La Argentina abrirá este lunes la jornada financiera previa al día de mañana, momento en el que tendrá lugar un nuevo anuncio de parte del Gobierno para intentar contener el precio del dólar. Y es que el propio ministro de Economía, Martín Guzmán será el encargado de encabezar el equipo económico que pondrá la cara para intentar, al menos, que no ocurra lo que sucedió durante las últimas semanas: que se dispare el dólar luego de que el ministro habla.
En esa línea, intentará convencer al mercado por medio de una licitación de bonos indexados al tipo de cambio oficial a 18 meses de plazo. Pero, además, el equipo económico trabaja contra reloj para anunciar mañana otros instrumentos, con diferentes variables de ajuste que todavía no trascendieron. El hermetismo al respecto es total y es que saben que todos los plazos para solucionar la brecha cambiaria son cada vez más cortos.
De todos modos, no se serían más que un nuevo intento por intentar convencer a inversores y ahorristas del supuesto virtuosismo y hasta hipotética conveniencia de ahorrar en pesos. Y es que Martín Guzmán no logar capear la presión del mercado cambiario, que no hacen otra cosa que generar expectativas inflacionarias y conductas de cobertura que dañan el funcionamiento de una economía ya muy debilitada, mientras espera los dólares de la cosecha gruesa.
Trascendió que durante el fin de semana, Guzmán mantuvo reuniones con el presidente, Alberto Fernández, quien oficializó de cara a la mesa chica que el ministro tendrá todo el poder en materia económica luego de lo que fue la vergonzante toma de medidas que no hicieron más que endurecer el cepo cambiario. Sin embargo, eso no modificó la enorme pérdida de reservas que hasta el pasado viernes todavía experimentaba el Banco Central.
Sin embargo, analistas financieros no dudan en asegurar que ya no hay margen para implementar nuevas herramientas. Esto significaría que, tanto al Gobierno como al BCRA, sólo les quedan los remedios que implican un alto costo político que el oficialismo insiste con considerarlas inaceptables. Es decir, una devaluación abrupta, una suba de tasas de interés fuerte o un pedido de fondos al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Y es que todos los caminos parecerían conducir a una brusca devaluación que parece algo inevitable. En ese marco, tan sólo le quedaría elegir el momento del tiempo y empezar a pensar cómo minimizar los costos de esta medida, cuyas consecuencias son inflacionarias. Esto se debe al hecho de que no hacer nada y dejar que la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue crezca todavía más, solo agrava el problema a futuro. Mientras tanto, desde el Gobierno todavía creen que pueden evitar una mega devaluación y el objetivo es aguantar hasta la próxima cosecha. Y es que por el aumento de la soja que se vive en estos momentos en los mercados del mundo, se estima que podrían ingresar hasta USD 40.000 millones el año que viene. Sin embargo, la suba del dólar paralelo continúa siendo una bomba de tiempo, mientras que el BCRA pierde reservas a diario a causa de la brecha cambiaria.
