Con paciencia, talento y un profundo compromiso con el ambiente, este artesano logró convertir un material contaminante en verdaderas obras de arte y vivir de eso.
Los neumáticos usados, comúnmente destinados al olvido en los vertederos, son la principal materia prima de Irineo López, un artista salteño de 34 años que dedica su vida a reciclar cubiertas y crear esculturas que sorprenden por su originalidad y por el minucioso trabajo que conllevan.
En un taller chiquito rodeado de árboles, -en plena localidad de Salvador Mazza en Salta-, Irineo López comenzó este proyecto junto a su esposa Rosa, su hermano Ricardo y su cuñado Daniel. Inicialmente elaboraban macetas hechas a mano con los restos de los neumáticos que un recolector acercaba hasta su casa.
“Empezamos a vender las macetas en Facebook, y la gente las compartía. Notamos interés. Un día tenía ganas de hacer algo distinto, de probar algo nuevo y se me ocurrió hacer la escultura de un gallo”, cuenta el artista a TN.
La figura salió muy bien, después hice la gallina y esa experiencia le dio el giro a nuestra historia”, recuerda Irineo. Con paciencia, talento y un profundo compromiso con el ambiente, este artesano de Salta logró convertir un material contaminante en verdaderas obras de arte que inspiran a grandes y chicos. Asimismo, pudo dejar su trabajo y vivir de esta actividad incrementando la producción y las ventas.
“El reciclaje es muy importante, sobre todo cuando se trata de materiales como el caucho, que son muy contaminantes”, explica Irineo. “Lo que hacemos con esto es aportar nuestro granito de arena para cuidar el ambiente. Si no se recicla, ese material termina en la basura o se incinera. Y al quemarse, libera gases tóxicos que son muy dañinos”.
Entre sus creaciones más populares están los dinosaurios, especialmente el T-Rex. “Es un mundo que me apasiona. Las primeras esculturas grandes que hice fueron dinosaurios, y a los chicos les encantan. Ahora estamos terminando un T-Rex de 2,20 metros de alto por 3,50 metros de largo. Estoy seguro de que va a sorprender a todos,” comenta entusiasmado.
Con el paso del tiempo, Irineo y su familia empezaron a crear figuras cada vez más sofisticadas y variadas. Ahora, muchas personas les encargan sus trabajos para exponer en la fachada de sus comercios, ambientar fiestas o decorar algún rincón de la casa. En el último tiempo empezaron a producir pedidos personalizados, como la reciente escultura de un hombre junto a su perrito.
La problemática global de los neumáticos fuera de uso
El trabajo de Irineo cobra mayor relevancia al considerar la problemática global de los neumáticos fuera de uso (NFU). Cada año, en Estados Unidos se generan alrededor de 290 millones de neumáticos desechados, mientras que en América Latina se producen millones de toneladas anuales.
En muchos casos, estos neumáticos terminan en vertederos o son incinerados, lo que genera graves impactos ambientales y en la salud. La quema incontrolada del caucho libera gases tóxicos que pueden causar irritación en las vías respiratorias y aumentar el riesgo de cáncer. Además, los vertederos de neumáticos acumulan agua de lluvia, creando entornos ideales para insectos vectores de enfermedades.
Mientras que en Europa la mayoría de los neumáticos se reciclan, en países como Kuwait se entierran en la arena. Este país alberga el vertedero de neumáticos más grande del mundo, con unas 50 millones de unidades a la espera de ser recicladas o enterradas.
El reciclaje de neumáticos presenta grandes desafíos debido a la composición del caucho, que no se degrada con facilidad. “La composición de los neumáticos, principalmente el caucho que los hace tan resistentes, no se degrada ni destruye por el paso del tiempo, lo que obliga al uso de tecnologías muy intensivas en energía,” explica Jorge Delaveau Conley, director general de Ecotr, una empresa chilena especializada en reciclaje de neumáticos.
En este contexto, el trabajo de Irineo López representa una solución creativa y local a este problema global. “Tratamos de evitar que los neumáticos terminen en la basura o se quemen. Es nuestra forma de contribuir y de intentar reducir el impacto que generamos día a día,” afirma el artesano.