Desde Mar del Plata – Tres días de debate sobre la inserción de la Argentina en el mundo, empleo, reglas de juego, finanzas públicas y educación; actividades recreativas de networking durante la tarde del jueves y charlas informales en los pasillos del hotel Sheraton sobre los problemas que enfrentan hoy los empresarios, a pesar de que todavía la actividad está en niveles altos en muchos sectores.
Con la vuelta a la presencialidad en su histórica locación -hotel Sheraton de este ciudad-, y con algunos pequeños cambios, el 58° Coloquio de IDEA mantuvo su clásica impronta, pero lo que caracterizó esta edición fue la amplia presencia de referentes políticos, que aprovecharon la ocasión para reconquistar al establishment de cara al 2023. Y los hombres de negocios no se quedaron atrás. Qué harán si son Gobierno el año próximo y cuál es el plan en materia económica fueron las preguntas impostergables en cada uno de los encuentros que hubo, dentro y fuera de la agenda de IDEA, con los posibles candidatos.
Si bien la presencia del presidente Alberto Fernández no estuvo confirmada hasta el viernes por la mañana, su participación en el cierre fue más que bienvenida por los directivos del Coloquio, más allá de que su discurso no generó consensos por la exagerada autoreferencia, la falta de autocrítica y la posición acusadora cuando les preguntó, irónicamente, si alguien de su gobierno los había perseguido alguna vez con la AFIP, si los había mandado a espiar, si alguien alguna vez les pidió el 1% de su patrimonio o un centavo para hacer obra pública, y si alguien alguna vez llamó a un juez para que los persiga.
“Hay que dialogar, y cuando hay que dialogar hay que escuchar algunas cosas con las que uno puede no estar de acuerdo”, sumó Daniel Herrero, presidente del Coloquio.
Algunos CEOs salieron del auditorio en el que se desarrolló el Coloquio con sensaciones agridulces. Por lo bajo, afirmaron que les pareció “entendible” que fuera a un recinto “hostil” a defender la gestión de gobierno con números, pero generó algún ruido entre la platea ejecutiva el desafío abierto que hizo el Presidente a los presentes: “¿Por qué no hablan de todo esto cuando hablan de seguridad jurídica?”, les preguntó el jefe de Estado luego de plantear que el Gobierno nunca “les pidió nada” al sector privado.
La pregunta llamó la atención entre los presentes porque más de uno sí recordó una instancia en la que el Poder Ejecutivo pidió algo a los empresarios. “Yo sí me acuerdo bien porque todavía tengo que pagar”, mencionaba entre risas una ejecutiva minutos después del discurso de Alberto Fernández, en referencia al impuesto a la riqueza, que fue recaudado para financiar gastos de obra pública, de vivienda y del plan Progresar. La medida fue judicializada en distintos tribunales para evitar el pago de ese aporte extraordinario.
Algunos ejecutivos le reconocieron al presidente que defendió su gestión con números y que reconoció algunos de los problemas centrales que arrastra la macroeconomía, como la alta inflación, que este viernes marcó un 6,2% para septiembre y que hizo superar el ritmo de precios por encima del 80% en lo que va del año. Una contracara que percibieron otros de los hombres y mujeres de negocios que colmaron el auditorio fue el tono desafiante que el Presidente usó y que algunos leyeron como un mensaje político en clave interna. “Debo ser re débil, pero soy el que afrontó la pandemia y la deuda con el FMI”, dijo. “Los dos primeros tercios del discurso estuvieron muy bien, lo que siguió no me gustó”, mascullaba un directivo con currículum extenso en el sector energético y bancario.
“Rescato del Presidente que haya venido, que haya escuchado el coloquio y que habló sobre la temática”, planteó el director de IDEA y CEO de Ledesma, Javier Goñi. A su vez, Roberto Murchison, presidente de la entidad, coincidió en que “demostró interés por involucrarse en la discusión y lo hizo en un buen tono”. “Hay que dialogar, y cuando hay que dialogar hay que escuchar algunas cosas con las que uno puede no estar de acuerdo”, sumó Daniel Herrero, presidente del Coloquio. A diferencia de lo que se rumoreaba durante las horas previas a la llegada del mandatario, el auditorio estaba lleno. Aunque hoy genera mucho más atracción la figura del ministro de Economía, Sergio Massa, que estuvo en el coloquio a través de una entrevista grabada, muchos decidieron quedarse en el evento hasta el final. Pero no hubo euforia. Hubo apenas un aplauso al final de sus palabras, y fue tibio.
El foco de atención de los empresarios, preocupados por la coyuntura económica y por la incertidumbre respecto de la macro, estuvo puesta en reunirse con cuanto referente de la oposición pudieran. Referentes del Pro circularon por el coloquio durante los tres días e intentaron reunirse con los empresarios para conocer su visión sobre la realidad actual, pero fundamentalmente para buscar reconquistarlos y transmitirles que si vuelven en 2023, será distinto. Juntos por el Cambio busca una nueva oportunidad, y se lo está haciendo saber al establishment, todavía mareado con la interna que afronta la oposición.
IDEA organizó el viernes seis almuerzos con políticos y economistas destinados a que participen los CEOS de empresas patrocinantes de la entidad. Las figuras convocantes fueron la presidenta del PRO, Patricia Bullrich; el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna; los diputados nacionales Facundo Manes y Javier Milei; el economista y presidente del IERAL, Carlos Melconian; y el secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme. La mayoría de los hombres de negocios se anotó para escuchar a Bullrich, pero luego los miembros de IDEA organizaron los cupos para que no queden almuerzos sin convocatoria.
Bullrich no sólo presentó su plan ante los empresarios, sino que también organizó encuentros por fuera del evento con algunos referentes de compañías. También hicieron los propio el economista Hernán Lacunza, que trabaja en un plan para al macrismo -asistió a cenas con hombres de negocios-, el diputado Diego Santilli y el ministro de Economía porteño, Martín Mura. A su vez, también circularon por el Sheraton los ex ministros de Producción de la gestión de Cambiemos, Francisco Cabrera y Dante Sica, entre otros.
“El empresario tiene algo para decir, no solo quejas y reclamos. En estos tres días nos focalizamos en el vaso medio lleno, más allá de que las quejas existen” (Daniel González).
Además de estas presencias políticas, que fueron más que bienvenidas por los empresarios en el Coloquio, los ejecutivos también le reconocieron a Massa su mensaje sobre “la austeridad fiscal”, un concepto que no tiene contraposición entre los representantes del sector privado y que fue un eje importante en el marco del evento. A su vez, varios de ellos destacaron el amplio panel de gobernadores, que incluyó mandatarios oficialistas y opositores. “Fue lo que dejó cosas más interesantes”, se sinceró otro empresario. Hubo ahí, también, algún muestreo de la oferta electoral de 2023, entre el propio Horacio Rodríguez Larreta, candidato puesto por Juntos por el Cambio, hasta el radical jujeño Gerardo Morales.
Si bien la presencia de dirigentes opositores fue más nutrida que la de oficialistas, en el Coloquio de IDEA aseguran que eso no respondió a que no se haya invitado a referentes del Gobierno, sino que muchos descartaron el convite, algunos de ellos secretarios de Estado. Los gobernadores, cuentan, hicieron fila en los últimos meses para pedir exponer ante el foro empresario, pero la organización lo limitó a cuatro participantes.
El Coloquio de IDEA versó sobre cinco aspectos que los ejecutivos consideraron este año para debatir en paneles durante los tres días de actividad en Mar del Plata. Ellos fueron: educación, finanzas públicas, empleo, inserción al mundo y reglas del juego. El lema fue Ceder para crecer y en general el espíritu de las exposiciones atravesó ese concepto. Para algunos CEOs el leit motiv, admiten, fue algo incómodo de absorber. Muchos creen que, en la coyuntura económica crítica actual, la economía ya los “exigió” lo suficiente como para plantear nuevas concesiones. Los más abiertos, no obstante, reconocen que ciertos acuerdos sobre los grandes temas requerirán algún tipo de aporte del sector privado.
“Estamos contentos con el concepto de ceder para crecer. Hay que trabajar en esos consensos y hay que ceder un poco para aprovechar esta oportunidad”, dijo al respecto Herrero. “Hay voluntad de participar del empresariado. Esto no es un plan de gobierno ni la solución, pero el aporte de nuestro granito de arena como empresarios. El empresario tiene algo para decir, no solo quejas y reclamos. En estos tres días nos focalizamos en el vaso medio lleno, más allá de que las quejas existen”, mencionó por su parte Daniel González, director ejecutivo de IDEA.
Por su lado, Roberto Murchison, presidente de IDEA y del Grupo Murchison, aportó: “IDEA es una entidad que tiene una visión empresaria, la sociedad es más compleja que lo empresarial. Lo que hicimos en estos seis meses es discutir estas propuestas. No es una receta de soluciones al país para imponer a un gobierno ni mucho menos. Tiene que ver con decir que nosotros como país tenemos potencial hace muchos años y queremos dejar de tener potencial y tener presente. Hay muchas cosas que ya se pueden hacer mientras se mejora la macro, porque eso es algo que toma tiempo”.