La organización narco-criminal encabezada por René “Manudo” Guzmán “bombardeaba” un campo ubicado en la zona rural de Santiago del Estero y luego redistribuía la “mercancía” entre sus clientes o la llevaba a Europa.
La investigación fue encabeza por el fiscal Matías Scilabra, de la Oficina de Narcocriminalidad del Área de Casos Complejos del Ministerio Público Fiscal de Rosario y el fiscal coadyuvante de la Procunar, Martín Uriona.
Tras el secuestro de dos cargamentos de cocaína que eran trasladados entre porotos y bananas, se pudo establecer que “la droga era enfriada en nuestro país”.
La causa se desprende de la detención de René “Manudo” Guzmán, quien también es conocido como el jefe del Cártel del Valle de Acambuco, a quien se le atribuye la frustrada entrega de un cargamento de 427 kilos de cocaína.
Mientras se espera la declaración indagatoria que se realizará en los próximos días, los efectivos de la Procunar pudieron establecer que la droga que el cártel distribuía salía desde el territorio nacional.
Los investigadores pudieron confirmar que el narco -que se encuentra detenido en el Penal Federal Nº 1 de Ezeiza- seguía operando desde su aislamiento y que la droga salía del laboratorio en el norte del país., era enfriada en territorio santiagueño, para luego -vía terrestre- salir en camionetas o camiones hacia el Mercado Central, y luego hacia el puerto de Buenos Aires o de Rosario.
Los detectives lograron establecer que la banda funcionaba al menos desde septiembre de 2022. Los mismos traían la droga de dos formas: a través de avionetas que “bombardeaban” los bultos con ladrillos de cocaína en campos ubicados en el departamento Pellegrini y mediante camiones.
El pasado fin de semana, los gendarmes realizaron once allanamientos en Santiago del Estero, Salta y Buenos Aires. En la primera provincia se detuvo a dos personas, quienes cumplían un rol importante en la organización, como los encargados de “cuidar” el campo en el departamento Pellegrini, donde arrojaban la droga. Luego contrataban a personas y les pagaban para ir a buscar el cargamento en el lugar que indicaba el GPS de la avioneta.
Ya en territorio santiagueño, la droga era “acopiada” en galpones ocultos entre producciones de campo.
Se dejaba pasar hasta una semana, para recién sacarla “camuflada” entre verduras o legumbres, en camionetas o camiones. El traslado hacia el centro del país se hacía vía terrestre, sorteando controles viales en las rutas nacionales y caminos vecinales.
En las últimas horas trascendió una conversación que mantuvo “Manudo” Guzmán con su cuñado y demás integrantes de la organización narcocriminal que encabezaba.
“Me pide satelital, me pide antena de amplificación de señal. No sé qué, un montón de c… nos pide; que la gente del alcance esté conectada, o sea mucho, mucho protocolo nos pide; y pregunta una cosa y pregunta otra”, se quejó Guzmán en una charla previa al “bombardeo” de droga que terminó en el cargamento de porotos y que —estiman— ocurrió entre el 12 y 14 de marzo de 2023, en algún punto de Nueva Esperanza, Santiago del Estero.
La charla giraba en torno a otro de los eslabones de la cadena, que exigía herramientas y, sobre todo, garantías para concretar el complejo operativo de narcotráfico.