La polémica respecto a los cupos que existen para el ingreso a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) volvió a quedar sobre el tapete. Un grupo de padres de estudiantes que sacaron más de 80 puntos en el examen pero que quedaron afuera del tope de 291 ingresantes que se dispuso para este año, cuestionaron el sistema y adelantaron que hoy realizarán una manifestación en el Rectorado.
Fernando Velloso Colombres,uno de los impulsores del reclamo, calificó la imposición de un cupo como algo “excluyente y discriminador”. En un texto destaca que en el reglamento de la UNT se detalla que la nota de aprobación es seis. Recordó también que existe la Resolución 1685/17 del Consejo Superior de la UNT que establece que se debe cumplir con el artículo 7 de la Ley de Educación Superior 24.521, para que el acceso sea libre e irrestricto. En ese sentido, convocaron a una protesta desde las 11.30 en la sede central de la UNT, en Ayacucho 491.
El rector de la Facultad de Medicina, Mateo Martínez, afirmó que este año se preinscribieron 1.800 jóvenes para los cursos preparatorios y que se presentaron a rendir el examen unos 1.150. Aseguró que la nota más baja fue de 82,82 puntos sobre 100. “Un padre puede preguntar ‘¿por qué mi hijo no entra si se ha sacado 8?’. Pasa que hay otro que ha sacado 9 o 9,90. Al haber un límite numérico, el punto de corte se define por sí mismo de acuerdo a la calidad de los estudiantes”, dijo Martínez en diálogo con LA GACETA. Precisó que este año fueron 291 estudiantes los que ingresaron en Tucumán, 60 en Salta y 15 en un cupo protegido para jóvenes originarios de la Puna y de los Valles Calchaquíes.
Barrera numérica
A través de un volante, los padres de los estudiantes que aprobaron el examen consideraron que están siendo perjudicados. “Ellos quieren estudiar medicina, aprobaron un examen, pero esta Facultad no respeta las leyes nacionales ni nuestros derechos constitucionales”, protestaron.
En ese sentido, el decano explicó que en el caso de la carrera de Medicina, el elemento central es el paciente y que por eso es necesario que exista un cupo. “La Ley 26.529 habla de los derechos del paciente y la intimidad, etcétera. Y toda la masividad en el aprendizaje con los pacientes lesionan el pudor y la confidencialidad. Esa Ley regula incluso la exposición del paciente con fines académicos. Eso impone una suerte de barrera numérica. A muchos padres no les gusta, no les agrada, y quizá desde su punto de vista lo consideraría razonable. Pero tienen que ponerse en la piel de un paciente: no puede estar rodeado por un jefe de trabajo práctico y 30 estudiantes. Hay un límite con eso. Ya con tres o cuatro estudiantes estamos en un límite máximo”, desarrolló la autoridad académica.
Martínez, además, recordó que la carrera de Medicina se abrió en otras universidades de la provincia, por lo que es aún más importante cuidar a los pacientes. “El derecho a estudiar no es superior a la vida o a ser bien atendido. El paciente no es objeto, es un sujeto de derecho”, concluyó el decano.