Hace seis meses, Graciela del Valle Córdoba dijo llorando: “no tengo para comer”. La mujer recibió a La Gaceta en su precaria casa de bloques de cemento y chapas viejas. Piso de tierra. Las paredes estaban partidas desde la base hasta el techo porque el terreno se está asentando. Goteras por todos lados. La luz sin pagar, al límite del corte. El pozo del baño colmado. “Estoy mal, muy mal”, agregó la mujer de 52 años en la galería, armada de caña tacuara, lonas y cartones.
Ahora, la vecina de Los Vázquez sufrió la peor tragedia que le podía ocurrir. Su casa precaria se prendió fuego y no le quedó absolutamente nada de sus escasos bienes; ni siquiera un techo. Es madre de cuatro mujeres, pero solo vive con la menor, que tiene 15 años.
Graciela Córdoba forma parte de las 238.250 personas de Tucumán bajo la línea de la pobreza según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), sobre la medición del segundo semestre de 2018 en el Gran Tucumán-Tafí Viejo. Es el 32,2% de la población urbana medida. Por los ingresos que tiene su familia, Córdoba integra el escalafón más bajo: las 32.810 personas en situación de indigencia. Que no les alcanza para comer. Apenas para sobrevivir. Es el 3,7%.
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