Pareciera que la pandemia les da lugar a algunos políticos para manejarse de una forma cada vez más desaprensiva. Este es el caso del presidente del Concejo Deliberante de Yerba Buena, Rodolfo Aranda de Juntos por el Cambio, quien no tuvo mejor idea que la de asistir al recinto a pesar de estar contagiado de COVID-19. De esta manera, este irresponsable puso en riesgo sanitario a sus colegas y a todo el personal que allí se desempeña.
Realmente no había peor forma de dar cauce a la última sesión del Concejo Deliberante de Yerba Buena, la cual para colmo tuvo un final escandaloso. ¿Y es que en qué cabeza cabe la posibilidad de ocultar a empleados, vecinos y periodistas, que, tras la sesión del 21 de Diciembre, Rodolfo Aranda dio positivo para coronavirus? Para colmo, sólo atinó a enviar un escueto e insensible mensaje por chat.
Esto no es casualidad, ya que informar mediante el grupo de WhatsApp que integran, da lugar a que el tema se maneje solo de manera privada. Cuando eso no corresponde porque se debió comunicar públicamente sobre el tema a quienes participaron de la sesión, de distintas formas. “He preguntado a diferentes médicos y entienden que son mínimas las posibilidades que a ustedes les haya contagiado”, publicó Aranda.
¿Acaso ahora es facultativo y ejerce la medicina y no nos dimos por enterado? ¿Desde dónde habla y con qué autoridad lo hace Aranda para decirles a sus colegas que no existía posibilidad de contagiarlos? Está claro que la irresponsabilidad le brota por los poros a Rodolfo Aranda y es que no tiene escrúpulos a la hora de poner en peligro a cuanto humano se desempeñe en el recinto parlamentario de Yerba Buena.
Cabe mencionar que de forma urgente Aranda debería recibir sanciones ejemplificadoras por este accionar reprochable por donde se lo mire. Y es que ya no sólo se trata de un hombre violento, sino también de un irresponsable que no puede de ninguna manera seguir al frente de la conducción del Concejo Deliberante de la Ciudad Jardín, por más que integre la coalición gobernante de Mariano Campero.
Además, es necesario y con urgencia que se revise los dichos del concejal Sangenis, quien acusa a Aranda de poseer unos 100 contratos en la presidencia y que todos desconocen. Esta irregularidad es tan grave como el hecho de no usar barbijo en la sesión. Más cuando la actitud reprochable y mezquina de parte del inescrupuloso del presidente del Concejo Deliberante de Yerba Buena, se trata de una amenaza biológica y sanitaria para todos.
No debe seguir fomentándose desde el oficialismo municipal la impunidad con la que Aranda se maneja, la cual le permitió amenazar la tarea periodística a mediados de año cuando no le gusta que muestren lo que él tanto trata de ocultar. Es decir, la pura verdad de una realidad que tiene a Rodolfo Aranda siempre tratando de tergiversarla, cuando no ocultarla y mentir, siempre mentir.
¿La Justicia provincial actuará de oficio y abrirá una investigación contra este personaje nefasto de la política yerbabuenense?