La final que protagonizaron Argentina y Francia en el Mundial Qatar 2022 fue inolvidable. La carga emotiva y dramática que se vivió en las tribunas se trasladó en los propios protagonistas, dado que la notable producción que había demostrado la Scaloneta durante más de 70 minutos se cargó de temores cuando Kylian Mbappé emparejó el marcador 2 a 2, luego de que los albicelestes se hubieran puesto en ventaja gracias a los goles de Lionel Messi y Ángel Di María.
En el tiempo suplementario los intérpretes continuaron con la misma intensidad que desarrollaron durante todo el espectáculo. Y cuando el astro rosarino volvió a poner a los sudamericanos en ventaja, el Cuti Romero y la estrella europea improvisaron un llamativo cruce que será recordado por años. En el mismo instante en el que la leyenda del PSG celebró el 3 a 2, el defensor central festejó por duplicado ante la mirada de Mbappé. Es que en primera instancia el cordobés que se desempeña en la Premier League había entendido que la acción iba a ser anulada por una presunta posición adelantada, pero cuando observó que el polaco Szymon Marciniak marcó el centro de la cancha, el marcador volvió a desahogar su grito en el rostro de su rival.
Sin dudas, Cristian Romero estuvo a la altura durante todo el certamen y confirmó lo que ya era una presunción vigorosa: fue la más extraordinaria aparición en materia de defensores argentinos desde los días de Roberto Ayala y Walter Samuel. Incluso en una versión más completa que la de Martín Demichelis con sus meritorios 259 partidos en el Bayern Múnich.
Se dirá, con asidero y certeza, que Nicolás Otamendi también tuvo una gran Copa del Mundo, pero en la mirada de Lionel Scaloni se registra con nitidez que el veterano surgido en Vélez ofrece mayor solvencia cuando tiene a su lado al cordobés.
Por curioso que parezca, el Otamendi de 34 años se sintió más cómodo y más seguro cuando los modos y los tiempos de la defensa argentina los marca un joven de la clase 98. Esa lujosa torre llamada Cristian Gabriel Romero demostró su eficacia con firmeza y contagio para el resto de sus compañeros.
Oriundo de la capital cordobesa el 27 de abril de 1998, dio sus primeros pasos en San Lorenzo del barrio Las Flores y se incorporó a las divisiones infantiles con la camiseta de Talleres. Después sobrevino un episodio llamativo, dado que los albiazules de la T decidieron no tenerlo más en consideración y lo forzaron a saltar de vereda.
Fue entonces cuando Belgrano le abrió las puertas al Cuti, quien se sintió cobijado en “El Pirata” y a los 18 años debutó en Primera de la mano de Teté González, contra Independiente. Su crecimiento ha sido exponencial: del Barrio Alberdi emigró al Genoa para luego afianzarse en el Atalanta, que le sirvió como escala previa al desembarco en el Tottenham Hotspur. Sin dudas, para Mbappé será la imagen que no podrá olvidar, a pesar de haber sellado el 3 a 3 en Medio Oriente y llevar la definición a los dramáticos penales que convirtieron al Dibu Martínez en héroe.
