Daniel Rafecas es el nombre más mencionado en el ámbito judicial a lo largo del fin de semana, pero el juez federal, candidato del presidente Alberto Fernández para la Procuración General de la Nación, se refugia en el silencio.
Rafecas no ve a Alberto Fernández desde diciembre pasado, cuando se formalizó su postulación. Eso no quiere decir que no haya contactos entre ambos, pero lo cierto es que, a pesar de los rumores de que podrían encontrarse esta semana, el juez no habría recibido en las últimas horas ninguna comunicación de la Casa Rosada para citarlo a un encuentro. Cambios en la Procuración: fuerte advertencia de los fiscales y magistrados al Gobierno
Rafecas busca mantener un bajo perfil, ante la eventualidad de que cualquier declaración pueda ser malinterpretada en este delicado momento en que su postulación está en el centro de la tormenta.
Por un lado, Alberto Fernández lo ratificó como su candidato este domingo y, por el otro, el kirchnerismo en el Senado avanza con una ley para cambiar el modo de elegir procurador. Actualmente son necesarios los votos de los dos tercios de los senadores para designar a un nuevo jefe de los fiscales: un número al que el oficialismo no llega sin apoyo de la oposición, por lo que pretende aprobar una ley para que solo sea necesario el voto de la mitad más uno de los senadores. Ya hay despacho de comisión y el proyecto será tratado en la próxima sesión de la Cámara alta, este viernes.
El texto de la iniciativa va más allá y hasta le da facultades a la Comisión Bicameral del Ministerio Público para designar al procurador interino, a los 30 días de aprobada la ley, si es que para ese momento no se eligió a un procurador definitivo.
Así el kirchnerismo lograría desplazar a Eduardo Casal, que está en el cargo como el procurador fiscal más antiguo desde la renuncia de Alejandra Gil Carbó, a fines de 2017.
El proyecto incluye un tercer punto que alarma a los fiscales: se modifican los mecanismos para removerlos, lo que hace más frágil su estabilidad.
La última vez que habló públicamente, en una entrevista con LA NACION, Rafecas afirmó que si se eliminaba el requisito de los dos tercios él desistiría de su postulación. “Que el cargo de procurador deje de ser vitalicio para pasar a ser temporario no debe modificar la exigencia de mayoría calificada en el Senado”, dijo el juez federal. “Mantengo mi postura: si se modifica esa exigencia, yo no estaré dispuesto a asumir el cargo”, advirtió.
La candidatura de Rafecas quedó trabada en medio de la interna del oficialismo. Ayer, al ratificar su apoyo a Rafecas pero convalidar también que se elimine el requisito de los dos tercios para elegir al procurador, Alberto Fernández buscó un equilibrio para evitar el veto de Cristina Kirchner a la candidatura del juez.
Mientras observa la pelea en el Frente de Todos, la oposición busca unificar una postura frente a la designación de Rafecas. El radicalismo aparece como el núcleo más reticente dentro de Juntos por el Cambio. “Sistema perverso”: a un año, la sobrina de José Alperovich denuncia que la causa por abuso sexual está paralizada
Rafecas ahora prefiere no hacer declaraciones. Y menos después del giro de Fernández en las últimas 24 horas: el Presidente no solo convalidó la embestida kirchnerista en el Senado, sino que envió un mensaje a su candidato: dijo que Rafecas es “principista” al aferrarse a esta idea de la necesidad de los dos tercios de los votos de los senadores.
Sorprendió este giro porque hasta hace una semana había trascendido el desagrado de Fernández con el avance del kirchnerismo para aprobar una ley que cambie las reglas de elección del procurador. Ahora, nadie descarta que el Presidente incluya en el temario de las sesiones extraordinarias de la Cámara de Diputados la ley que seguramente aprobará el Senado este viernes. El oficialismo, de todos modos, no tendría los votos suficientes para sancionar la norma en la Cámara baja. En el Gobierno hacen el mismo cálculo.