Sergio Massa se puso al frente de una campaña sucia y fascista. Intenta generar pánico entre la sociedad al anunciar asesinatos y sangre corriendo por las calles. Anticipa que eso va a ocurrir si el no gana las elecciones presidenciales. Una salvajada antidemocrática. En ese camino, Massa, apela a las peores bajezas, tal cual es su costumbre. Miente en forma descarada cuando dice que la oposición va a cerrar el PAMI.
No hay una sola declaración ni escrito donde se proponga eso. Pero sin escrúpulos ni estómago, Massa es capaz de decirle eso a un grupo de jubilados. Sergio Massa confirma que no tiene un solo código y que es capaz de acusar a Horacio Rodríguez Larreta de tener responsabilidad en el suicidio de un héroe civil como el doctor René Favaloro. Y eso que dice tener 20 años de amistad con él.
Otra falsedad gigante para atacar a un opositor y de paso, encubrir a los mafiosos del sindicalismo coimero de las obras sociales que fueron los verdaderos culpables del quiebre anímico y económico de Favaloro. Varios de estos malandras que Favaloro denunció en sus cartas de despedida hoy están en la CGT que respalda a Sergio Massa. Pero hay algo más denigrante.
Si fuera cierto que Larreta tuvo algo que ver en ese drama, como es que aceptó su amistad durante tanto tiempo. ¿O eso no es cierto o a él no le importó semejante situación? Los misiles también fueron para Patricia Bullrich pero en este caso, algunos tiros le salieron por la culata. La acusó de haber sido montonera hace más de 40 años y se metió en un pantano que hoy ya se le había vuelto en contra.
Porque este gobierno que preside virtualmente está lleno de ex montoneros o de hijos de montoneros o de camporistas que romantizan y admiran aquel foquismo criminal y suicida que diezmó una generación. Como si esto fuera poco, en una operación basura típica de los servicios de inteligencia pegaron afiches con la silueta de Bullrich y el seudónimo de Carolina Serrano que utilizaba en aquellos años de plomo y sangre. ¿Alguien puede creer que fue solo una casualidad?
¿Tuvo algo que ver el compañero de fórmula de Sergio Massa? Porque Agustín Rossi dejó en la jefatura de los espías a quien fue su lugarteniente cuando él era interventor en ese organismo tenebroso. Sergio Massa abrió una caja de pandora y surgieron fuertes críticas (por ahora en off the record) de muchos integrantes de su espacio. Muchachos cristinistas que admiran aquel delirio asesino de los setenta recordaron que hasta ahora, haber sido integrante de esas brigadas armadas era un mérito.
Hace algunas horas, militantes de La Cámpora le pedían explicaciones a Máximo Kirchner, recordando que los padres de Wado de Pedro, jefe de campaña de Massa, también integraron las escuadras de Mario Firmenich, al igual que los de Pietragalla o el propio Emilio Pérsico. Y ni hablar de los padres de Fernanda Raverta, que se abrazó con Massa mientras anunciaban un plan platita para los jubilados.
Además, Raverta se crió en lo que se llamó la guardería Montonera, ubicada en la Cuba de Fidel Castro. ¿Le habrá gustado a Raverta, Pietragalla, Wado, Taiana, Pérsico y Verbitisky lo dicho por Massa contra Bullrich? Si un opositor hubiera dicho lo que Massa dijo, seguro que lo acusaban de macartista y facho. Pero Massa está autorizado por Cristina a decir cualquier cosa con tal de ganar las elecciones o por lo menos, no perder por paliza.
Ese doble discurso hipócrita y cínico también aparece en el caso de los ladrones que alguna vez prometió meter en cana y que ahora representa con su candidatura. El caso más emblemático es el de su histórico amigo y compañero de ruta, Amado Boudou. Nacieron políticamente juntos en el liberalismo de Alsogaray y se potenciaron en el ANSES. Ahora Massa lo convocó a trabajar en el tema de la deuda con el FMI y hasta le permitieron entrar a la Casa Rosada.
Les recordamos que Boudou tiene una condena confirmada por la Corte Suprema y estuvo preso por corrupto. Está inhabilitado de por vida para ejercer cargos públicos y todavía le falta enfrentar otras causas igualmente graves como la del robo al pueblo de Formosa en complicidad con Gildo Insfrán, el señor feudal de la provincia. En esos negocios y negociados con el estado, Massa no se queda atrás.
Siempre está atento para favorecer a los empresarios prebendarios que lo financian. Por ejemplo, a los dueños de Edenor que son Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti quien acaba de ganar una licitación por 127 millones de dólares en la que fue el único oferente. La empresa es Aysa, casualmente presidida por Malena, la esposa de Massa. Todo dicho. Es Sergio Massa en plena campaña sucia, entre ladrones y Montoneros.