Hay que imaginar un desierto infinito con dunas que pueden llegar a medir hasta 20 metros de altura y que el viento mueve sin cesar. Una zona apenas habitada por una tribu seminómade -los teke- y hogar de 120 clases de plantas originarias, 26 tipos de mamíferos, 200 especies de aves, cientos de reptiles y más de 1500 animales invertebrados entre los que se encuentran las karakurts, unas arañas asesinas de la familia de las viudas negras cuyo veneno es 15 veces más mortal que el de la serpiente más temible.
En medio de ese inhóspito paisaje de arena y más arena de la República de Turkmenistán, en Asia, se encuentra el inalterable Pozo de Darvaza, un cráter de 69 metros de diámetro y 30 de profundidad por cuyas grietas fluyen -de manera interrumpida y desde hace 50 años- lenguas de fuego.
Qué es, cómo se originó y por qué el Pozo de Darvaza es conocido como “la puerta del infierno”.
La “puerta al infierno”, un cráter en medio del desierto, atrae cientos de visitas.
Pozo de Darvaza: qué es y cómo se originó
El Pozo de Darvaza es un agujero gigante donde la tierra está literalmente en llamas. Su origen no es natural. Fue la mano del hombre la que produjo este insólito fenómeno que aún hoy interpela a estudiosos de todo el Planeta.
En 1971, Turkmenistán formaba parte de la entonces Unión Soviética. Por entonces, una expedición de geólogos rusos que recorría la zona en busca de pozos de petróleo no advirtió que la presión de sus equipos ubicados sobre una cueva subterránea de gas metano haría que colapsara la superficie, provocando un accidente que dejó al descubierto una serie de cráteres por los que comenzó a salir una nube de ese hidrocarburo invisible.
Con la intención de evitar que el gas se propagara e intoxicara a los humanos y a la fauna autóctona, los exploradores decidieron prender fuego el hoyo creyendo que el combustible se consumiría en unas pocas semanas: 50 años más tarde el cráter continúa ardiendo, al parecer por la cantidad de metano acumulado en las capas subterráneas.
Darvaza -Derweze en turcomano- significa “puerta” en español, de ahí el nombre, “la puerta del infierno”, con el que bautizaron a esta hoguera asentada en medio del desierto.
El Pozo de Darvaza, es un cráter artificial provocado accidentalmente en 1971.
Dónde queda el Pozo de Darvaza
El Pozo de Darvaza está ubicado 260 kilómetros al norte de Asjabad, la capital de Turkmenistán, un Estado sin salida al mar y vecino a Afganistán e Irán. El 70% de la superficie de este país forma parte del desierto de Karakum, el segundo más extenso de Asia y décimo más grande del mundo.
La población más cercana al enorme cráter artificial es Darvaza, una aldea de 350 habitantes y uno de los puntos turísticos más exóticos de Asia Central y del mundo.
Pozo de Darvaza. Se creía que el fuego duraría unas semanas. Ya pasaron 50 años.
Sólo apto para viajeros dispuestos a destinar un día entero para trasladarse en una camioneta 4×4, hay quienes sin embargo eligen dormir en carpas cercanas al pozo o en humildes hostales para poder contemplar las llamas por la noche, el momento más impactante de este surrealista paisaje.
Acercarse a los bordes de “la puerta del infierno” es posible sólo por unos minutos: el calor que emana es tan potente que permanecer ahí por más tiempo se vuelve insoportable.
El atardecer y la noche son los mejores momentos para ver “la puerta del infierno”.
