“La solución es fácil: sáquenle un par de cristales y listo. Así ventilás a la fuerza”. Es la propuesta para el transporte público ante la segunda ola de coronavirus de Antonio Montero, director científico del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario.
Mientras autoridades nacionales, provinciales y municipalidades mantienen reuniones para determinar nuevas medidas y restricciones de cara al aumento de casos, el infectólo expresó su preocupación por el contagio en el transporte público. “Cerrar las ventanillas es lo peor que se puede hacer en una pandemia”, advirtió.
Montero se refirió a la problemática que aumentará con la llegada del invierno y las bajas temperaturas. “Porque la gente empieza a cerrar las ventanas para no pasar frío y es exactamente al revés: si es necesario, hay que pasar frío”, sostuvo.
En ese sentido, remarcó que la principal fuente de contagio se produce a través de los aerosoles que una persona infectada transmite al hablar, toser o estornudar.
Y el riesgo de transmisión se multiplica en un ambiente cerrado que tenga poca o no tenga circulación de aire.
“De cara a este invierno hay que extremar los cuidados con respecto a la ventilación. La gente no puede estar apilada en un colectivo, un tren o un bar con todas las ventanas cerradas”, enfatizó Montero.
Y agregó: “Si hay personas encerradas sin ventilación en una habitación, con que una sola esté contagiada, en cuatro horas se contagian todos, o al menos el 80 por ciento”.
También señaló: “En las escuelas, por ejemplo, si el profesor está infectado, que es quien habla, sin ventilación la mitad del curso se puede contagiar en dos horas. Si está todo cerrado no importa el distanciamiento, la gente se contagia igual”.
