Trabajo en negro, manejo político del personal e indiferencia por parte de organismos estatales. Esta es la situación que, según Juan José López, se vive en el Hospital Néstor Kirchner y en otros establecimientos del Siprosa.
López comenzó a trabajar a través de la cooperativa Unión y Esperanza en 2015, pero en noviembre de 2018 fue desvinculado. “A mí el que hace que me despidan es Reneé Ramírez”, sostuvo el ex trabajador, en referencia al legislador y secretario general de ATSA.
“Él toma todo como política. Pero yo no le respondo a él, cumplía mi trabajo en el hospital. Y un día me llamó y me dijo que tenía que trabajar políticamente, saliendo del trabajo a responderle a él”, manifestó López.
Aclaró que siempre estuvo trabajando en situación irregular -en negro- y contó que al menos 60 personas de la cooperativa están en idénticas condiciones. Según López, ocho de sus compañeros también fueron apartados de sus tareas sin haber recibido un aviso previo.
“Desde que me dejaron sin trabajo estoy reclamándole al Sistema de Salud. Ellos dicen que no tienen nada que ver, pero yo digo que sí. Tienen que ver que la cooperativa esté en regla”, analizó. Poco tiempo después de quedar desocupado, López planteó una demanda que derivó en dos audiencias en la Secretaría de Trabajo. Afirmó que ningún referente de la cooperativa, ni siquiera Felisa Cordero (titular de la entidad), se presentó a estos encuentros. El Siprosa, por su parte, sí habría enviado representantes que negaron cualquier tipo de responsabilidad estatal.
“Este reclamo va a seguir. El miércoles vamos a hacer una marcha al Siprosa. Necesitan obra social, aportes jubilatorios”, dijo López.