
Los integrantes de la secta de Montenegro que fueron arrestados en Bariloche seguirán detenidos e incomunicados en una dependencia de la Policía Federal.
Dos de los 14 detenidos fueron liberados en las últimas horas debido a que no hay riesgo de fuga y no había pruebas suficientes para mantener su detención.
El fiscal que lleva adelante la causa, Fernando Arrigo, pidió la prisión preventiva para los 12 integrantes de la secta rusa y la audiencia se llevará adelante el próximo jueves.
La investigación se mantiene y la calificación sobre los acusados continúa siendo trata de personas, sometimiento y falsificación ideológica, entre otros delitos.
El interrogante que mantienen los investigadores es qué hacían este grupo de personas en la Argentina y si tenían planeado ampliar la secta en distintos puntos del país.

Quién es Konstantin Rudnev, el líder de la supuesta secta rusa
El fiscal Arrigo ordenó la detención inmediata de Konstantin Rudnev, un hombre de origen ruso que está acusado de ser el jefe de la banda que operaba como una red de explotación sexual bajo una fachada espiritual. Simulaba ser el dueño de una empresa que brindaba cursos de meditación y yoga, por el cual cobraba 5.000 dólares a cada cliente. Lo que se intenta determinar ahora cuál era su objetivo final detrás de esa “pantalla”.
Nacido en Rusia, el exsoldado Rudnev fue condenado en 2011 en Europa, a 11 años de prisión en una causa por abuso sexual y desaparición de personas. Se sabe que actuaba en Montenegro, donde tenía su sede. Después de varios años en actividad delictiva, se mudó a Sudamérica desde donde continuó operando.
Rudnev fue arrestado nuevamente el viernes, en la zona de embarque del Aeropuerto Internacional Teniente Luis Candelaria de Bariloche, en la provincia de Río Negro, junto a otras ocho mujeres, las cuales estaban con signos de desnutrición, similares a los observados en las otras dos chicas que habían sido aprehendidas días antes por la Policía Federal.
Durante la detención, el único hombre del grupo intentó quitarse la vida cortándose el cuello con una hoja de afeitar que llevaba en su billetera, pero fue rápidamente reducido por los oficiales. Cuando le revisaron la valija, tenía cocaína.
Según fuentes judiciales, la mayoría de los detenidos son de nacionalidad rusa, otra mexicana y otra con doble ciudadanía (brasilera y rusa). Todos ellos habían comprado sus pasajes a través de la misma agencia de turismo y compartían el mismo trayecto: Bariloche – San Pablo, pero con una escala en Buenos Aires.
Fue así que descubrieron que había más personas involucradas, porque -tras un entrecruzamiento de datos- se detectaron otros ciudadanos rusos que habían viajado ese mismo día, horas antes, desde Bariloche. Entonces, la Justicia inició un nuevo operativo, pero esta vez en Aeroparque Jorge Newbery, donde arrestaron a otras seis mujeres, que también estaban en la zona de embarque, por partir hacia Brasil.
El fiscal general libró una orden de allanamiento de urgencia en un domicilio donde se había hospedado el grupo y encontró 131 pastillas de cocaína, dos camionetas, 12 celulares, un teléfono satelital, un handy, una antena de Starlink, tres notebooks con sus cargadores, 10 chips de teléfono, 14.931 dólares, más de un millón de pesos y otras divisas, además de pasaportes, tarjetas y documentación de interés.
Todos los detenidos quedaron incomunicados y a disposición de la Fiscalía Federal Descentralizada de San Carlos de Bariloche, a cargo del fiscal Fernando Arrigo, y del juez federal de Garantías de Bariloche, Gustavo Zapata. Ahora intentan determinar si entre las chicas había alguna víctima de explotación. Eso será determinado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) en los próximos días.