El carácter, el temple y la personalidad son atributos que no le pueden faltar a un equipo que desea ser protagonista. Anoche, el San Martín de Pablo Frontini sumó una nueva (y necesaria) virtud en su afán por ir en procura del gran premio que otorga la Primera Nacional.
Cuando la mano viene difícil o cuando un partido se torna complicado es el momento en el que debe saltar a la luz ese lado “B” de un equipo para suplir la falta de funcionamiento o de volumen de juego. Así, anoche el “santo” logró una meta que no conseguía desde hace tres años, tres meses, dos semanas y cinco días.
La última vez que San Martín había dado vuelta un marcador databa del 16 de febrero de 2020, cuando le ganó 2 a 1 a Villa Dálmine en Campana, con Favio Orsi y Sergio Gómez a la cabeza, en aquel campeonato cortado por la llegada de la pandemia.
Esa carencia que había mostrado durante la “era de Pablo De Muner” ayer la corrigió para dar vuelta un duelo que se le había puesto cuesta arriba por la lluvia, por la falta de juego asociado, por el planteo amarrete de Defensores de Belgrano y por el gol de Ezequiel Aguirre en el ocaso del primer tiempo.
Frontini sacudió la modorra en el entretiempo y el “santo” fue otro equipo en el complemento. Salió a vender cara esa derrota parcial. Se adelantó en el campo, incluso exponiéndose a la contra (la principal virtud de la visita) y fue empujándolo al “dragón” contra el arco de Ignacio Pietrobueno.
Además, el entrenador acertó con los cambios. Iván Molinas y Mauro Verón ingresaron por los, hasta ahí, inexpresivos Enzo Martínez y Agustín Colazo. Y en la primera que tuvo, “Nene” Verón le “rompió” el arco a Pietrobuono para sentenciar el 1-1.
Llega lo mejor
A partir de ese momento el duelo fue un monólogo del dueño de casa. El “santo” olió sangre y cual depredador le saltó al cuello a su presa.
Darío Sand fue un espectador de lujo del partido porque el juego comenzó a fluir en el medio para San Martín que, con Leonel Bucca y Molinas como abanderados, fue poniendo de rodillas al “dragón”.
“Vamos a necesitar mucho de los laterales”, había declarado Frontini en su presentación como DT “santo”. Ismael Quilez y Nahuel Banegas entendieron ese mensaje a la perfección y anoche fueron claves para que San Martín empujara con todo a su rival.
La pelota parada es un gran recurso para destrabar partidos cerrados. Y cuando el “santo” iba con todo buscando el 2-1, Emanuel Dening volvió a mostrar su valía, justo cuando el equipo más necesitaba de su goleador. Apareció en el momento justo y en el lugar indicado para ponerle la cabeza a un córner y marcar el 2-1.
Fue perfecta la reacción “santa” cuando el panorama pintaba feo. Incluso hubo tiempo para que Verón definiera con muchísima clase para sentenciar el resultado y para que la fiesta fuera completa. Hasta la lluvia había cesado.
San Martín tuvo templanza y torció una historia difícil ante un equipo al que nunca había vencido en Bolívar y Pellegrini. Conjugando juego y carácter sube en la tabla y está al acecho del líder.
Los sanjuaninos no fallaron
San Martín de San Juan derrotó 2 a 0 a Flandria y sigue de cerca a Agropecuario. Otros perseguidores del “sojero” no lograron festejar en esta fecha. El sábado por la noche, Almirante Brown igualó 1 a 1 de visitante con Temperley; en tanto que ayer Defensores Unidos de Zárate no pasó del 0 a 0, de local, contra Alvarado. Los otros partidos de la zona A disputados ayer: Nueva Chicago 2-Estudiantes (Río Cuarto) 0, San Telmo 2-Deportivo Morón 1 y Guillermo Brown 1-Gimnasia (Mendoza) 2.