El escenario electoral de la Capital plantea la posibilidad de que la candidata del Frente de Todos, Rossana Chahla, tiene la oportunidad de lograr recuperar la Intendencia en manos del Peronismo. Lo cierto es que la lógica y consistencia de lo afirmado se puede observar en microrealidades concretas.
Y es que cuando se repasa el trazo fino, puede contemplarse que el espacio del actual intendente, German Alfaro y su candidata a conservar la Intendencia, Beatriz Ávila, carga con una serie de marcadas debilidades. En primer lugar, el desgaste natural debido a que son 8 los años de gestión consecutiva.
Para colmo, lo que tendría lugar solamente sería el recambio de apellidos solamente, no hay renovación de proyecto. En segundo término, pesa la coyuntura con un gobierno de otro tinte político: la coyuntura electoral nacional, es de otro tinte político contario al 2019. Donde Juntos por el Cambio tenía agenda de gestión.
La tercera cuestión pasa por el hecho de la estrategia electoral y oferta electoral errada. Esto se debe a que el actual Intendente pretende renovar legitimidad con 10 acoples. Mientras que Rossana Chahla presenta un heterogéneo caudal de 18 acoples. Por otra parte, lo cierto es que las cartas están a favor del Justicialismo.
Esto es gracias a las fortalezas propias del momento político de la provincia y que la candidata presenta. Por un lado, gestión y experiencia: más de 20 años que avalan su trayectoria en el sector público de la salud y un prestigio propio ganado en el área Universitaria de la facultad de Medicina. Una caja de resonancia que el Justicialismo no tenía en el 2019.
La candidata tiene discurso y relato propio. También tiene gestión y hechos a partir de su popularidad con la gestión de la pandemia, es decir, una serie de hechos concretos como candidata, lo cual hace más fácil posicionarla en los sectores independientes que votan sin criterio e ideología partidaria.
Además, existe unidad en el cargo debido a que el peronismo sale unido, en una sola candidata, cosa que no es un dato menor, la lista de Jaldo y Manzur unidos en el cargo de la Intendencia en capital. Ambos llegaron a un acuerdo que sea una sola la lista de candidata al Municipio capitalino.
Existen acoples nuevos con clivaje electoral en la clase media trabajadora y de otros partidos, ya que cuenta con la participación de acoples con referentes de la clase Media Univeristaia y Trabajadora que traccionan en los segmentos de la capital, que el peronismo no tenía referencia. Estos acoples pueden ser el valor agregado que lleven a Rossana Chahla a la Intendencia en conteo de voto a voto en los circuitos céntricos.
Por último, existe apoyo territorial y mayor oferta electoral. Y es que sin dudas la oportunidad está en manos del propio peronismo de la capital, es decir, el poder territorial está unido en la capital. Los acoples territoriales si juegan todos unidos, en las bases, tienen todas las condiciones para el éxito electoral el domingo 11 de junio.
En definitiva, en este nuevo panorama adverso, desde la oposición no pierden el último hilo de esperanza que les queda y apuestan todas sus fichas a mantener la capital. La única posibilidad que ven en JxC -señalan- es que Beatriz Ávila, candidata a intendenta de San Miguel de Tucumán, pueda acercarse a los números de Rossana Chahla.
Sin embargo, admiten que se trata de una misión muy complicada, abriendo la puerta a una cada vez más posible e inminente derrota. Vale recordar que las principales encuestas difundidas antes de los comicios suspendidos del 14 de mayo hablaban de dos escenarios: el primero con Ávila a 10 puntos de su contendora Chahla.
El segundo, un empate técnico entre ambas. Esta es la primera vez que desde Juntos por el Cambio admiten a la prensa de Buenos Aires la ventaja de la candidata del peronismo provincial. De esta manera, el silencio derrotita de Beatriz Ávila se vuelve ensordecedor y se acentúa cada vez más en la semana previa a las elecciones del próximo domingo.
