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Secretos y miserias de Hugo Sigman, millonario aportante K y beneficiado por la vacunación contra el Covid

La foto que explica por qué se truncó la llegada de vacunas Pfizer al país.

fernández sigman
Hugo Sigman junto a Alberto Fernández/Télam
Descacharreo

La historia empieza con una foto: la del exministro de Salud, Ginés González García, y el empresario farmacéutico Hugo Sigman, quienes se reunieron en público esta semana en el lobby de un hotel, en Madrid.

Un turista que estaba en el lugar tomó una foto, la subió a su cuenta en Twitter y varios referentes la compartieron en sus redes sociales.

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Ello da contexto —y fundamento— a las sospechas que venían dándose respecto de por qué se truncaron las negociaciones para adquirir la vacuna Pfizer.

Ciertamente, se habría beneficiado a Sigman por sobre otros competidos, toda vez que este último es el “dueño” del negocio de la AstraZeneca en la Argentina.

Por eso, cabe trazar a esta altura una radiografía de este personaje, siempre envuelto en una nube de misterio.

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Es que Sigman es todo un enigma, puede tomar subsidios del Conicet o de la Unión Europea, del Municipio de Escobar o del gobierno de España, ser socio de Juan Manzur, Ginés González García, Fidel Castro o el gobierno chino. Como si fuera todo lo mismo.

Durante la dictadura de los 70, estuvo exiliado en España y allí tomó contacto con la China de Mao e importó drogas con las que producían medicamentos en la península ibérica, con el fuerte apoyo de Santiago Carrillo, histórico líder del Partido Comunista español al cual el argentino le aportó grandes fortunas de sus prominentes negocios con Rusia, Cuba y China.

Con Carlos Menem le llegó la “bendición” de la ley de patentes, que hizo millonarios a puntuales laboratorios argentinos en detrimento de las firmas extranjeras. Hay que recordar que el ex presidente de la UIA, Claudio Sebastiani, confesó que se pagó una coima de 20 millones de dólares para que esa polémica norma se sancionara.

No es menor el hecho de que Sigman está casado con Luisa Gold, hija del “negro” Gold, uno de los financistas del partido comunista argentino y poderoso empresario de laboratorios nacionales que copian patentes logradas con la investigación de los grandes laboratorios extranjeros.

Los Sigman-Gold, junto con las familias Sielecki, Rhommers y Bagó, edificaron una poderosa industria local a la que los laboratorios extranjeros jamás pudieron cobrarles “royalties”.

A principios de los 90, los Estados Unidos exigieron una ley de patentes que respetara los derechos de las investigaciones de los laboratorios americanos. Pero en la Argentina chocaron contra la denominada “industria”, es decir, los grandes laboratorios nacionales como Bagó y Roemmers, entonces nucleados en la cámara CILFA.

Ahora mismo, son los beneficiarios, junto a Sigman, del millonario plan Remediar, el monopolio de la vacuna contra la aftosa y del plan para producir la vacuna contra la Gripe A, a través de un convenio entre Elea y Novartis anunciado por Cristina Kirchner.

Mucho más podría contarse, pero basta lo relatado para tener un “pantallazo” de lo que representa este “empresario”, a quien le cabe con todas las letras la definición de Alfredo Yabrán: “El poder es tener impunidad. Ser poderoso es ser un impune, un hombre al que no le llega nada(…) Para mí, un poderoso es el que consigue o tiene la posibilidad de conseguir una ventaja”.

Hugo Sigman junto a Ginés González García/Twitter
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