Desde principios de febrero, el ex edificio de Rentas, ubicado en la intersección de Maipú y San Martín, se encuentra vallado debido a desprendimientos en su fachada. Sin embargo, en las últimas horas, se instaló una valla de obra definitiva, lo que genera nuevas dificultades para la circulación peatonal.
Según informaron desde Catastro Municipal, los trabajos de mantenimiento buscan revertir el deterioro de la estructura. Estas tareas están bajo la responsabilidad de la Caja Popular de Ahorros, que ha recibido un permiso digital de 30 días para llevar a cabo labores en el exterior del edificio. En las próximas horas, se espera la colocación de carteles informativos que detallen las obras y la entidad a cargo.
Hasta ayer, el edificio estaba cercado con vallas metálicas móviles, similares a las utilizadas en eventos públicos. Ahora, la instalación de cercos más estables ha reducido considerablemente el espacio de circulación sobre la vereda de Maipú, obligando a los peatones a transitar por un angosto pasillo.
Sobre la calle San Martín, si bien queda parte de la vereda habilitada, la situación sigue generando incomodidad para los transeúntes. Además, se han registrado quejas sobre olores desagradables y la aparente utilización del sector como baño público improvisado.
El edificio, de alto valor patrimonial, fue construido entre 1908 y 1911 por el arquitecto Domingo Selva, autor también de la Casa de Gobierno y de la Sociedad Sarmiento. Originalmente, fue diseñado para albergar al Banco Nacional y luego absorbido por el Banco de la Nación Argentina por decisión del presidente Carlos Pellegrini.
Funcionó como sucursal bancaria hasta 1981, cuando fue cedido a la Dirección de Rentas, entidad que lo ocupó hasta 2008. Desde entonces, el inmueble ha permanecido desocupado y en constante deterioro.
El problema de conservación de edificios históricos en el microcentro no es nuevo. Construcciones icónicas como el Palacio de Hacienda y la Sociedad Sarmiento han requerido intervenciones para su mantenimiento, y muchos expertos advierten sobre la necesidad de políticas activas de preservación del patrimonio arquitectónico.
Por el momento, las obras en el ex edificio avanzan con el objetivo de prevenir nuevos desprendimientos y evitar riesgos mayores. Sin embargo, queda la incertidumbre sobre el futuro de la estructura y si podrá ser restaurada antes de alcanzar un estado irrecuperable.