno lo explicó claramente en X: “El riesgo país baja a medida de que baja la probabilidad de que vuelva el kirchnerismo. Es así de simple y lineal…”, tuiteó el miércoles el ex periodista.

¿Le habrá querido mandar el vocero un mensaje al Presidente?

Fuente: TN

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