La jornada de ayer no fue una más en materia económica. Y es que tres datos marcaron la rueda financiera: una nueva escalada del dólar, la aceleración de la inflación y la suba de tasas del BCRA. Y es que las tres novedades están muy relacionadas debido a que una inflación más alta exige mayores rendimientos en pesos. En ese sentido, hay que remarcar qué es lo que ocurre cuando el inversor no encuentra herramientas financieras que necesita.
Y es que lo que precisa son instrumentos financieros que cubran el riesgo de quedarse con los pesos. Por esta razón, renace la demanda de dólares en todas sus versiones, incluida la del mercado negro de las cuevas de la City. Luego de que el dólar blue cerrara la jornada financiera en los $167 para la venta, el siguiente suceso que encendió las luces de alerta del equipo económico del Gobierno nacional fue lo que informó el Indec.
El ente estadístico dio a conocer que los precios minoristas aumentaron un 3,8% en octubre, un dato que fue superior al esperado por analistas, y el más alto desde noviembre de 2019. De este modo, la inflación acumuló una subida del 26,9% a lo largo de 2020, y un alza del 37,2% en los últimos 12 meses. Además, cabe señalar que son muchos los productos que todavía se encuentran a la espera de que les habiliten nuevas subas.
De acuerdo al informe oficial, la división Prendas de vestir y calzado fue la que mostró un mayor incremento en el mes con un 6,2%, el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas, con un aumento del 4,8%, registró la mayor incidencia en todas las regiones. Se destacaron en este último caso las subas en verduras, tubérculos y legumbres; frutas; y aceites, grasas y manteca. Esto llevó al Gobierno nacional a comunicarse con Miguel Ángel Pesce.
Ni lerdo ni perezoso, el Banco Central rápidamente dispuso un aumento de dos puntos porcentuales en la tasa de referencia, es decir, la de las Letras de Liquidez (Leliq) al 38% anual, que se transmite a su vez a un rendimiento “piso” para las colocaciones a plazo fijo menores a un millón de pesos del 37% anual, dando como resultado una tasa efectiva del 43% al renovar los depósitos mes a mes por un año.
Este aumento en tres puntos de los rendimientos de los plazos fijos que los bancos captan de ahorristas fue una esperada respuesta a las presiones cambiarias que presenta el mercado doméstico. Además, el stock de plazos fijos en pesos del sector privado cayó unos $83.000 millones desde el pasado 15 de septiembre, momento en el que se ajustaron las restricciones cambiarias para los ahorristas.
Para el pequeño ahorrista, la opción de ahorrar en pesos se vuelve incierta, ya que podría perder tanto contra la inflación como contra el dólar libre. De todos modos, desde hoy un plazo fijo minorista rendirá en un mes el 3,1% mientras que la inflación de octubre se ubicó en 3,8%, sin motivos para bajar en los dos meses que restan. De hecho, muchos consultores la proyectan al alza, con más de 4% para noviembre.