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“Se olvidan de uno cuando ya es viejo”: Elsa y Julio no pueden entrar a su casa

Ella tiene 86 años y él cumplió 84. Son hermanos y vivieron toda la vida en Alberdi hasta que un día no los dejaron pasar. "Les han hecho la guita", relata Mario, el vecino indignado. ¿Qué les pasó? VIDEO

Julio y Elsa se quedaron sin casa.
Descacharreo

Elsa Aidé tiene 86 años y Julio cumplió 84. Nacieron y vivieron toda su vida en Alberdi, a media cuadra del cementerio. Son hermanos sin familiares en Tucumán, ella tiene un hijo enfermo y algunos sobrinos en Buenos Aires, pero nada más. Sin problemas más allá de los achaques de la edad que en el último tiempo han aumentado, la vida cambió para Elsa Aidé y Julio González cuando se quedaron sin su casa: “Han pasado más de 200 días ya. Se las usurparon. Les hicieron firmar papeles pero nunca vieron una moneda. Son los santiagueños que venden carbón”.

La persona que habla con el tucumano es Mario Frías, un vecino de Santa Ana, que conoció el caso cuando Elsa Aidé y Julio se vieron obligados a mudarse a una humilde casa a media cuadra de la Comuna 6. “La casa que les quitaron era de la madre de la viejita. Ella quería venderles a los santiagueños un baldío, pero no la casa que tenía hasta la instalación de gas. La viejita no razona bien, el viejito tampoco. La viejita le ha firmado todos los papeles, pero no sabe leer. Hasta escribanos han participado de la fulería. Les han hecho la guita”.

Fumigación y Limpieza

En el video que acompaña la nota, Elsa Aidé González denuncia lo que ha sufrido: a raíz de las inundaciones en el sur tucumano se había visto obligada a abandonar la casa con su hermano Julio y cuando quisieron volver ya no pudieron entrar: “Hasta lo he escupido de la bronca que me ha dado. Y le tiré piedras. Sé que no estuve bien, pero cómo no me van a dejar entrar a mi propia casa. Me han hecho firmar un montón de papeles”.

Movilidad Urbana

Mario Frías se convirtió en un hijo que acompaña esta lucha y se ha hecho cargo de Aidé y Julio durante todo este último año: “El 20 de julio hemos querido entrar a la casa y no nos dejaron. Nos respondieron: ‘Yo la he comprado a la casa’. Le puso alambrado y candados. Yo me crucé con los santiagueños y le dije a uno: ‘¿Cómo te va a vender la casa si no tiene dónde ir? Ella tiene los médicos cerca, tiene todas sus cosas ahí. Vos sos un hijo de puta’. Pero no hubo caso: ellos ya estaban viviendo dentro de la casa”.

Además de la propiedad, Mario denuncia que adentro hay dos ventiladores, dos camas, roperos, una heladera nueva: “Las piezas son de 3×3, un comedor de 6×6, baño y lavadero, casi la mayoría de los vecinos saben lo que ha pasado. Saben que los han engañado. Que no razonan bien. Ya fuimos al juzgado de Usurpaciones, hemos puesto un abogado de Alberdi, tenemos seis testigos que han ido declarando que la casa es de los viejitos, nos cobraron 300 pesos de fotocopias y lo último que sabemos es que les quieren devolver la casa usurpada a cambio de 80 mil pesos”.

La salud de Aidé y Julio es lo que más le preocupa a Mario Frías, la única persona que se ocupa de ellos: “Hay un hijo enfermo en Buenos Aires que tiene diabetes. No sabe si tienen que cortarle el pie o qué. También hay unos familiares allá, pero ya se sabe cómo es: se olvidan de uno cuando ya es viejo. Yo tengo una Kangoo y los llevo a todos lados, pero la verdad que ya se me hace complicado sacar el permiso en el trabajo. Le pudieron conseguir la jubilación durante el gobierno de Cristina, cobran su jubilación, pero el tema ahora son todos los remedios que toman: el hombre toma para la próstata, ella para la presión, como seis pastillas cada uno tienen que tomar y las visitas al médico son todas las semanas”.

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El estado de ánimo de Aidé no es el mejor ante todo lo que está viviendo: “Se deprime y ya no quiere cocinar. Estoy a 100 metros de ellos. Aquí en la Comuna 6 somos una población de 400 habitantes, estamos a 10 kms de Aguilares, nos conocemos todos. Tengo 57 años y me cansa todo lo que les está pasando: me enteré que la última que quisieron hacerles es sacar un crédito de 30 mil pesos. Yo he recibido amenazas por todo esto que estamos viviendo, pero la violencia no es la forma de responderles: somos cuatro hermanos, todos hicimos el servicio militar, no estamos para la pelea”.

La intendenta de Alberdi es Sandra Figueroa, y Mario Frías lamenta que todavía no los haya recibido para buscar una solución al drama que viven los hermanos González: “Lo que queremos hacer ahora es ir al frente de la casa que les quitaron y convocar a los medios: a las radios de aquí, a los canales de aquí, a canal 8, a canal 10, que todos vengan. La viejita tiene miedo de que algo me pasa pero ya le dije que se quedara tranquila. Vamos a ir con sillas para que no se cansen y a reclamar que les devuelvan la casa. Son nacidos ahí. Y ahí quieren vivir hasta su último día”.

Fuente: El Tucumano

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