
El catedrático abandonó el cargo tras 39 días. Afirmó que es un “espejismo institucional” que el máximo tribunal pueda funcionar con tres miembros.
Tras el rechazo del Senado y luego de 39 días en el cargo, Manuel García-Mansilla renunció este lunes como juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a través de una carta dirigida al presidente Javier Milei.
En el extenso texto de renuncia, el ahora exjuez de la Corte criticó con dureza el funcionamiento del máximo tribunal en minoría: “La falsa creencia de que la Corte Suprema puede funcionar con solo tres jueces” es un “espejismo institucional que puede causar un daño incluso mayor que el que ya ha causado la demora en integrar el Tribunal”, dijo García-Mansilla.
Al respecto, el catedrático aseguró que aceptó la designación “con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”.

“El funcionamiento con conjueces dista de ser el ideal. Se resuelven casos, sí, pero no en la cantidad y el ritmo que exige la Corte”, pero “afecta en concreto la actividad del Tribunal y, fundamentalmente, la vida de nuestros conciudadanos, que ven demorada la resolución de las disputas que someten a su decisión”, agregó al respecto.
Lo expuesto por García-Mansilla en su renuncia son los mismos argumentos que utilizó en el escrito que le envió al juez Alejo Ramos Padilla cuando defendió su nombramiento en comisión, donde señaló que la Corte Suprema enfrenta una acumulación de más de 90.000 expedientes, por lo que su presencia resulta necesaria en el cuerpo.
Al responder, Ramos Padilla recordó que el tribunal “tiene mecanismos para funcionar adecuadamente e incluso dictó una Acordada para atender la situación y garantizar el adecuado servicio de justicia”.
El magistrado comparó la cantidad de resoluciones emitidas por la Corte desde la salida de Juan Carlos Maqueda, cuando el tribunal quedó con tres miembros, y la asunción de García-Mansilla y afirmó que “no se observa la paralización de dicho órgano ni una afectación de su correcto funcionamiento. Ello más allá de la conveniencia de completar prontamente los cargos vacantes en el Máximo Tribunal la Nación, de conformidad con los principios estipulados en la Constitución Nacional”.
En otro tramo del texto, García-Mansilla aseguró que existe una “incomodidad manifiesta de ciertos sectores con la posibilidad de que existan jueces independientes, que no tengan contactos con la política tradicional y que puedan tomar decisiones libres, ajustadas a derecho. La inacción, la indolencia y el desprecio por la independencia del Poder Judicial, en todos estos casos, es francamente escandalosa”.
“Toda esta situación genera una evidente falta de justicia que, entre otras cosas, es funcional al narcotráfico, a la explotación y trata de personas, así como a la corrupción crónica que padecemos. En definitiva, a todo aquello que nos condena de modo inexorable al fracaso y a la miseria del subdesarrollo”, añadió el letrado.
Por último, García-Mansilla le agradeció a Milei el nombramiento, aunque advirtió: “Mi permanencia en el cargo no va a facilitar la integración de la Corte Suprema, sino todo lo contrario: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data”.