
Cómo se construyó la narrativa en torno a la salida del cepo; el Gobierno busca comprar un plazo de perdón social por el rebote inflacionario; la duda por los acuerdos políticos en las provincias
Santiago Caputo lo dijo puertas adentro antes de que el otro Caputo, Luis, anunciara al país el acuerdo con el FMI y la salida del cepo. “Se controla la agenda con los hechos, con narrativa solo no alcanza. Acción y comunicación van de la mano”. El Gobierno logró, hace una semana, salir del sopor en el que había entrado a principios de año. Davos, $LIBRA, pérdida de reservas, rebote de la inflación. Una seguidilla de eventos habían hecho que el Gobierno comenzara a perder ángel en las encuestas. Se hizo imprescindible un volantazo con medidas de impacto. La Casa Rosada optó por vestir los anuncios con un afinado relato y con implacable agresividad a quienes osaran a hacer críticas. Javier Milei volvió a ser el polemista de la descalificación. Rugió la bestia en medio de la avenida. En la Argentina, los gobiernos suelen perder el aura de forma acelerada y los libertarios hicieron todo para dar vuelta el escenario a tiempo.
A la luz de los sucesos de la última semana, quedó en claro que la estrategia discursiva que se elaboró en la Casa Rosada fue casi tan importante como el shock de medidas económicas. Ahora se comprende mejor el mutismo oficial en los días previos al anuncio y por qué hubo tantos funcionarios del equipo económico que desfilaron por el despacho de Caputo jr., incluidos el propio “Toto” y Pablo Quirno. Acción y comunicación de la mano.
Allí se definieron lineamientos discursivos clave. Primero, públicamente se diría que la “fase tres” del plan económico (compuesto por el desembolso del Fondo, la flotación entre bandas entre $1000 y $1400 y la salida del cepo para personas humanas) estaba planificada desde agosto. “Nosotros tenemos el esquema cambiario cerrado con el Fondo desde hace ocho meses. Esto le digo a la gente”, dijo el ministro de Economía. Segundo, se negaría la palabra “devaluación” a rajatabla. “Una devaluación es un acto deliberado del Gobierno. Nosotros liberamos el precio del dólar”, fue la línea. Y por último, se buscaría instalar que la inflación irremediablemente se va a “pulverizar” aún cuando probablemente vengan al menos dos meses con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) a la alza.

También participaron del encuentro el Asesor Presidencial, Santiago Caputo, y la CEO de CPAC Argentina, Soledad Cedro
Presidencia
Con respecto al primer punto, si efectivamente “todo marchó acorde al plan” -y no hubo un giro por la pérdida de reservas-, a ese plan lo conocían muy poquitas personas. Ni la plana mayor del gabinete (los ministros) ni muchas terceras y cuartas líneas del equipo económico estaban al tanto. Los libertarios reaccionaron ferozmente cuando el “TMAP” se puso en duda. Lo vivió el exministro de Economía, Hernán Lacunza, que tenía buena relación con el Gobierno. Él dijo: “La salida del cepo estaba pensada para noviembre pero en la mitad del río se dieron cuenta que no llegaban”. Y agregó: “Enhorabuena que haya sucedido ahora”. El viceministro de Economía, José Luis Daza, fue el primero en responderle. “Trabajamos en Navidad y Año Nuevo para llegar”, le aseguró en X. A él se sumó Luis Caputo que lanzó: “Dejemos las mentiras para los kirchneristas”. Finalmente, intervino Milei. “Tremendo mentiroso”, le dijo a Lacunza.
Con respecto a la inflación, el discurso del Gobierno apunta a comprar un plazo de paciencia y perdón social con la expectativa de recuperar la estabilidad de precios a partir de mediados de año.
Acabo de escuchar a @hernanlacunza (en el video a continuación) decir que era la intención del gobierno salir del cepo en Noviembre pero que nos vimos obligados a salir ahora.
Ha sido impactante escuchar a muchos economistas hablar con certeza sobre temas que no conocen, lo que… pic.twitter.com/Q9H0zJuMGs
— Jose Luis Daza (@JoseLuisDazaAR) April 14, 2025
Junto con las medidas económicas de fondo y la narrativa oficial, el Gobierno también adoptó una actitud que combinó dos elementos: la confianza en sí mismo y el tic de defenderse atacando. Milei volvió a las fuentes y le dio rienda suelta a su cuenta de X para insultar a economistas y periodistas. La mística se elevó la noche de los anuncios cuando, mientras esperaban la grabación de la cadena nacional, el realizador audiovisual del Presidente, Santiago Oría, se puso a escribir el jingle “Mandril decime que se siente” en el Salón Blanco. Los ministros hicieron aportes a la letra. Dicen que Luis Petri (Defensa) fue el más creativo.
Oría se convirtió en una figura clave porque viene haciendo un “clipping” de medios para identificar a los detractores del Gobierno y castigarlos en redes sociales. El cineasta acompaña a Milei a sol y a sombra, al punto que estuvo con él durante las casi cinco horas de entrevista que el Presidente le dio a Alejandro Fantino el lunes. Ni siquiera Karina Milei se quedó tanto tiempo. El otro colaborador que volvió a estar muy cerca del jefe de Estado es Iñaki Gutiérrez, el influencer que maneja el Tik Tok de Milei. Desde principios de año, registra ingresos casi diarios a la quinta presidencial de Olivos, donde el Presidente no recibe demasiadas visitas.

Con la nueva etapa que se abrió con la salida del cepo, en la Casa Rosada pretenden tomar impulso y recuperar la iniciativa y el control de la agenda. La idea es acribillar a la vida política con anuncios de gestión, información y controversias. “Flooding the zone”, saturar el sistema, como diría el primer gurú de Donald Trump, Steve Bannon. En las últimas horas los libertarios opinaron, incluso, del escándalo que desató la controvertida denuncia de la conductora Viviana Canosa.
Las medidas oficiales, sin embargo, no siempre van tan rápido como quisieran en la Casa Rosada. Este miércoles se esperaba un super anuncio del vocero Manuel Adorni acerca de un paquete de decretos para eliminar decenas de organismos públicos, pero la conferencia de prensadebió suspenderse por algún desajuste interno.
El Gobierno, en cambio, se mostró muy activo en la guerra contra los remarcadores. Convencido de que el salto de la inflación será coyuntural, ahora el equipo económico busca morigerar el impacto de los aumentos de precios de forma rústica, a lo Guillermo Moreno. Todo empezó cuando cuatro aceiteras mandaron, el lunes posterior al anuncio de la salida del cepo, una nueva lista de precios a los hipermercados con una remarcación del 9%. Más allá de la negociación entre los privados -los proveedores de alimentos y los supermercados- el Gobierno levantó el teléfono para hacerles saber a las dos partes de la cadena que no quería saber nada con listas de precios con aumentos significativos. Luego, “Toto” Caputo se encargó de dar un mensaje disciplinador contra Molinos Río de la Plata y contra Unilever, dos de las más grandes empresas de productos envasados.
El ministro de Salud, Mario Lugones, hizo lo suyo para postergar el aumento de las prepagas. Es probable que se vea la misma actitud con otros rubros. Más difícil parece que el Gobierno tome medidas que tengan impacto en la nueva meta del superávit fiscal, del 1,6%.
Volviendo a lo discursivo, quizás quien tenga el mayor desgaste en los próximos días sea el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que la semana próxima será interpelado en Diputados por el caso $LIBRA, probablemente junto con el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona (todos dan por sentado que el titular de Economía, que también está citado, no irá). El ministro coordinador viene preparando la defensa de los hermanos Milei junto con los equipos de Justicia; de la secretaria Legal y Técnica, María Ibarzábal y de Santiago Caputo. Habrá reuniones el lunes por este tema.
Dilema electoral
Mientras hacia afuera el Gobierno se muestra firme y claro con el nuevo rumbo económico, hacia adentro, en el seno de la Casa Rosada, anida un enorme dilema acerca de cuál va a ser la estrategia electoral de fondo que va a tener La Libertad Avanza este año.

El conflicto podría resumirse así: los armadores territoriales del karinismo (los Menem y Sebastián Pareja) quiere que haya candidatos violetas que compitan en las elecciones desdobladas provinciales y que disputen hasta la última banca en cada concejo deliberante del país, sean competitivos o no . El esquema que responde a Santiago Caputo -que hasta ahora venía al margen de la cuestión electoral para no inmiscuirse en el área de Karina Milei- comenzó a advertir puertas adentro que si se libran todas las batallas locales con listas puras, se dejan de lado eventuales acuerdos políticos (con los gobernadores o con otros partidos) que podrían permitir, en octubre, sumar más bancas en el Congreso Nacional.
El concepto es que, en esta etapa del proyecto mileísta, lo único que importa es tener más manos en Diputados y en el Senado para lograr pasar las reformas de Milei en el Congreso. Lo deseable sería acercarse al “tercio automático” en las Cámaras para que prosperen vetos y decretos, dos instrumentos habituales para el Gobierno. La otra cara de este planteo reza que jugar a menos a nivel distrital podría sembrar un sendero de derrotas hasta la elección nacional, con un costo en términos de imagen.
Sobre esa discusión, se monta otro problema que aqueja a los libertarios: la falta de cuadros políticos que traccionen votos por fuera de Milei. Después de Adorni, la gran apuesta en la Ciudad, no hay casi nombres. “Es un drama”, dijo a LA NACION uno de los colaboradores de la campaña. De hecho, algunos comenzaron a poner en duda que José Luis Espert sea el principal candidato a diputado por la provincia, como anunció el Presidente.
Las elecciones desdobladas en la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires tienen una característica especial, porque allí está en juego la intención de la Casa Rosada de someter a Pro. De “domar” a Mauricio Macri, como dirían los libertarios. Cerca de Adorni (quizás para instalar un clima) dejan correr que, en los sondeos, el vocero presidencial estaría “cabeza a cabeza” con Leandro Santoro (PJ) y que los amarillos quedaron relegados. Si eso se verifica el 18 de mayo, los mileístas buscarán monopolizar la lapicera en las listas bonaerenses y atraer a cuadros de Pro como Diego Santilli, Guillermo Montenegro y Cristian Ritondo. No será fácil lograr que los tres (sobre todo Ritondo) cambien de piel.
“Con el desdoblamiento de Axel Kicillof, el foco va a estar puesto en lo provincial y se va a relativizar lo de octubre”, dijeron desde el armado territorial bonaerense, una frase que bien podría alterar los nervios del principal asesor presidencial.
Será crucial ver cómo bajan el martillo los dos hermanos Milei frente a este dilema. De qué manera, como dice el latiguillo que se escucha en la Casa Rosada, “se defienden mejor los intereses del Presidente”.